Me desperté muy temprano, como todas las mañanas salgo a correr y hago ejercicios en un parque cerca de mi casa, después de una hora entro a darme un baño y a arreglarnos con Luciano para ir con el neurólogo.
—A Luciano no le gustan las personas, a padre si le gustan, Luciano obedece a padre.
— Campeón, sé que no te gustan las personas, vamos a ir a visitar a un amigo de papá y después vamos a ir a la oficina, a Luciano le gusta ir a la oficina de papá, ¿verdad?
—Si a Luciano le gusta ir a la oficina de padre, ¿Luciano puede llevar su tablet?
—Sí, hijo, terminemos de desayunar y sube a lavarte tus dientes para irnos, no olvides nada para que te entretengas en la oficina.
Terminamos de desayunar, Luciano subió por sus cosas y yo por las mías, lo acomodé en el auto y salimos a la clínica donde veremos al neurólogo. Al llegar nos registramos con la señorita quien al ver a Luciano le regaló una sonrisa, cuál mi hijo correspondió y se me hizo extraño, eso no lo hace con nadie, ni conmigo es raro verlo sonreír.
Nos sentamos a esperar hasta que fuimos llamados, entramos al consultorio, el doctor al ver a Luciano se acercó a él y lo saludo extendiendo el brazo y puño cerrado, Luciano lo saluda igual y a mí me saluda de mano, nos pide tomar asiento.
— bien empecemos, mi nombre es Camilo Sierra, soy neurólogo pediatra y me especializo en niños con síndrome del TEA (Trastorno Espectro Autista), Mario ya habló conmigo sobre Luciano, lo primero que vamos a hacer es platicar con este Campeón, también le mandaré a hacer estudios para determinar el nivel y como trabajaremos con terapias conceptuales, ¿le parece bien?
— ¿Bien doctor, solo una pregunta, estuve investigando sobre lo que puede tener Luciano, al crecer, lo hará como un niño normal?, su condición puede afectarle en su crecimiento?
— Luciano es un niño normal, pero especial, su condición no lo hará diferente a los demás, los niños con TEA son niños aunque antisociales, son muy inteligentes, son unos niños con un intelecto superior a un niño de su edad. Solo hay que saber entenderlos y guiarlos adecuadamente y no se preocupe por lo que pueda suceder en el futuro, viva el día a día con Luciano y va a descubrir muchas cosas interesantes en él.
— Bien doctor, solo es que esto es nuevo para mí, pero estoy dispuesto a hacer cualquier cosa por verlo feliz y crezca sano y fuerte.
— ¿Todo con amor y paciencia, bien vamos a ver, Luciano te gustaría acompáñame a esa mesa de allá? ¿Vamos a platicar tú y yo te parece?
—A Luciano le gusta, dibujar y pintar, Luciano va a platicar con amigo de padre, Luciano va a ir a esa mesa a platicar.
Mientras Luciano y el doctor Sierra estaban platicando, yo los observaba, el doctor le daba objetos y Luciano los acomodaba, le hizo hacer muchas cosas en lo que platicaban, después llegaron a donde yo estaba, Luciano adelante del doctor con sus manos en el bolsillo de su pantalón y una cara seria
— Padre, a Luciano le gusta platicar con amigo.
—que bueno Campeón —le revuelvo sus cabellos y acaricio su mejilla
— Bien señor Montemayor, esta es la orden para los estudios que se me harán a Luciano, pase con mi asistente y ella le indicará a donde ir, ya que tenga los resultados los veo en dos días, esta es una receta con el medicamento que tiene que tomar, Luciano nos vemos en dos días y recuerda lo que platicamos, ve con papá, te portas bien.
—Si Luciano se portará bien, Luciano no le gusta que padre se ponga triste.
—gracias doctor Sierra, en dos días estaremos aquí, con permiso.
Salimos del consultorio y la asistente del doctor nos llevó al lugar donde le harían los estudios a Luciano, cuando fue nuestro turno entramos, primero le sacaron sangre, fue muy valiente, se portó bien y es raro, no le gusta que lo toquen. Después lo llevaron y le cambiaron la ropa por una de hospital y lo acostaron en una especie de cama e ingreso por un tubo, después de unos diez minutos salimos de ahí, ya Luciano estaba irritado, se le veía en su carita, me da mucha tristeza ver a mi hijo pasar por esto, me siento impotente.
— ¿Papá puede abrazar a Luciano y salir con él en sus brazos? Llevaré a Luciano a comer helado —pregunto y Luciano me voltea a ver.
—Si padre abraza a Luciano, Luciano quiere helado de fresa y chocolate.
Lo abracé y cargue hasta llegar al auto, lo acomodé y abroche el cinturón, pasamos por la heladería, pedimos su helado y yo pedí uno de vainilla, después de comer nuestro helado, nos fuimos a la oficina, donde lo baje en mis brazos, ya que se había dormido. Lo llevé a la pequeña habitación que tengo para descanso, ahí lo acosté mientras yo trabajaba.
—Señorita Delia podría pedirnos de comer a mi hijo y a mí, vamos a comer en la oficina, si no hay pendientes, pasaré la tarde con Luciano.
— Claro, señor, en un momento le pido la comida, ¿algo especial para el niño Luciano? Ah, solo le recuerdo que debe llamarle a su hermana, se comunicó en la mañana, dijo que no había podido comunicarse con usted, —contesta mi secretaria.
—Gracias señorita Delia, pide una comida infantil para Luciano y para mí lo de siempre, en un momento le marco a mi hermana, si se ofrece algo me hablas.
—Hola extraña, como estás, perdón por no contestarte, anduve ocupado con Luciano en el doctor, —llamo a mi hermana por teléfono
—¿Hola extraño, que tiene mi sobrino, está bien? ¿Es grave?, oh por dios Santi, me hubieras avisado para ir a ayudarte.
—Cálmate enana, él está bien solo es rutina, lo llevé al neurólogo que me recomendó Mario, es difícil de explicar, más tarde te marco y te explico, y si piensas regresar ni lo pienses, enfócate en tus estudios y en vacaciones nos veremos, cuídate hermana al rato podrás hablar con ti sobrino está dormido, estamos en la oficina.
— Está bien, cuídense los amo mucho, me marcas al rato, hay algo que quiero hablar contigo, Chao hermanito, —nos despedimos y cuelgo la llamada.
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Editado: 27.10.2024