Abro los ojos, no sé muy bien donde estoy. Pienso por un instante antes de mirar los cuadros de mi habitación que estoy en casa de mi madre. Pero no es así, estoy de nuevo en mi casa.
Que rápido ha pasado todo, creo que es una misera mentira. Que incluso Luke no existe.
—¿Pero que estoy pensando? —me digo a mi misma en voz alta.
Pero lo cierto es que Luke podría haber dejado por alguna vez en su vida el trabajo y haber antepuesto su vida familiar a la laboral. Pero no es así y es lo que más me ha decepcionado de él. ¿Será así siempre? y si la respuesta es sí. ¿Me compensa seguir con él?
Ahora mismo no estoy en condiciones de pensar nada.
Decido coger el móvil para enviarle un mensaje a Luke para ver como esta. Miro que son las ocho de la tarde y que aun no me ha enviado ningún mensaje. Es extraño pero no quiero pensar en cosas raras. Decido llamarla pero me sale comunicando.
Entonces le escribo un mensaje. Estoy deseando que me llame o que me escriba para estar más tranquila.
Decido pasar un poco y esperar. Llamó a Elizabeth para ver como va.
—¿Si? —pregunta Elizabeth mientras hay mucho ruido de fondo.
—¿Soy Mía como estas? —no me sale mentir.
—Bien, ¿estás bien Mía? —me pregunta y a mi se me esta apunto de caer la lágrimas pero las aguanto.
—Si… digo no… no sé. ¿Puedes venir? —se que está trabajando y es egoísta por mi parte.
—Si claro, en diez minutos estoy alli —me sale una ligera alegría y gritó de emoción.
—Muchas gracias —le digo y cuelgo. Recojo lo más rápido que puedo la casa para que no la vea sucia.
Elizabeth llega en diez minutos clavados.
—Ya estoy aquí —entra en la casa como un elefante en una cacharrería.
Yo sonrío y me alegro de verla en persona.
—¿Qué te ocurre? —me pregunta. Pero no sé muy bien que responder.
—Pues que me da la sensación de que con Luke doy un paso hacia delante y dos hacia atrás —le digo, no se muy bien si es la respuesta correcta pero es la que me sale.
—¿Qué ha hecho ahora? —pregunta como si supiera que ha vuelto ha hacer otra cosa.
—No ha hecho nada pero anoche estabamos en Seattle a cuatro mil kilómetros de aquí tan ricamente y debido a un mensaje… —me quedo callada. Por un segundo he olvidado que anoche Hugo me envió un mensaje —. Pues que Hugo me envió un mensaje y se enfadó y una hora más tarde me dijo después de una llamada de que nos teníamos que venir. Así sin más... —me tiembla la voz y el nudo de la garganta apenas me deja hablar.
—¿Enserio que paso eso? —se queda sorprendida ante mis palabras. Yo asiento no se que mas decir. Cogí el móvil para enviarle un mensaje a Hugo.
—“¿Qué es lo que ha ocurrido?” —le pregunto mientras me muero de la vergüenza por haber tardado tanto en responder. Seguro que piensa que he pasado de él.
¿No es lo que has hecho? me recuerda mi subconsciente. Pero trato de pasar página lo más rápido posible.
Elizabeth se da cuenta de que estoy a otra cosa y cambia enseguida de tema.
—Pues yo he tenido poco trabajo hoy —me dice bebiendo un sorbo del café que le he servido cuando ha llegado.
—¿Y eso? —me parece raro porque desde que lo ha abierto no ha parado de ir gente.
—Pues se ve que había algo en otro bar y se han ido todos allí —dice elevando los hombros en señal de duda.
—Bueno, seguro que había fútbol —digo riéndome aunque no estoy muy al tanto de eso.
Elizabeth enciende un cigarrillo que hace que toda la habitación enseguida coja olor y humo. Odio muchísimo que haga eso.
—¿Ya estás otra vez fumando? —me enfado cómo hace su madre cuando la ve.
—De algo me tendré que morir —dice como si le diese igual morir por fumar.
—Cuando estés en el hospital no quiero que me llames llorando —la amenazó pero se que eso no va a servir de nada.
—Tranquila marimandona —dice tosiendo por la inhalación del humo
Hago como me da igual y empiezo a hablar de cómo está mi madre, todas sus inquietudes y que tiene pensado venirse.
Al rato ella se va y yo cojo lo primero que pillo en la cocina para cenar. Cogo el teléfono y vuelvo a llamar a Luke. Pero para mi sorpresa de nuevo no lo coge. El teléfono da señal pero no aparece nadie al otro lado. Me estoy empezando a cansar. Ya puede tener una buena excusa o no pienso perdonarlo.
Le envío un mensaje diciendo todo lo que pienso de él. Porque no me ha enviado ningún mensaje ni una llamada desde que se ha ido. Y que si esto sigue así. Lo mejor es que lo deje.
Cambió de chat y le envió un mensaje a Hugo para saber lo que había ocurrido. El me responde segundos después y dice que prefiere hablarlo en persona porque es por su última novia. Me puedo hacer una idea pero prefiero que me lo cuente él en persona. Me dice que se quede el martes por la tarde y le respondo con un emoji de una mano con el pulgar levantado.
Después decido no pensar en nada y dormirme.