ALICIA
Mi hermosa niña estaba toda emocionada por el circo, todo el viaje se la pasó saltando de un lado al otro cantando junto a su madrina, de esa forma el viaje fue más ameno y se nos hizo más corto.
Al llegar a nuestro destino buscamos un lugar donde poder estacionar y seguro para poder irnos al circo sin problemas. Apenas encontramos un lugar seguro, estacionamos y nos fuimos a comer algo, antes de irnos al circo.
Por supuesto, primero compramos las entradas y luego nos fuimos a comer algo. Compramos las entradas para la función al final de la tarde, por lo que teníamos tiempo de sobra para comer y recorrer los alrededores por un rato.
Ya al final de la tarde, nos fuimos a disfrutar del espectáculo en el circo. Antes de entrar compramos unos dulces y bebidas para disfrutar del show.
—Mami, ya va a comenzar —Sheila se emocionó cuando la música comenzó a sonar y dio inicio al espectáculo.
Todo comenzó con un hermoso baile y luego el presentador anunció el primer show que era el de los equilibristas. A mí, Sheila, le brillaban los ojitos al ver todo. En el show de magia, el mago pidió un voluntario y Angie, por supuesto, se ofreció a ser ella.
¿Cómo no lo iba a hacer si el mago está como quiere y pues mi amiga lo quería ver de cerquita, mi niña y yo aplaudimos, ja, ja, ja?
Después del espectáculo de magia, Angie no sé cómo, pero volvió con el número de teléfono del mago, quien cabe destacar es menor que nosotras.
—Angie, ¿vas a salir con él? Es menor que nosotras —comente y ella río.
—Ja, ja, ja, claro que sí, es cinco años menor, pero eso es lo mejor. Después de los 30 es cuando más colágeno necesitamos y ese mago es colágeno, puro jajá —Angie ríe y yo también, pues vinimos a disfrutar de un viaje excelente y ella sí que lo está disfrutando.
—Mami, ¿qué es colágeno? —pregunta Sheila de repente y yo mire a Angie, quien ríe a carcajadas.
—Es una proteína, mi amor, algo que tu madrina desea mucho para mantenerse joven y radiante —respondí y mi hija simplemente asintió y siguió mirando el espectáculo.
Angie no paraba de reír y a la mitad de show hicieron una pausa para que pudiéramos comprar las cosas y salir un momento. La pausa duró aproximadamente 15 min, durante todo ese tiempo. Perdí a Angie de mi vista.
No me dijo a dónde iría, pero me imagino lo que estaría haciendo, ya que no la vi hasta que el show comenzó nuevamente y estaba algo empelucada y muy sonriente. No pregunté nada por qué estamos con Sheila, pero en cuanto ella se duerma, tendrá que contarme todo.
Al finalizar el show, Sheila no fue la única que salió muy contenta. Angie se despidió con una gran sonrisa del mago y yo no podía creer el descaro de mi amiga. Creí que aún esperaba a su jefe, Hugo Carvajal.
Cuando llegamos a la casa rodante, preparé algo sencillo de cenar, pues habíamos comido ya muchas cosas. Luego ayudé a Sheila a bañarse y la preparé para dormir, le leí un cuento y, en cuanto, mi niña cerró los ojos, tomé dos cervezas y las llevé a fuera donde Angie me esperaba.
—¿Ya no esperas a tu jefe? —pregunté y ella sonrió.
—Por supuesto que lo espero, es solamente que quise divertirme una aro y no paso nada de lo que me pueda arrepentir con el mago, solamente fueron unos beso, unos muy ricos besos, pero iba a pasar nada más y menos en un circo lleno de gente —responde Angie pensativa y eso es preocupante, ya que ella no suele ser así.
—Algo pasa, ¿dime qué es? —indagué, pues ella está algo apagada y no sé qué ocurre.
—Me llamaron de la oficina, tu jefecito y el mío salieron de viajes de hombres solos, no sé si deba seguir insistiendo, quizás en ese viaje él consiga a una mujer con al que siquiera formar una familia —Angie de una manera, melancólica, más bien triste, no sabía qué Leonardo lombardo había vuelto a la oficina y micho menos que viajaría con su amigo, debo investigar que está pasando.
—¿Se fue así nada más? ¿No dijeron nada en la empresa o quiénes estarán a cargo? —pregunté sin poder comprender por qué esos dos se fueron así y mucho menos entiendo por qué después de tantos años Leonardo Lombardo volvió a la oficina y ahora se volvió a ir, quizás fue porque yo ya no estaba ahí.
—No, pidieron que enviaran todo a sus correos y se fueron, no dijeron a dónde ni nada simple se fueron —responde Angie y, la verdad, ya no entiendo nada.
Porque el señor lombardo volvió a la oficina, la última vez que nos vimos nada quedó bien entre nosotros y pues durante todo este tiempo que estuvo ausente siempre esperé verlo nuevamente en su oficina, pero eso nunca pasó.
Ahora me pregunto a dónde irá con Henry Carvajal, que es lo que trama ahora, será que ya superó todo lo que entre nosotros hace tanto tiempo y, como dice Angie, su jefe y el mío, podrán encontrar en ese viaje a mujeres con las que sí puedan compartir sus vidas.
Editado: 19.09.2024