Capítulo 54

Las puertas automáticas del hospital se abren a la vez que somos perseguidos por las miradas de todos los enfermeros y familiares de pacientes.

Llegamos hasta la recepción.

—Luke Johnson —explico exhalando un último ápice de aire.

—¿Perdón? —pregunta sacándome de quicio.

—Dónde se encuentra Luke Johnson… —no puedo ser más transparente.

—Está en la habitación quinientos dos pero no se si podrá recibir visitas —hago caso omiso y salgo corriendo escaleras arriba.

Llego hasta la puerta, lo hago saltando escaleras de dos en dos y esquivando médicos y pacientes.

La puerta está cerrada. La abro lentamente, en su interior no se oye a nadie. Tan solo se escuchan los pitidos de la máquina, son constantes y seguidos. Luke está tumbado sobre la cama y tiene el rostro y los hombros al descubierto pero están lastimados. Se encuentra durmiendo, me cuesta verlo así. No quiero pensar que esto le haya pasado por mi culpa pero me temo que es así porque se ha tirado toda la tarde tratando de localizarme.

Le miro y me cuesta hacerlo. Se me viene el mundo encima. Dejo de lado lo ocurrido con Oliver, ahora no es el momento.

El párpado de Luke comienza a titilar y sus ojos se abren lentamente.

—¿Dónde estoy? —pregunta desorientado.

—Estás en el hospital Luke —le dijo juntando las frentes en señal de amor.

—Estás bien Mia —noto como uno de sus brazos pasa por mi espalda.

—Si, si que lo estoy —le miro fijamente mientras trago saliva.

—Pensé que estabas herida, me amenazaron —sus palabras provocan miedo en mi.

—¿Cómo que te amenazaron?

—Si, me dijeron que iban a por ti y como no tenía respuesta tuya fui corriendo a buscarte, exactamente no sabia donde estabas pero me daba igual, iba a buscarte por todos los lados. Cuando quise frenar el coche el coche no reaccionaba y perdí el control provocando el accidente. Conseguí saltar antes de que llegase a estrellarse.

Sus palabras coinciden haciéndome que me culpe aún más de lo ocurrido por apagar el móvil y pasar de él, ha estado a punto de pasarle algo grave por mi.

—¿Que piensas Mía? —me pregunta Luke observando mi absentismo.

—Nada nada —le dedico una sonrisa.

La madre de Luke entra por la puerta alarmada.

—¡Hijo! —expresa casi gritando.

—Estoy bien Mamá, ha sido solo un susto —trata de calmarla.

—¿Que estabas haciendo?

—Me confundi con los pedales, solo eso —no le dice la verdad y lo entiendo porque no quiere preocuparla.

—Me quedo más tranquila, menos mal que me avisó Walter porque lo vi por las noticias y pensé que te había pasado algo grave.

Walter y Trevor están presentes pero solo observan todo.

Sus rostros están más calmados que hace un rato cuando me recogieron.

Como la vida es tan compleja que te cambia cuando menos te das cuenta. Hace unas horas permanecía en mi casa sin querer saber nada de nadie, tenía el móvil apagado y en mi cabeza rondaba las palabras de Oliver y su miedo si se acercaba a mi. Ahora estoy aquí a escasos centímetros de la persona que si la hubiese visto hace menos de tres horas seguramente hubiera elevado más la voz de lo que lo he hecho nunca. Pero verlo así hay algo dentro de mi que me lo impide.

Quizás es que estoy enganchada a él, tal vez no me doy cuenta pero estoy enamorada, que por muchas putadas y mentiras que me diga y me haga yo sigo sucubiendo a sus tentaciones. A esos ojos, a esos bíceps, a ese comportamiento arrogante, a esa forma de reírse, caigo en todo de él.

Se que no lo debería de hacer, pero es Luke Johnson…