Luchadora

CAPÍTULO 17

LEONARDO

Con la ayuda de Henry, arregle la casa rodante y él se llevó a los niños, le pregunte por Angie y me dijo que dormía, pero no indague más, necesito estar a solas con Alicia, pues quiero que me perdone y que sepa que si me acepta no la volveré a dejar sola jamás en mi vida.

Como Alicia se tardó comprando con mi tarjeta, tuve tiempo de hacer todo, tenía que pedirle perdón y proponerle algo que espero que acepte, la amo y de eso estoy muy seguro.

Quiero estar a su lado hasta el último momento que ambos respiramos, Quiero despertar a su lado cada mañana, por eso me atreví a hacer todo.

Decore la habitación, con globos en forma de corazones los cuales forman la palabra perdón y me arrodilló frente a ella buscando su perdón y para demostrarle que la amo y ya no la voy a dejar me atreví a preguntarle si quiere ser mi esposa.

Aunque ella se quedó inmóvil, no decía nada y tampoco se movía, lo que me causaba susto, además estoy arrodillado desde hace un rato y ya mi rodilla duele.

—Ali, hermosa dime algo —Supliqué.

—¿Sabes que el cáncer no se irá?, ¿no vaya a salir corriendo, se las cosas se llegaran a complicar? — preguntó Ali, y si entiendo su miedo fui un cobarde en el pasado, pero jamás la volveré a dejar sola sin importar lo que pase

—Nunca, no te dejaré sin importar lo que pase, aun en los momentos más difíciles y desagradables estaré ahí luchando a tu lado, prometo que esta vez no voy a dejarte —respondí y ella se acercó, se arrodilló frete a mí y me beso, por supuesto yo también la bese.

—¿Esto es un sí? —quise confirmar y ella asintió con su cabeza, la volví a besar y le coloqué el anillo.

—Es un bonito anillo —comenta Alicia mientras ambos nos ponemos de pie, la verdad ya no soporto las rodillas.

—Sí, perteneció a mi madre y es justo que ahora sea de la mujer que amo —la volví a besar, pero esta vez con un poco más de deseos.

Acaricie lentamente su magnífico cuerpo y la llevé a la cama, esta noche quiero hacerle el amor en toda la extensión de la palabra, no hubo rincón de su magnífico cuerpo que no besara con cariño y dulzura

No quiero simple sexo, quiero hacerle el amor como ella se lo merece, con cariño y dulzura, quiero que sepa que esto es real, que lo que siento por ella es fuerte y nadie podrá hacerme dejarla nunca más.

Entre beso y caricias le quito toda su ropa y ella me ayudó a quitarme la mía hasta quedar completamente desnudos, la bese por todos lados y la acaricie hasta asegurarme que elle estuviera lista para mí y mi amigo que la verdad no tiene un tamaño pequeño y no quiero lastimarla nunca.

En cuanto los dos estábamos más que listos, me introduje en ella poco a poco, ella se estremeció ante mi invasión y entero sus unas en mis espaldas, le dolió un poco, no se hace cuanto no tiene intimida, pero creo que fue hace bastante.

Lo que comenzó lento y pausado, poco a poco se volvió más salvaje y rápido, ambos nos entregamos a él placer, nos dejamos llevar por el deseo y alcanzamos nuestro primer orgasmo de la noche, juntos en un frenesí de deseo.

No descansamos mucho, tras el primer orgasmo de mi Alicia y de haber llegado juntos a la cima de nuestro placer, seguimos disfrutando uno del otro.

La hice mía en múltiples posiciones, ambos nos dejamos llevar por ese fuego interno que nos quemaba y terminamos, probado múltiples posiciones hasta altas horas de la noche.

Ambos estamos agotados, pero felices, como no cenamos nos detuvimos para cenar y recuperar energías, luego seguimos disfrutando la llevé a la ducha donde cambiemos justo los dos y mientras nos duchamos la volví a hacer mía.

Ya agotados volvimos a la cama a dormir abrazados, para luego poder seguir amándonos, pero como buena madre que es ella quería saber por su hija.

—¿Dónde está Sheila? —preguntó mi ahora prometida, casi dormida.

—Su madrina y mi amigo los están cuidando, no te preocupes —respondí mientras dejaba un beso en su frente.

—Así que ella te ayudó, esta me las paga —comentó justo antes de quedarse dormida y yo sonreí al verla dormir en mi pecho.

No le pienso fallar otra vez, voy a acompañarla lo que nos reste de vida, quiero estar a su lado siempre y amanecer abrazado a ella todos los días de mi vida.

Sin ella nada tiene sentido y me arrepiento enormemente el no haber estado con ella antes, de ahora en adelante me dedicaré a cuidarla, consentirla y darle todo lo que ella se merece.

Con todos esos pensamientos en mente me quedé dormida con ella, al despertar ella dormía tan hermosa que no pude evitar comenzar a besarla y acariciarla, ella estaba desnuda al igual que yo por lo que su cuerpo despertó mi deseo y tuve que despertarla a ella para jugar un rato.

Ella despertó con una sonría en su rostro, y aunque que por un momento puso cara de reproche por despertarla, pues no se resistió a que nos despertaremos mejor entre besos y caricias y muchos gemidos, así los despertares serán más lindos y entretenidos, quien ni va a querer despertar de esta manera.

Luego de juguetear un rato en la cama y de despertar por completo nos volvimos a duchar juntos, nos arreglamos y preparamos el desayuno juntos.

De ahora en adelante no la voy a dejar hacer nada sola, siempre estaré ahí para ayudarla, consentirla y hacerla a feliz, no quiero ver tristeza en su hermoso rostro, yo simplemente quiero verla sonreír cada día por el resto de nuestras vidas.

Por supuesto con nuestros hijos al rededor, porque sé que para ser feliz junto a Alicia, debo querer a Sheila como su padre, lo cual no será difícil porque esa niña es un amor, es dulce, divertida, llena de energía idéntica a su madre, ambas son muy fáciles de amar.




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