Luces y sombras[completa]

Capítulo 40

He subido un par de veces a este lugar y aun así no deja de sorprenderme, el estar tan alto y que el suelo sea de cristal provoca en mí una sensación de vértigo nunca vista en cualquier otro lado.

A Luke también parece sorprenderle porque se apoya de la misma manera que lo hacía yo cuando iba en el Yate.

—¿Te gustan las vistas? —le pregunto acercándome a su costado mientras el sol comienza a decaer por el horizonte.

—Son unas vistas impresionantes —me dice mientras se le marca un hoyuelo en el rostro.

—Gracias una vez más por salvarme.

—Haría cualquier cosa por salvar esos ojos —añade mientras me mira de reojo.

Luke puede ser capaz de dar lo más bonito de él mismo y a la vez lo más oscuro, tiene dos polos totalmente opuestos pero me quedo con este, pero no se cuanto durara.

—Podríamos venir aquí a cenar mañana—parece que me ha leído la mente cuanto lo he pensado antes.

—Claro que sí —respondo al instante, en menos que canta un gallo, en menos que pestañea una persona, a Luke parece incluso sorprenderle la respuesta tan rápida como si ya la estuviera esperando.

—Si que tienes ganas de cenar aquí —dice carcajeandose de mí.

Después de estar un poco más de tiempo esperando el atardecer nos volvemos al coche.

—¿Y bien, a dónde vamos ahora? —me mira justo en la puerta del coche, cada vez que lo hace sus ojos me ponen nerviosa.

—A la novia, quiero decir a la noria —tartamudeo, sin duda pensarlo ha hecho que me ponga de los nervios.

Llevamos casi tres meses y aun así consigue que saque esto aunque no lo quiera reconocer.

—Tu te quieres casar conmigo y no sabes como pedirlo.

No tengo la menor idea de porqué dice eso, supongo que será por lo de “novia”.

No le hago mucho caso y me subo al coche.

—No me has contestado —cambia totalmente de voz, ahora es más intenta, llega a incluso desnudarme con ella.

—La vida da muchas vueltas —subo los hombros.

No se muy bien que responder, llevamos muy poco tiempo y todavía no tengo muy claro si quiero casarme con él o no.

A Luke no parece molestarle la respuesta pero cambia un poco la cara, se que no es la respuesta que esperaba oír, pero es Luke, ¿que vamos hacerle?

Llegamos hasta donde se encuentra la atracción, no sé si Luke va a querer subir y mucho menos con la respuesta que le he dado.

—¿Subimos? —le pregunto temiendo la respuesta, no se porque le tengo que tener miedo, pero aun con esas creo que no es esto lo que más temor me da, sino la conversación que voy a tener dentro de unas horas sobre mi decisión de irme a vivir aquí a Seattle.

Dentro de mi sigo sin tenerlo claro pero creo es ilícito que Luke lo sepa.

—Claro, ¿por qué no? —responde como si no fuera con él la cosa.

Sin duda esta raro.

Nos montamos, le observo y él observa totalmente el cielo tapado bajo el mando de las pocas estrellas que se pueden llegar a apreciar.

Recibo un mensaje en el teléfono, rezo para que no sea Hugo. Por suerte no lo es, es mi madre preguntándome que queremos cenar. Madre mía, con todo el lío de ver Seattle se me ha olvidado que tengo un hambre atroz, creo que es la ansiedad la que me está provocando esto. Me mira Luke, creo que quiere una respuesta.

—Es mi madre, para escoger la cena —no se porque le doy tantas excusas, pero hay algo dentro de mi que me lo hace hacer.

—¿Qué te apetece, nena?

¿Nena? sin duda algo ronda esa loca cabecita.




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