Luchadora

CAPÍTULO 24

ALICIA

Me coloqué la ropa interior más sexy que compre, una de color rojo, dejé mi cabellera suelta y salí del baño, en cuanto Leonardo me vio sus ojos los decían todo, me deseaba y se sentía frustrado de no poder levantarse y tomarme.

—Alicia no me hagas esto —Suplico él, mientras yo sonreía con malicia, me encanta verlo suplicar, pero esto recién comienza.

—Has tenido un mal comportamiento dejando que otras mujeres vieran lo que me pertenece, además también me hiciste suplicar y eso no me gusta —comente mientras me acercaba él, con una gran sonrisa risa en el rostro.

Acaricie cada sentimiento de su espectacular cuerpo, luego lo bese, mapa entonces pasar a liberar a su trompa de elefante, la cual atendí muy bien con mis manos y luego con mi boca, debo destacar, que la tropa de elefante no cabía en mi pequeña boca.

Pero le di placer lo mejor que pude, él se estremecía en la cama, se moría por tocarme, pero no lo deje, hice que se liberará en mi boca y después de tratarlo le sonreí con una mirada llena de perversión.

—Suéltame —pide él con la perversión instalada en su rostro, sé que si lo suelto me hará pagar muy caro lo que acabo de hacer.

Ja, ja, ja, pero yo soy masoquista y pues me acerque a sus labios lo bese y antes de dejar de besarlo mordí con fuerza su labio dejando mi marca en lo que me pertenece, luego baje por su cuello y su cuerpo dejando pequeñas marcas.

Él no quería que lo hiciera, pero yo quería recordarle que él me pertenece y que no me gusta que nadie mire lo que es mío. Al dejarlo todo marcado sonreí viendo su cara de deseo y enfado al mismo tiempo, pero que lastima que esta noche no podre complacerlo.

Le di un beso en los labios, luego fui a la ducha por un raro, me vestí muy hermosa y deje mi cabellera suelta, cuando Leonardo me miró su cara de sorpresa se hizo presente.

—¿Qué crees que haces? —preguntó Leonardo preocupado y yo le regale mi mejor sonrisa.

—Saldré a caminar o a cenar, no lo sé, lo decidiré en el camino, pro lo pronto tú estás castigado por dejar que esas mujeres vieran lo que es únicamente mío —le di un último beso y sale con una gran sonrisa en el rostro mientras él me llamaba a gritos, jajaja sé que esto me a costar mucho y estoy dispuesta a pagar el precio al doble si quiere.

En cuanto cerré la puerta de la habitación, tome el celular de Leonardo el cual había traído conmigo, porque no sé en donde quedó el mío, le escribí a Angie y sin esperar su respuesta, salí y camine hasta un bar cercano al hotel con vista a la playa un lindo lugar para terminar mi despedida de soltera, jajaja, si es que Leo después de lo que le acabo de hacer aún se quiere casar conmigo.

ANGIE

Cuando vi a mi Henrycito, subido en ese escenario sin camisa y las mujeres se acercaron a darles unos billetes se me pasaron todos los tragos que traía encima y me subí al escenario.

Aparte a dos viejas brujas que querían tocar al hombre que me pertenece y a él lo saqué de la oreja de ese lugar, ahora resulta que yo pase acosándolo años para que vengan dos facilitas a querer comerse lo que es mío, como si yo lo fuera a permitir.

Al llegar a fuera lo llevo al callejón oscuro a un lado del bar y lo bese, acaricie, encendió toda la llama de su cuerpo y él ni corto ni perezoso comenzó a tocarme también, me atrajo a él y restregar a su anaconda, la cual ya estaba muy despierta.

—¿Cómo llegaste hasta aquí? —indague mientras le quitaba su pantalón y él trataba de quitar mi ropa, pero no lo deje.

—En esa moto —él señaló del otro lado del callejón y justo al lado de la casa rodante estaba una moto roja y yo sonreí con maldad.

—Déjame ser yo quien te complazca —me agache frente a él y con una mano libere a su anaconda mientras que con la otra saque las llaves de la moto de su pantalón en el suelo.

El cerro los ojos cuando comencé a mover mis manos en su anaconda y disfruto aún más cuado llevé a la anaconda a mi boca, él se estremecía con los ojos cerrados y yo sonreí, por qué antes de que él pudiera llegar a terminar.

Me puse de pie y corrió lo más rápido que pude, subí a su moto y la encendí, inmediatamente acelere y alcance a ver su cada de sorpresa cuando me fui, porque no solamente me llevé su moto sino su pantalón.

Eso le pasa por dejar que otras mujeres se le acercaran y mostrar lo que me pertenece, con una sonrisa en el rostro detuve la moto porque mi celular sonó y era un mensaje de Alicia.

Ella también hizo una travesura y me encontraré con ella en un bar en la playa, volví a poner en marcha la moto y llegué a la playa, ahí estaba mi buena amiga sentada en una de las mesas con una botella de vino y dos copas, me las mostró con una gran sonrisa.

—Carpe diem, amiga —comenta ella y yo sonrió

—Carpe diem, jajajá —me senté su lado y nos servimos el vino a disfrutar del momento.

Ambas sabemos que esos dos hombres nos van a querer matar, pero nosotras estamos dispuestas a dejar que nos mate, pero de placer jajajá

Sé que mi henrycito debe estar superenojado, porque no solo lo deje con las ganas, sino que me traje su trasporte y su pantalón ja, ja, ja, en mi defensa la casa rodante no está bloqueada y la llave está escondida, él puede tomarla e irse a donde quiera ja, ja, ja

Espero y él la revisé o si no pasará una larga noche en aquel callejón hasta encontrar como volver a mí, eso le pasa por querer pasársela de listo.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.