ALICIA
Cuando por fin pude tener un sueño relajante, desperté con energía y vi a Leonardo completamente desnudo a mi lado y como soy perversa quise despertarlo de la misma manera que él lleva despertándose desde que acepte ser su esposa.
Con mi mano tomé su trompa de elefante la cual dormía y comencé a acariciarla, rápidamente se fue despertando y poniéndose como me gusta, él se movía, pero seguía durmiendo, supongo que piensa que es un sueño.
Sonreí con malicia y me subí encima de él introduje su trompa de elefante en mí y comencé a moverme en busca de mi placer, en ese momento Leonardo abrió los ojos y sonrió al ver lo que hacía.
—Eres una pervertida, aprovechada, pero me encantas —Leonardo feliz con la vista que le ofrezco, me dejo ser yo la que marcará el ritmo y buscará mi placer cuando llegamos a la cima del placer, entonces el tomo el control.
Aro mis manos y las dejo bien apretadas en la orilla de la cama, me moro con una gran sonrisa llena de maldad y tuve miedo por mí, ajajá la verdad, no sé qué lo que me haga lo voy a disfrutar.
—Dime si te molestan las ataduras —pide Leonardo
—No, estoy bien —respondí con una gran sonrisa.
—Bueno, ya regreso —Leonardo salió de la habitación y tirando unos minutos, pero cuando volvió lo hizo con chocolates, fresas y cubos de hielos, además de una botella de vino.
—Te voy a comer como lo que eres, el dulce más delicioso de este mundo —expreso, leonado y dejo las cosas en la cama, yo estaba nerviosa, aunque también quería saber que me va a hacer.
Primero tomo un cubito de hielo y lo paso por mis pezones, yo por supuesto me estremecí al sentir el frío en mis pezones excitados y él sonrió, jugo con uno, luego con el otro y yo quería participar en su juego, pero mis manos estaban atadas él tenía el control por completo.
Después de estremecerse con los cubitos de hielos, tomo el chocolate y lo unto por todo mi cuerpo, para luego con su boca comenzar a limpiar mi cuerpo, aunque estaba pegajosa con el chocolate, disfrutaba lo que su boca hace en todo mi cuerpo.
Me estaba perdiendo en el deseo tan grande que crecía dentro de mí, me moría por tocarlo y no podía y todo eso me enloquecía, porque él con sus dedos jugaba en mi interior y lo único que yo quería es que su trompa de elefante estuviera dentro ya.
Pero él disfrutaba hacerme sufrir, jugaba muy lento y mi desesperación crecía a cada segundo, yo únicamente quería que me dejara llegar al orgasmo y él no me lo permite.
—Si súplicas, te dejaré llegar —él me dio un poco de vino y lo agradezco porque sentía mi garganta muy seca, pero aun así no le voy a rogar, no soy mujer de las que ruega, negué con la cabeza y él sonrió.
Tomo una fresa y recordó mi cuerpo con ella, se detuvo en mi boca y me dio a probas la mita y él se comió la otra mitad.
—Eres la mujer más terca de este mundo y por eso me encantas —confesó y esta vez en vez de jugar en mi zona más íntima con sus dedos, lo hizo con su trompa de elefante.
No entro, pero si tocaba la punta y yo de verdad quería que acabará con esa tortura y me hiciera gritar de placer, pero él estaba disfrutando demasiado mi cara de desesperación, pero esta me las paga Leonardo lombardo, él pronto estará en mi situación y entonces seré yo la que lo haga suplicar.
—Dime que quieres y te lo daré —me indica con la vos ronca, esa vos que me encanta y ya yo no podía resistirme más.
—Te quiero dentro de mí —respondí y antes de que yo pudiera pensar en lo que dije, su trompa de elefante se introdujo en mí causando que yo gritara de placer.
Él sonrió y tomo mis piernas, las alzó y comenzó a penetrante sin piedad, yo sentía mucho placer, con un poco de dolor, pero era más el placer, así que nunca le pedí que se detuviera, quería seguir así hasta que después de un rato en donde yo sentía que me iba a partir a la mitad tuve el mejor orgasmo de mi vida y él me acompañó.
Leonardo calló rendido encima de mí, ambos estábamos exhaustos, él soltó mis manos y se rodó de lado para quedar abrazados.
En cuanto recuperamos un poco el aliento, él me llevó en sus brazos hasta la ducha y lavo todo mi cuerpo con mimos, yo apenas y podía sostenerme en pie, porque después de semejante momento mis piernas temblaban.
—Mañana iremos por los niños y comenzaremos a organizar la boda para la fecha que escogiste —me comentó mientras colocaba shampoo en mi cabello.
La verdad cuando le respondí lo de la fecha de la boda estaba a nada de dormirme, así que no tengo ni idea de cuál fecha le di, pero se lo preguntaré después, ahora dejaré que lave mi cabello y me consienta para poder ir a dormir de nuevo.
Yo quería dormir, pero Leonardo no me dejó, dijo que comiera primero, así que me llevó en sus brazos a la mesa y comimos juntos, luego el cambio las sábanas llenas de chocolate y otras cosas y me llevo a la cama, donde me quede dormida inmediatamente.
Leonardo va a pagar lo cansada que me dejo muy pronto, y el hacerme suplicar aún más, que lo disfrutara no significa que lo vaya a dejar hacer conmigo lo que quiera y pues ya tengo un plan para hacerlo sufrir.
Aunque primero debo retomar mis energías o voy a morir por culpa de ese hombre, no sé por cuanto tiempo dormir, pero cuando desperté Leonardo me dijo que ya había acordado con Henry donde nos encontraríamos para reunirnos todos.
Así que tomé un baño y me arregle lo mejor posible para cuando vea a mi niña, la cual se debe estar preguntando por qué no estoy con ella si le prometí que en este viaje estaríamos todo el tiempo juntas.
Editado: 19.09.2024