Luces y sombras[completa]

Capítulo 53

Llego hasta mi oficina, tan solo me quedan diez días para irme a Seattle, es algo que estoy deseando, una nueva casa, una nueva etapa, Luke, mi madre, todo esto es un sueño que no quiero despertar. Pero eso me dura siempre bien poco.

—Mía tienes una nota —me dice la asquerosa de la becaria que quería quitarme mi puesto en Seattle.

—Que es… —no tengo nada en contra de ella pero ha pasado bastante la línea conmigo, primero con Luke y luego con la oportunidad de mi vida.

—Mía necesito hablar contigo después del trabajo, no quiero escribirte ni llamarte por teléfono por si Luke está cerca, atentamente Oliver Smith.

¿Que habrá pasado ahora?

Hace  unos días estaba perfectamente con sus nuevas fotos, no puedo esperar a hacerlo pero no sé si ir a la oficina donde está trabajando y donde también está Luke.

Las horas pasan más lentas que rápidas por mala suerte mía pero finalmente la hora de salir llega.

No me ha dicho donde quedamos pero supongo donde lo va hacer. Voy directamente a la cafetería.

Oliver está en una de las mesas que da a la ventana, siempre lo hace para observar la gente que pasa, pero hoy no, estaba con la cabeza agachada.

—Hola Oliver ya estoy aquí —me acerco hasta el asiento de enfrente.

—Hola Mía —tienes los ojos vidriosos, parece no estar pasándolo bien, le habrá pasado algo con su novia o algo. Tampoco le he preguntado si tiene.

—¿Que tal? —le pregunto mientras a la vez intensifico mi mirada.

—Es Luke… —le sale a decir sin aportar ninguna palabra más.

—¿Que pasa con Luke? —otra vez algo con él no.

—Me ha despedido sin ninguna justificación. Tan solo me ha dicho que hay que recortar trabajadores en la empresa y yo era uno de los que menos aportaba. Pero no es razón suficiente, me ha echado de malas maneras y ya no sé a que puede deberse.

No entiendo y tampoco comprendo porque ha hecho eso. Lo poco que conozco a Oliver es que es una buena persona y buen trabajador.

—Bueno, eres un gran profesional, seguro que con tu experiencia consigues algo, yo lo único que puedo hacer es preguntarle a Luke —en el momento que mencionó su nombre cambia su rostro completamente.

—No, a Luke no le digas nada porfavor, bastante jodida tengo la vida ya —da un puñetazo a la mesa.

—Oliver, cuéntame lo que ha pasado —le desafío porque quiero saber todo en profundidad.

—Pues antes de irme de su despacho me dijo que no me acercase a ti, que si lo hacía me iba a buscar y entonces sí que iba a tener problemas, no quiero que pase de aquí, yo solo quería hablar contigo una última vez y despedirme de ti.

—No puedes hacer eso.

—Si, si que puedo, en unos días me mudaré a otro sitio, no puedo estar cerca de ti.

—Está celoso de ti, pero no tiene porque estarlo —le reconozco.

—Quizás sí que tenga razones Mía, lo siento… me hubiera gustado que nuestra historia tuviera otro final pero la vida es así, quizás en otras circunstancias hubiera pasado otra cosa.

—No me puedes decir esto ahora Oliver.

—En la vida nunca se sabe, si nuestros caminos están destinados a cruzarse lo harán, mientras tanto lo siento mucho pero tengo que tomar mi camino por solitario.

Se levanta y acto seguido desaparece de mi campo de visión abandonando la cafetería y dejándome en un gigantesco abismo sin saber lo que hacer.

No puedo creerlo, Luke ha llegado a ser lo más rastrero que nunca pense que podría alcanzar.

Me voy rápidamente a mi apartamento, no quiero encontrarmelo por ningún lado.

La rabia invade mi cuerpo, no se si lo mejor es ir a decirle las cosas claras, tampoco quiero poner en un problema a Oliver. La duda también lo hace.

Llego hasta mi apartamento y tengo varias llamadas de Luke que he decidido obviar.

Apago el móvil y cierro la puerta con llave, no quiero saber nada de Luke ni nadie cercano a él.

Ha jugado sucio y lo peor es que lo ha hecho llevandose el trabajo sucio de Oliver que no ha hecho absolutamente nada en todo este tiempo.

Voy al salón, me tapo con la manta, estamos casi en invierno y ya hace frío, el apartamento no tiene calefacción y se pasa bastante mal.

Enciendo el televisor, es lo único que me mantendrá distraída de todos mis pensamientos, es casi de noche.

Comienzan a cerrarme los ojos, pero todavía es temprano para dormir, miro el reloj y no son ni las ocho y media pero el sueño me vence.

De repente pego un sobresalto, me levanto rápidamente del respaldo del sofá, miro el reloj y son las diez y media, la tele está encendida, están las noticias.

—“Últimas noticias, un atroz accidente sacude el sur de Nueva York, se ha producido al lado del puerto de Staten Island, el vehículo es un ferrari 458 Italia”

El nombre del coche entra directamente a mi corazón, hace que se me acelere enseguida y que presente toda mi atención en la noticia.

Enciendo rápidamente el móvil y observo un mensaje de hace un momento de Walter.




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