Luciano
Cuando fui a la empresa del señor Urrutia, volví a ver a Clarita, pero me pareció que estaba enojada porque ni siquiera me volteo a ver, les enseñe cómo quedó el diseño de los planos que fueron aprobados por ella y su papá. Después nos despedimos de lo que me di cuenta, de que ni siquiera me miró como las otras veces, quisiera saber que le pasa o si algo le molestó, como le hago para saber.
—¿Está linda Clarita verdad manito? —me pregunta Zully cuando íbamos de regreso a la importadora de papá, solo la volteo a ver mientras ella va manejando.
—Si está bonita, ¿sabes que Clarita es hermana de Mine?, ella va seguido al café de don Lupe, le gusta leer y le gusta estar sola —le digo sin saber por qué estoy hablando de ella.
—Eso quiere decir que te gusta, te has interesado por lo que le gusta, eso es bueno —me dice y yo sonrió y volteo a ver pasar los autos —¡Nano! Dime una cosa ¿En el colegio no tuviste novia? Nunca me has platicado, dime, ¿ya diste tu primer beso? —me vuelve a hablar y no entiendo por qué me lo pregunta.
—A ti te doy besos y a mamá, a papá le doy besos —le digo mientras llegamos y nos bajamos del auto, Zully se acerca a mí y me toma del brazo por un momento.
—No me refiero a ese beso, yo digo un beso de pareja, así como los que papá le da a mamá en la boca —me dice y abro bien los ojos, si sé que son esos besos y los he visto cuando mis papás se saludan o con mis amigos, y en las películas, me paro en seco y volteo a verla.
—Ese tipo de besos solo lo he visto en las películas y no sé qué es tener novia porque no lo he intentado —le contesto y ella sonríe —con mi espectro no hay ni habrá nadie que sé fije en mí, es mejor que este solo, —digo volviendo a caminar y entrar al elevador que me lleva a la oficina, Zully va detrás de mí.
—¿Y si Clarita se fijará en ti? —pregunta —Es bonita y me gusta para cuñada, aunque su mirada me dio miedo, hace rato —me dice y no sé por qué le dio miedo por lo que fruncía el ceño.
—Recuerda que ella también tiene el mismo espectro, no sé sintió segura, apenas te conocía —le aclaro, pero sí, yo también sentí algo diferente en su actitud.
—Si es cierto, perdón nano por juzgarla —me dice agachando su mirada, —bien voy a mi oficina, si me necesitas me llamas ahí estaré —menciona saliendo del ascensor y camina hacia su oficina, yo voy a la mía.
Entre y me senté en mi silla, a la mente se me venía la imagen de Clarita, el ceño fruncido y no volteó a verme durante la presentación de los planos, digamos que con el que más hablé fue con su papá y ella permaneció en silencio, sentada en uno de los sillones de la sala.
Tomé mi celular y mi saco, salí de la oficina antes de que pase por la de mi hermana, toque antes de entrar.
—Nano, no me gusta cuando te enojas, me siento triste, perdóname —me dice con sus ojos aguados, sé que ha llorado y a ella no le gusta que la vea llorar, siempre se hace la fuerte, me acerque a ella y la abracé.
—Tú debes perdonarme —le digo —No sé por qué reaccione así contigo, no sé qué me pasa cuando hablo de ella, no quiero que nadie hable mal de Clarita —menciono y Zully sonríe y se aparta de mi abrazo.
—Eso es porque te interesa y quieres protegerla, más como me proteges a mí —me dice, aunque siento que es algo más fuerte de como protejo a mi hermanita.
—Ya, vamos a casa a comer con nuestros padres —le digo y toma su bolso para salir juntos, —Quiero manejar, tú manejas muy rápido —menciono y ella achica los ojos haciendo su clásico puchero de niña mimada extendiendo su mano para darme las llaves del auto, si vamos en el suyo por qué el mío lo deje en casa de papá, salimos desde la mañana en el de ella.
—Mis niños ya llegaron —dice mi madre abriéndonos la puerta de la casa, Zully le da un beso y yo solo asiento con mi cabeza.
Saludamos a papá sentándome a la mesa, nos sirven la comida, y le agradezco a Nana Rosita que está a mi lado, le tomo la mano y le doy un beso en ella, luego de comer, regrese a la constructora, debía revisar unos planos. Este fin de semana es la fiesta de la familia y debo de dejar todo listo también en mi empresa porque tendré que viajar con los Urrutia.
Llegué a mi departamento, me gusta estar aquí, me da paz, me siento tranquilo, me acostumbré a estar solo, puse música y calenté la cena que horas antes mamá había enviado con una de las muchachas que viene a hacer la limpieza.
Ya después de cenar, me di un buen baño y me acosté a leer, se me vino el rostro de Clarita a mi mente, tome una hoja y lápiz empecé a dibujar, hice un retrato de ella, a lo mejor tenga un buen momento de regalarle este retrato.
Me quedé dormido con el retrato en mi pecho, cuando desperté lo miré y su rostro se ve muy lindo, lo tome para llevarlo a mi pequeño estudio y poder guardarlo, le buscaré un buen cuadro y se lo llevaré, antes buscaré el momento preciso.
—¡Corre! ¡Vamos, aquí nos esconderemos antes de que nos descubran!, ya no llores, conmigo estás a salvo, pronto vendrán a buscarnos.
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Editado: 27.10.2024