ALICIA
Llegamos al restaurante y pedimos pescado, ensalada y algunas cosas más. Angie y yo tomábamos vino, mientras mi Sheila toma jugo de naranja. El lugar está repleto y algunas personas se han animado a subirse a cantar.
Nosotras disfrutamos de la cena y la música hasta que mi loca amiga después de tres copas de vino perdió la cabeza y se puso de pie.
—Voy a cantar tu canción —declaró Angie y la miré incrédula, porque no sabía que yo poseía una canción.
—¿Qué? Yo no tengo ninguna canción —respondí, sin entender a qué se refiere.
—Si la tienes, cuando estuviste en el hospital, escuché una hermosa canción que te describe a la perfección, porque tú eres una luchadora. —Mi amiga se toma una última copa de vino y se dirige a donde se encuentra la tarima y el micrófono.
—Mami, ¿le pasa algo a la madrina? —pregunta Sheila y yo no sé ni qué decirle, simplemente me enojo de hombros y ella hace lo mismo. Luego nos reímos, hasta que Angie comienza a hablar.
—Esta canción es para mi mejor amiga, una guerrera incansable y la mejor amiga que nadie pueda tener, para ti Luchadora —son las palabras de Angie y luego comienza una bonita melodía.
—Aunque todo se ponga difícil. Hay una salida, aunque a veces parezca imposible. Nos duela la vida. Hay que luchar y seguir, hay que soñar y vivir.
Aunque todo se vuelva marchito
Y ya no florezcan, ni el aplauso, ni el beso, ni haya quien sueñe que vuelva. Ya no me quiero rendir, ya no me vuelvo a rendir…
LUCHADORA, COMO SIEMPRE
QUE LE GUSTA DECIR LO QUE PIENSA
QUE MIRA DE FRENTE, LUCHADORA
QUE SABE TODO LO QUE CUESTA
TODO LO QUE LLORA, LUCHADORA
QUE LLEVA PURO SENTIMIENTO AQUÍ BAJO LA PIEL.
LUCHADORA QUE NO MIENTE,
QUE LLEVA LA CABEZA ALTA, QUE MIRA DE FRENTE, LUCHADORA. QUE SABE, TODO LO, QUE CUESTA, TODO LO QUE LLORA, LUCHADORA, UNA NIÑA, UNA MUJER, DESDE ENTONCES Y HASTA AHORA. LUCHADORA.
Aunque un día no resulte fácil
Y llegue la pena
No hay piedra en el camino
Que no allane la marea
Hay que luchar y seguir
Hay que soñar y vivir.
Aunque todo se vuelva marchito
Y ya no florezcan
Ni el aplauso, ni el beso
Ni haya quien sueñe que vuelva
Ya no me quiero rendir
Ya no me vuelvo a rendir
LUCHADORA, COMO SIEMPRE
QUE LE GUSTA DECIR LO QUE PIENSA
QUE MIRA DE FRENTE, luchadora, QUE SABE, todo lo que cuesta, todo lo que llora.
LUCHADORA. QUE LLEVA PURO SENTIMIENTO AQUÍ BAJO LA PIEL.
LUCHADORA,QUE NO MIENTE, QUE LLEVA LA CABEZA ALTA, QUE MIRA DE FRENTE, LUCHADORA, QUE SABE TODO LO QUE CUESTA, TODO LO QUE LLORA
LUCHADORA,UNA NIÑA, UNA MUJER
DESDE ENTONCES Y HASTA AHORA,
LUCHADORA.
—Mami, ¿por qué lloras?—preguntó Sheila y corrió a mis brazos.
—Nada, es que tu madrina canta hermoso, ¿no crees? —pregunté y ella asintió.
Cada palabra de esa canción me llegó al corazón, Angie ha estado conmigo desde el inicio de mi enfermedad y sé que si algún día llego a fallarle a mi hija ella la va a cuidar como suya y por eso estoy tranquila, porque sé que mi hija nunca estará sola, si me voy antes de que ella crezca, voy a luchar por quedarme a su lado michos años más, pero no por eso, no buscaste la manera de asegurarle su futuro.
Cuando terminó la canción, Angie corrió a abrazarme y me pidió subir a cantar una canción con ella y Sheila la apoyo.
—¿Pero qué canción cantaremos? — pregunté.
—Vamos a cantar. Yo te invito a ser feliz, porque es lo que quiero verte feliz, amiga —subí al escenario con mi amiga, igual, mi hija y comenzamos a cantar esa hermosa canción a todo lo que da. No soy la mejor cantante, pero no importa. Ja, ja, ja.
Te propongo que no hablemos de las cosas del pasado. El dolor de la ausencia o el recuerdo deformado. Por lo que no pudo ser y nos hubiera gustado. No volvamos a poner en casa esas canciones tristes. En la herida que no sana quedarán las cicatrices. Ese día que te fuiste, lo importante es que volviste.
Hoy te invito a ser feliz. A quedarnos con lo bueno. Y si algo no fue así, transformemos los recuerdos. Hoy te invito a ser feliz. Vamos a cumplir los sueños. Hoy se queman viejas fotos, lo demás lo cura el tiempo. Y que se lo lleve el viento. Y que se lo lleve el viento.
Hoy prometo no hablarte de ese niño abandonado. La memoria selectiva que me deja mal parado. Una mesa mal servida, navidades sin regalos. Es momento de soltar todo lo que no está resuelto. Una tapa de revista en la tienda del recuerdo Sé que duele (sé que duele), pero podemos hacerlo
Cantando esa canción con mi amiga y mi hija me sentí feliz y plena, definitivamente este viaje fue la mejor decisión que pude tomar en mi vida, este viaje será inolvidable para nosotras tres.
Editado: 19.09.2024