Luciano

Capitulo 31

¿Cómo o que hacer cuando ves que las personas que crees que son lo deben amarte y protegerte, te desprecian? Aunque crecí en una familia feliz, me dieron amor, me apoyaron, hay algo dentro de mí que siente ese vacío.

No puedo dormir, me levanto y voy a la cocina por un vaso de leche, me siento en la barra, mis manos sudan, siento que ya no tengo control en mi cuerpo, todo me está afectando.
—¿Que haces despierto campeón? —me pregunta mi padre entrando a la cocina y sentándose a lado mío —ya llevas rato despierto, dime, ¿qué quieres que papá haga por Luciano? —vuelve a preguntar haciendo que lo mire a los ojos.

—¡Padre!, ¿qué le hice a mi madre que me desprecia tanto? —le digo, a lo que mi padre abre los ojos y toma mis manos secando el sudor con un pañuelo.

—Tu madre te quiere, siempre te lo ha demostrado, aunque no seas su hijo de sangre —me dice y yo niego con la cabeza.

—No padre Mamá Molly me ama, yo digo de ella —le digo tomando un poco de mi leche tibia, —mi madre biológica, no entiendo por qué a mí —le digo y mi padre me abraza.

—Tú no hiciste nada, tú eres un ser maravilloso, desde niños fuiste y has sido un buen hijo, eres para mí y para mamá Molly, tu hermana, todos los que te rodeamos, lo más hermoso que existe —me aclara y es interrumpido por alguien más.

—Desde que llegaste a este humilde hogar, te amé eres el nieto mejor y que quiero —dice la abuela entrando y sentándose frente a mí —Luciano mi hermoso nieto, deja de pensar en cosas que te hacen daño, piensa en lo bonito que es la vida y que eres renovación con los que en verdad te aman —habla mientras sirve una taza de café para ella y para papá.

—Gracias abuela, yo también los quiero, —le digo y le sonrío —siento aquí —señalo el lado de mi corazón —algo que me duele y tengo miedo de que algo pase —les digo saliendo una lágrima de mis ojos.

Si quieres Mi padre no dice nada, se queda callado y por su mirada está molesto, me quedo viendo y le pregunto.

—¿padre, está enojado con Luciano? —le pregunto y mi padre me sonríe.

—No campeón, Luciano no ha hecho nada que papá pueda estar enojado, —me dice y yo asiento con la cabeza, —estoy pensando en que si tú te quedas unos días aquí, me reuniré con los abogados para ver qué se va a hacer con el contrato con los Soler —me dice y yo había olvidado ese contrato, ¿cómo se me fue a olvidar? Me levanto de la silla.

—Vamos a dormir, mañana nos vamos, yo también quiero estar en la reunión con los abogados —le digo a mi padre y mi abuela enrolla su brazo con el mío y salimos de la cocina.

Ya no dijimos más nada, deje a la abuela en la puerta de su habitación y me fui a la mía, ya más tranquilo me acosté a dormir.
Después del desayuno con los abuelos salimos para la ciudad, dejamos a mamá en casa y papá y yo nos fuimos a la importadora, ahí nos estaban esperando los abogados de la empresa junto a tía Sara, Zully, Tadeo, estaban todos prácticamente.

La reunión duró varias horas, yo entraba y salía, no soportaba estar entre tantas personas y más en una reunión tan larga, en dónde hablaba uno y hablaba el otro, yo los miraba tratando de entender para poder tener un acuerdo que nos beneficia a nosotros como los afectados que somos.

—Bien esto es lo que yo quiero —les digo y todos voltearon a verme en dónde estaba parado, —Tadeo recupero una parte del dinero que fue robado, falta lo demás, ellos entraron a la sociedad con mentiras por lo que el contrato es nulo, ¡así que! —les digo mientras todos ponen atención —o aceptan el veinte por ciento o van a la cárcel —les digo decidido y tía Sara me interrumpe.

—¿Estás seguro, mi Principito? —me pregunta y yo solo asiento.

—Si estoy seguro, esto lo vienen haciendo desde hace cinco años, y nadie aquí se había dado cuenta, pero no voy a permitir que el patrimonio de la familia desaparezca de la noche a la mañana —les digo y vuelvo a ser interrumpido

—Mano, ¡pero es tu mamá! Su empresa se va a la quiebra —me dice mi hermana y le sonrío, ella entiende la sonrisa que le doy, que igual me sonríe y hace una seña de cierre de la boca.

Todos nos quedaron viendo para ver qué respondía, Zully sabe que algo voy a hacer y eso es precisamente lo que quiero que se declaren en banca rota la empresa y poder comprarla.

He investigado esa empresa, es una empresa familiar que entre él y su esposa la formaron, el abuelo luchó por sacarla adelante, esperando a sí que su hija quien amaba hiciera lo mismo que él. Nunca se imaginó que ella la llevaría a la ruina, despilfarró su herencia gastando hasta lo que no debía, ya perdió la mansión de sus padres y ahora está a punto de perder su empresa.

—Es eso o se va a la cárcel por robo y por presta nombres, —les digo —también el señor García tiene que responder a esto, él era el supuesto socio y lo era en representación de ella y su amante, —les recalco, —¡ah! Otra cosa está en la ruina y está por perder la empresa de su familia —les digo saliendo de la sala de juntas.




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