—Di dígame, Señor Montemayor, para que soy bueno, —dice tartamudeando y secándose las manos en su pantalón, su mirada no la levanta.
—Los informes que me dio esta mañana no concuerdan con los que paso la semana pasada —dice Zully retándolo con la mirada —díganos, señor Gómez, ¿hay algo que nosotros debamos saber?,-le pregunta y eso hace que se ponga más nervioso
—No sé de qué habla, señorita Montemayor, yo le di los balances correctos, ahí están todos los gastos que la empresa ha tenido y los ingresos que ha habido —dice tembloroso, lo cual no le creo nada.
—Señor Gómez, sabía que si no nos dice la verdad, ¿podremos demandarlo por fraude a la empresa y mandarlo a la cárcel? —le digo desde el lugar donde estoy, ya que no me sentía cómodo estar cerca de él, —solo queremos que nos diga quien le pidió hacer estos desvíos y le prometo que lo dejaremos fuera de esto, como si no hubiera pasado nada, —menciono y este hombre nos queda viendo a todos.
—Señor, he trabajado muchos años al lado de su papá y nunca he hecho nada malo y mucho menos esto de lo que se me está acusando, —dice y Josué ya está perdiendo la paciencia, lo toma del cuello de la camisa.
—Precisamente porque mi tío le dio la confianza, usted se tomó atribuciones que no debió, y esto no tiene nombre, antes de que pierda la paciencia con usted, nos va a decir quién le dio autorización de hacer estos desfalco o hago entrar a la policía que está ahí afuera esperando para arrestarlo. —le dice ya muy enojado.
—Está bien, está bien, tengo familia, yo solo lo hice porque necesitaba el dinero, —dice temblando de miedo, —hace unos días me contacto el señor Francisco Torres y me contacto y me ofreció una suma de dinero si le hacía un favor a una amiga, que no iba a afectar en nada mi trabajo, —dice y Zully le grita
—Quien carajos es ese tal Francisco Torres, y que tiene que ver con la empresa, —dice muy alterada, o me quedo pensando en donde escuche ese nombre, mi cabeza duele y empiezo a sentirme ansioso, trato de controlarme, Zully se da cuenta, se acerca a mí. —Perdón Manito, no quería gritar, no podemos permitir que la empresa de papá que con tanto esfuerzo desaparezca, tengo miedo, mucho miedo —dice ya con lágrimas en sus ojos.
La abrazo y como ella hace conmigo le doy suaves palmadas en su espalda, —todo va a estar bien, hay que calmarnos —le digo, —tengo que hacer una llamada —dejo de abrazarla y salgo de la oficina, entro a la sala de juntas.
—Padre, —digo en cuanto contestan al otro lado del teléfono
—¿Qué pasa, hijo?, te escucho alterado.
—Respóndeme una duda padre, como se llama el esposo o amante, lo que sea de esa mujer.
—De que me hablas, hijo, a quien te refieres, no me digas que me estás preguntando por Francisco Torres, que tiene que ver ese hombre contigo, habla Luciano, —dice mi padre aclarando mis dudas.
—Padre, hay problemas en la importadora, hubo un desvío de fondos y ya sé quién está detrás de todo esto.
—Salgo inmediatamente para allá, voy a llamar a tu tía Sara, no hagan nada hasta que yo llegue.
Colgué y mis manos me temblaban, no sé qué hacer, empiezo a caminar por toda la sala, necesito calmarme, no es momento de entrar en crisis, tengo que calmarme. Llego mi padre, atrás de él, la tía Sara y madre, le pidió a la secretaria que les avisara a mi hermana y los demás que fueran a la sala de juntas.
—Gómez, —dice mi padre con su mirada triste de ver a quien lo traiciono, —como pudiste, te di toda mi confianza y me defraudaste, hasta llegue a considerarte un amigo —le, dice y Gómez no lo ve a la cara.
—Ahora, ¿cómo vamos a solucionar esto? —dice madre revisando junto a tía Sara los documentos del desfalco.
—Francisco Torres es el amante o esposo de Fátima Soler, —les digo y tía Sara voltea a verme, abre los ojos como si se le fueran a salir de la impresión.
—¿Que quiere esa mujer? ¿Cuáles son sus intenciones?, no le basta con todo el daño que hizo en el pasado, ella misma renuncio a todo —dice alterada, mientras mi padre está callado, analizando la situación.
—Por lo que acabo de descubrir, la señora Fátima está en la ruina total, perdió la empresa de los Soler, más bien su querido esposo la llevo a la quiebra, —menciona Tadeo, aun escribiendo en su laptop y buscando la manera de frenar el desvío de dinero, congelando las cuentas de la empresa y hackeando las cuentas de esas personas.
—Es hora de que hable con ella y saber que es lo que quiere —les comente y me quedaron viendo, —esa señora tiene mucho que explicarme, —les dije y madre me abrazo con los ojos llorosos.
—mi amor, mi pedacito de cielo, no la busques, tengo miedo a que te haga daño, —me dice tocándome el rostro con sus pequeñas manos temblorosas.
—No vas a ir solo, yo voy contigo —dice mi padre —también quiero saber por qué quiere hacernos daño, si se quedó con todo, esto lo forme con mis pocos ahorros que tenía y me ganaba con mi trabajo —repite mi padre, sabemos que si se llegan a entrar los socios de mi padre de este problema perderemos todo y es por eso que tenemos que actuar rápidamente.
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Editado: 27.10.2024