Luchadora

CAPÍTULO 8

LEONARDO LOMBARDO

Hace siete años que soy viudo, tengo un hijo de ocho años llamado Brian, sufrió mucho cuando su madre murió, pero yo estoy para él y siempre será así, pero hace aproximadamente 5 años me volví a enamorar de una gran mujer y madre.

Aunque le falle, fui un cobarde, le dije lo que sentía, pero cuando supe de su enfermedad no quise pasar lo mismo que con mi difunta esposa, tuve miedo a verla morir y me aleje de ella por completo, dejé la empresa y comencé a trabajar desde mi casa y así también estaba más tiempo con mi hijo.

Ella debe odiarme, y pues no la culparía, por eso cuando supe de su recuperación no volví a su lado, no tuve el valor para mirarla a la cara después que la deje sola por cobarde, así que me conforme con verla a través de las cámaras de la oficina.

Sé que no tengo perdón, pero algo me hizo reaccionar y fue saber que el cáncer volvió. Saber que lo tendrá en su cuerpo hasta el último día de su vida sin poder hacer nada, me hizo entender que la puedo perder en cualquier momento y que me arrepentiré toda mi vida si no voy por esa mujer y la convierto en mi esposa.

Ella no me pondrá las cosas fáciles, lo sé, pero no me rendiré sin al menos intentarlo, por eso volví a la empresa a buscar en su computadora que ruta tomara en este viaje que decidió hacer con su amiga.

Cuando llegue a la empresa obtuve lo que buscaba, fui a buscar a Henry Carvajal, un gran amigo y quien me ayuda a saber todo de mi Alicia, pues su secretaria es su mejor amiga y es fácil obtener información de parte de ella.

Cuando le conté a Henry que compre una mega casa rodante para ir por ella, me dijo que me acompañaría en este viaje, que tiene un asunto pendiente con su secretaria, así que yo fui por mis maletas y mi hijo, para encontrarme con Henry en el lugar donde me entregarán mi casa rodante.

La verdad es muy grande, porque pretendo que ella deje su casa rodante y termine este viaje conmigo, si es necesario la secuestro, pero la quiero a mi lado lo que a ambos nos quede de vida, porque solamente Dios decidirá cuanto tiempo vivimos.

Ni el cáncer, ni ninguna otra enfermedad, detendrá nuestras vidas, seguiremos respirando hasta que Dios nos llame a su lado.

Una vez me entregaron la casa rodante, mi hijo entró y la recorrió emocionado, esta feliz por este viaje, le comente que iremos a buscar a unas amigas muy importantes y no le importo, pues para el este viaje es el mejor sin importar a lo que vayamos.

—¿Tienes idea de donde pueden estar? —preguntó Henry en cuanto llego con sus maletas

—Tengo la ruta que siguieron y los posibles lugares que visitarían, pues están con la niña, supongo que visitarán lugares donde ella se pueda divertir —respondí acomodándome en el asiento del piloto.

—Tienes razón, espero que las encontremos pronto —Henry pensativo lo cual me extraña en él

—¿Qué tienes pendiente con tu secretaria como para salir a buscarla tú mismo? —indague mientras encendía el motor de la casa rodante.

—Es algo entre ella y yo, pero no te preocupes, no es nada malo —responde Henry y yo comienzo a mover la casa rodante.

Nuestra primera parada es cerca del mar, nos tomará como dos horas llegar ahí o un poco más dependiendo del tránsito, pero abra válido la pena si la puedo encontrar a ella.

Sé que estuvo cerca de la playa, porque recibí la llamada de un buen amigo diciéndome que había terminado con el favor que le pedí, me sorprendió, pero el favor fue para Alicia.

Ella está usando los contactos de la familia Lombardo para hacer algunas cosas, pero sí, ella quiere usar mi apellido para solicitar sus cosas, pues la dejaré usar mi apellido, pero para siempre, pues la convertiré en la señora Lombardo.

Brian se durmió después que comenzó el viaje y Henry iba al pendiente de su computador, pues al no estar ninguno de los dos en la empresa, necesitamos estar al pendiente, dé todo, aunque sea de manera remota, pero todo sea por encontrar a esa dos mujeres y a la niña.

En cuanto llegamos a la playa, Brian recorría el lugar feliz, preguntamos en algunos sitios, si las habían visto y nadie sabía nada.

Pero nos fuimos a cenar a un restaurante donde hay música en vivo y puedes cantar si tú quieres y ahí conseguimos información.

Pues el gerente nos dijo que ahí estuvieron la noche anterior, cantaron a todo pulmón con una niña y se fueron después de esa noche, así que ahora sé que vamos por buen camino, estamos cerca y las vamos a encontrar




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