Perdiendo la fe

Capítulo 3

Perdiendo la fe.

Aún esperaba que la jefa de Alejandro dijera algo más, ya que al parecer yo cubría las expectativas para lo que estaba buscando, me sonrió de manera complacida y luego iniciaron las preguntas sobre mi vida y a que me dedicaba.

No me era cómodo mentir sobre lo que había dejado meses atrás, pero en la nueva vida que estaba tratando de llevar, necesitaba enterrar lo que una vez fui en ese lugar, por lo tanto, solo me abstuve a contarle una verdad a medias, dije que trabajé como asistente para un hombre de una empresa y que actualmente, me dedicaba a ser camarera de una cafetería cerca de la playa.

Alejandro comentó haberme visto atender, por eso atraje su atención y decidió hablarme sobre el empleo, ya que su jefa estaba urgida por esa modelo poco común y hermosa que necesitaba para refrescar la imagen de su empresa, por el hecho de que como lo mencionó anteriormente su mano derecha, o sea Alejandro, ella estaba harta de siempre tener los mismos resultados en todas las fotos.

—Supongo que no tienes ningún tipo de experiencia en este medio —cuestionó y mi corazón se detuvo, por supuesto que yo no tenía experiencia frente a una cámara, por lo tanto, miré a Alejandro buscando su ayuda. Él actuó con rapidez entendiendo mi incomodidad e intervino.

—No, Ellen, ella es nueva en este medio y la verdad quise traerla porque sabía que tú quedarías encantada con su apariencia para lo que estabas buscando —explicó y la mujer sonrió con los labios cerrados.

—Oh, por supuesto, eso es lo menos importante Alejandro, solo hago la pregunta para ver que tanto sabe ella del medio, pero como tengo buen presentimiento con esta chica, quiero que tú mismo te encargues de su entrenamiento, necesito tenerla lista para una semana —ordenó en un tono amable y el interpelado asintió como si estuviera asumiendo el reto de comprometerse a entregar el pedido que ella había hecho.

—Ok —contestó y la mujer dirigió su atención a mí para invitarme a observar el escenario de fotografía donde una modelo estaba posando libremente para otro sujeto que sostenían una cámara mientras la fotografiaba.

Antes de terminar Alejandro me hizo señas para que lo pudiera seguir, Ellen estaba distraída dirigiendo a la modelo para indicar cuál era la mejor pose, desde luego no se trataba de algo fácil, ya que se les exigía hacer un trabajo con excelencia. Ya fuera del estudio él me explicó que quería hablarme sobre las futuras oportunidades que podría tener si aceptaba el empleo, cosa que atraía mi atención, porque el objetivo principal para irme de Nueva York, era para hallar una oportunidad que me abriera camino para regresar en mejores condiciones de las que me había marchado.

Alejandro me invitó a un restaurante frente a la empresa y ahí estando más tranquilos inició la conversación sobre ese tema importante.

—Y bien, qué te pareció —quiso saber, ya que en todo lo observado siempre mantuve discreción, solo moraba y analizaba las probabilidades de que yo pudiera llegar a ese nivel de profesionalidad.

—Es interesante, también de adaptarse —contesté con honestidad.

—Sí, pero como escuchaste de mi jefa, tendrás un entrenamiento previo para poder realizar tu primera sesión, esto es algo bastante importante si quieres dedicarte de lleno al trabajo —comentó y alcé las cejas, no me imaginaba siendo parte de algo así de considerable, porque todavía era difícil creer que algo tan bueno estuviera ocurriéndome.

《 Aria, por favor, cree en la vida por al menos una vez 》

Me regañé a mí misma, por el hecho de considerar imposible algo tan maravilloso.

Quizás era el momento en el cual el sol podía salir e iluminarme hacia un mejor futuro que me beneficiara, porque aún seguía pensando en Nicolás y el hecho de extrañarlo pesaba más en mis hombros, no pensé que eso fuera a afectarme tanto, hasta tener la experiencia de esa terrible sensación cuando se pierde el sentido y también se olvida como respirar.

—Estaré dispuesta a aprender, de verdad me interesa trabajar aquí como modelo —me atreví a decirle y amplió una sonrisa.

—Verás que es la mejor decisión de tu vida, todo cambiará mucho y estoy bastante seguro que en este medio surgirás muy rápido —declaró convencido. Tomé sus palabras como una señal y desde ese momento inició un cambio para mí.

Él me explicó mis labores iniciales, obviamente el proceso de entrenamiento no se pagaba, por lo cual tendría que trabajar en la cafetería y tomar las clases para lograr obtener mi primera sesión, sabía que eso no sería fácil porque tendría que realizar un trabajo doble, pero valdría la pena si más adelante veía los frutos y resultados de ese sacrificio. Alejandro mencionó que mi primer entrenamiento empezaría al día siguiente si era posible y yo estaba de acuerdo, todo eso con el propósito de estar lista lo antes posible.

Debía tener una mente abierta y dispuesta para captar todos sus consejos y trucos, así que después de ponerme al tanto de los reglamentos antes de firmar un contrato con la empresa, aunque eso iba a ocurrir más adelante, dijo que siempre le gustaba ser claro con las chicas que entraban a la empresa, todo su trabajo parecía ser transparente y me agradaba eso, debido al hecho de que indicaba su nivel de profesionalismo.

Me entregó una copia de contrato para que yo la pudiera leer en casa mencionando las cláusulas más importantes, y que si tenía alguna duda al respecto, podía preguntarle y él respondería inmediatamente, su teléfono.

De esa manera quedamos, él ofreció a llevarme hasta mi casa donde luego de despedirme ingresé a la pequeña habitación para leer con detenimiento ese contrato, me concentré en las cláusulas que Alejandro dijo, aunque era necesario leerlo todo él comentó en la página 11 existía una sección sobre mis deberes y derechos con la empresa, por supuesto al firmar un contrato legal con ellos aceptaba su representación y como mayor de edad estaba consciente de este hecho, también aceptaba proporcionar un 40% de ganancias las cuales correspondían a ellos. Pasé tanto tiempo leyendo que mis ojos se cerraron y no supe más de mí hasta la mañana siguiente.