La solté y le sonreí, después me senté en el sillón viendo hacia el pequeño jardín dónde paso mis tiempos libres cuidando de esas flores junto con mi nana, Mine se acerca y también se sienta en el otro que está a mi lado.
—El arquitecto Montemayor es tu amigo, ¿verdad? —le pregunto viendo hacia el jardín y soltando un suspiro, volteo y la veo con la ceja levantada y con una sonrisa rara.
—¿a mi hermanita le gusta mi amigo, el arquitecto? —me pregunta, no logro entender su gesto que hace, sonríe como el personaje de una película que vi con papá, ¡mi hermana si es rara!
—No sé qué es gustar, solo que cuando lo conocí me pareció que es como yo, —le digo viendo hacia el jardín, no me gusta mantener mi mirada con los demás, y mi hermana lo sabe
—Lo sé, tú no ves a nadie, excepto a tu familia más de unos segundos, en cambio, me di cuenta de que a Luciano lo volteabas a ver cada que él hablaba, y hasta estabas nerviosa, eso quiere decir que te gustó o te sentiste bien al verlo, —me dice y me toma la mano para que voltee a verla. —Clarita, cuando una persona te gusta y lo digo una persona o alguien que no sea tu familia, lo quieres ver, buscas con tu mirada en dónde está esa persona, —me explica y yo le pongo atención.
—yo no lo conozco, porque me debe gustar, —le digo por qué no entiendo lo que me dice y me pare sintiendo cosas dentro de mí, —creo que me voy a enfermar, me siento raro aquí dentro —le digo señalando en la parte de mi estómago y me abrazo calmando esa sensación.
—Mi hermanita se enamoró de mi amigo, genial, eso quiere decir que será mi cuñado, —dice riendo y se acerca para abrazarme, yo la aparto y ella entiende que quiero mi espacio, —no pienses mucho, habla con tu psicóloga para que le expliques lo que sientes y ella te ayude con el tema, yo vendré después y te traeré libros para que leas, me voy tengo un compromiso con unas amigas, —me da un beso en la mejilla y se va
Después de platicar con Mine, me quedé pensando en lo que me dijo, a mis veintitrés años no he salido de mi casa, no conozco a nadie que no sea mi familia y los empleados de la casa. Don Lupe, el dueño del café que me gusta ir, la mesera que siempre me atiende y de ellos a nadie más.
No me gusta estar con personas ajenas a mi entorno y cuando acompaño a mi papá a la empresa no salgo de su oficina trabajo junto a él, pero ir a esa reunión que fue la primera y quería ir cosa que a mí, papá le extraño y ver a ese hombre hablando me llamó la atención y me hizo sentir bien en confianza, sentí que estaba en familia.
Hoy fui al café, como siempre me senté en mi lugar favorito, estaba leyendo un libro y alcé la vista al escuchar que la puerta se abrió y era él arquitecto que entró y pidió dos cafés y unos panecillos, ¿por qué mi corazón empezó a latir fuerte? Eso no me gusta, voy a ir al médico, ¿será una crisis de ansiedad?, pero no estoy en peligro. Trato de levantarme y siento que alguien me ve, cuando levanto la mirada ya no está, tomo mis cosas y salgo de ahí, le digo al chófer al abrir la puerta del auto que me lleve a la clínica de mis tíos.
Mi tío es cardiólogo, llegó a su consultorio y preguntó por él y como su asistente me conoce me hace pasar.
—hola tío, tengo un problema aquí — le digo señalando mi corazón y sentándome en una de las sillas frente a su escritorio.
—Hola, mi sobrina hermosa, a ver cuéntame qué sientes, —me dice levantándose de su silla y haciéndome levantar también para que me acueste en una cama que tiene para sus pacientes.
Yo le señalé dónde sentía la molestia y él empezó a auscultar con su estetoscopio, yo sentía mi corazón latir fuerte y seguido, él estaba en silencio escuchando, cuando terminó me quedo viendo y me ayudó a levantarme.
—¿cuándo empezaste a sentirte mal?, — me pregunta, yo le dije que hace unos minutos, siguió haciendo preguntas que le respondía, —bien te voy a mandar a hacer unos estudios, ya conoces la rutina, vas a laboratorio para que te los hagan y cuando estén listos los vemos te parece, no te preocupes no es nada malo, pero descartaremos todo, —me da la orden de los estudios y le doy las gracias —, cuídate, regresa a casa y descansa.
Salí del consultorio, fui al laboratorio a hacer las citas para los estudios y salí de la clínica, al llegar a casa todos estaban en la sala, hasta mi hermana y se me hizo raro.
—¿estás enferma?, ¿te sientes mal? Mi niña porque no nos dijiste que te sentías mal, —dice mi mamá con lágrimas en sus ojos, —me preocupe cuando tu tío hablo para decirnos que te mando a hacer unos estudios, ¿en verdad estás bien?— Me volvió a preguntar
—Estoy bien, bueno es que estaba en el café… Les conté lo que había pasado y el porqué había ido con mi tío, y Mine se empezó a reír fuerte, la volteo a ver, no entendí por qué se ríe, —¿por qué te ríes?
—Papá, mamá, mi hermanita está enamorada y no sabe lo que sintió, fue emoción por ver al chico que le gusta, —dice entre risas —y nosotros pensando en que algo grave tiene, me da gusto y es bueno que clarita conozca a alguien, —menciona y mi papá frunce el ceño.
—Como sea, cuando tienes la cita para tus estudios, yo voy a acompañarte, y si algo grave tiene tu hermana y tú pensando en tonterías, —dice mi padre enojado, se levanta del sillón y entra a su despacho.
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Editado: 27.10.2024