ALICIA
Leonardo está loco si cree que me va a convencer así como así, y que va a volver y yo voy a caer rendida a sus pies, por más papito que este y que sea el hombre más guapo y sexy que he visto, no le voy a poner las cosas tan fáciles.
Aunque eso no significa que no lo voy a ser sufrir un poco. Pues él, por estar con sus planes de secuestro con su amigo, no trajo mi maleta a esta casa rodante.
Bueno, si trajo mi maleta, pero solamente la pequeña, donde únicamente está mi ropa interior y mis artículos de uso personal, mis cremas, mis perfumes, mis medicamentos y pues todo lo que necesito, pero nada de ropa o pijamas.
Lo que sí trajo fue la maleta de Sheila y ya eso es ganancia, porque no sabría que ponerle a mi hija, así que en cuanto él estacionó la casa rodante y comenzó a hacer los preparativos para la película, yo ayude a mi Sheila a bañarse y luego le coloque una bonita pijama.
Ya había era la hora de la Cena, así que antes de ver la película, Leonardo se fue a buscar la Cena, así que deje a los niños escogiendo la película que quieren ver y entre a la ducha.
Al terminar de ducharme me coloqué ropa interior sexy, una de encaje rojo y, ya que el señor no trajo mi maleta y no tengo pijamas, busque entre sus camisas la más corta y la que me hiciera ver más sexy.
—Mami, Leonardo ya trajo de cenar —Me llama mi Sheila.
—Ya voy princesa —sonreí al verme al espejo y decidí soltar mi cabello.
Camine hasta donde están ellos, la cara de Leonardo cuando me ve llegar y sentarme al lado de los niños a comer fue un poema.
Yo lo ignoro todo el tiempo, pues no me importa que me mire, quiero que vea todo lo que se perdió y lo que seguirá perdiendo, hasta donde yo resista por supuesto.
Y es que no soy de piedra, ese hombre me encanta, pero haré uso de todo mi autocontrol para hacerlo sufrir un rato más.
Leonardo se notaba incómodo, pues se movía inquieto en su asiento, pero yo si estaba muy feliz, sonreía mucho con los niños mientras comíamos y su cara seria me causa gracia, saber que estaba logrando mi cometido, ese hombre está sufriendo.
Pero no crea que tiene oportunidad conmigo, por lo menos no está noche. Al terminar la cena todos nos acostamos en una gran cama a ver una película, yo me acosté a la orilla abrazando a mi hija, por supuesto no me cubrí con ninguna manta.
Al no estar cubierta, Leonardo quien fue el último en entrar a la cama porque él es quien puso la película, alcanzó a ver mi sexy ropa interior.
Tuve que contener mi risa al verlo todo rojo, a punto de un colapso se acostó del otro lado de la cama junto a su hijo.
Yo sonreí dichosa con mi hija en brazo a quien no dejaba de darle pequeños besos, pero a mitad de la película nuestros hijos se durmieron.
Por supuesto, yo me quedé abrazando a mi niña y él se levantó incómodo, camino hasta la otra habitación, que es donde él duerme y volvió con una manta.
Me cubrió con la manta y yo me acurruque con mi niña, no le dije nada, pues no me importa que sufra al verme de esta manera, él se lo buscó por idiota y cobarde.
Me acurruqué con la manta y Sheila por qué ya hacía frío, y si seguía al descubierto seguro me enfermaba y no quiero, mejor si me cubría y me mantenía calentita, pero con mi niña en brazos.
Seguí mirando la película con mi niña dormida en mis brazos cuando note que Leonardo jugaba con un mechón de mi cabello y no observa la película, sino a mí junto a Sheila.
Lo observé con cara de enojada y él me guiñó un ojo, yo le volteó los ojos y quito él mechón de mi cabello de entre sus dedos y él sonríe.
—hasta enojada te ves hermosa —comenta el muy idiota, como si con eso me fuera a comprar.
Salí de la manta, me agache para tomar en mis brazos a mi hija y me la lleve a la pequeña habitación al lado de la de él, supongo que es donde dormía Henry, pero necesito alejarme de ese hombre.
No puedo ceder tan fácil, así que cerré la puerta, no sin antes mostrarle el dedo del medio a ese tonto a quien se le escapan una carcajada, pero cubre su boca cuando su hijo comience a moverse.
Después de cerrar la puerta entró a la cama con mi hija y la abrazó con fuerza, no creo poder soportar estar cerca de Leonardo sin que pase nada por mucho tiempo, ese hombre es como un buen vino una vez que lo pruebas quieres seguir timando.
Y sé que si llego a ceder con ese hombre ya no podré parar y lo voy a perdonar, así que espero que Angie y Henry, aparezcan pronto con mi casa rodante y poder alejarme de él lo más pronto posible.
Editado: 19.09.2024