Luciano

Capitulo 32

Clara

Minerva, mi hermana, me dejó en la cafetería, como cada vez que quería venir a estar en un lugar tranquilo, mi espacio así lo llamo ese rinconcito que don Lupe acondicionó para mí sin que nadie pueda acercarse.

El otro día que ese joven se acercó y no sé con qué intención, me hizo sentir incómoda, no me hablo, solo me veía y eso no me gustaba, lo bueno es que llegó el joven Luciano y me ayudó a salir de ahí.

Hablando del joven Luciano, ya no lo he vuelto a ver desde ese día, este fin de semana es la gala por el aniversario de la empresa de su papá y mi familia está invitada. Siempre a esas fiestas va mi papá con Mine, a mí no me gusta ir, no me siento cómoda entre tanta gente, solo con mi familia o algunos conocidos puedo estar un rato.

La mayor parte de mi carrera la hice en línea, a la escuela solo iba a presentar los exámenes o por algo en especial, solo tengo una amiga desde la infancia Trinidad Campos, ahora casi no nos vemos desde que se fue a estudiar a otro estado, viene solo en las festividades de fin de año.

—¡señorita Clara! —me habla mi chofer, saludando, inclinando su cabeza y levanto mi mirada hacia él.

—Señor Óscar, ¿pasa algo? —le pregunto y regreso a mi taza de café que estoy degustando.

—Su papá le está marcando a su teléfono —voy a mi bolso y veo varias llamadas perdidas de mi padre —quiere verla en casa, me pidió que la lleve ahora mismo —me dice y me preocupo, ya que mi papá no me llama si no es algo urgente, así que me levanto de la mesa tomando mi bolso.

—Vamos, señor Óscar —le digo —Don Lupe estaba rico el café, gracias —me dirijo al dueño de la cafetería y dejo mi pago en caja.

—Gracias, niña, aquí la espero pronto —dice, solo asiento y saldo con don Óscar, quien me abre la puerta para que suba al auto.

Al dar marcha el auto, voy viendo por la ventana del mismo y mi mirada se fija en alguien y lo detallo bien y si es el joven Luciano. Siento un cosquilleo en mi estómago, creo que el café me cayó mal o será el pastelito, le diré a don Lupe la próxima que venga, pero ¿por qué me siento así en cuanto vi al joven Luciano?

Llegamos a casa, bajo del auto y entro, en la sala está papá con Mine, los veo serios, me quedo parada viendo que papá se acerca.

—Mi preciosa hija, mi hermosa mujercita —me dice mi padre y me toma de la mano.

—papi, ¿qué pasa?, ¿me pueden explicar? —les pregunto y veo a mi hermana sonreír.

—Pasa que nuestro padre —empieza a hablar Mine y es interrumpida por papá.

—Solo me tenías preocupado, ya que no me contestaste que una persona te molesto en la cafetería del señor Lupe —menciona papá y hace un gesto de enojo en su rostro.

—¿Quién te dijo eso? —le pregunto y sé que el señor Óscar no fue porque se lo hubiera dicho el día que sucedió eso.

—Señor Óscar —grita e inmediatamente entra mi chófer.

—¿Dígame, señor? —dice y voltea a verme y ve serio a mi papá.

—Me informaron que alguien acosó a mi niña, ¿dónde carajos estaba usted y porque no se me informó en ese momento? —le grita mi papá al señor Óscar y este se queda callado, pensando lo que va a decir.

—Papá, por favor —dice Mine —escucha al señor Óscar, yo me asusté por su grito y me tape los oídos, —asustas a la niña —dice acercándose a mí y me pasa un vaso con agua, cuál agarro con mis manos temblorosas.

Papá se acercó a mí y pidió mis manos se las doy —No te asustes mi bella damita, —dice papá —solo quiero saber si no te hizo daño y porque hasta hoy me entero, no quiero que nada te pase —dice y veo su preocupación.

—Señor si me permite —habla el señor Óscar —pido una disculpa, ese día había ido al auto por la computadora de la niña que se la había olvidado —dice y continúa hablando —cuando llegue iba de salida con el joven Luciano y le ayudó a subir al auto, en realidad, no le di importancia por eso no le comunique señor pido una disculpa —dice apenado el señor Óscar.

—El joven Luciano¿estaba contigo mi niña? —me pregunta mi padre y lo veo esperando una respuesta.

—Si padre, esa persona no me hizo nada, se sentó frente a mí y se me quedó viendo, yo no lo conozco y entró el joven Luciano, no sé, pero se acercó y me dijo que si ya nos íbamos, por eso me levanté y salí, en eso iba entrando el señor Óscar —le explico a papá hablando rápido —y ¿cómo te fue en la oficina? ¿Cuándo vamos a ir a ver el terreno para la construcción? — le pregunto y Mine se rió fuerte y volteo a verla y ella me manda un beso.

Papá, beso mi frente —Está bien, Óscar se puede retirar —le dice al chófer —¿ya comieron? Vamos, las invito a comer —dice y me lleva agarrada del hombro hacia la puerta y Mine toma su bolso enredando su brazo en el de papá.




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