Luciano

Capitulo 36

Hoy fue un día muy pesado, mañana es la gala de aniversario de la compañía de la familia, la reunión con los socios salió muy bien a excepción de Fátima que ahora sí se presentó como socia, después de que terminara la reunión pidió hablé conmigo en la oficina.

—¿Ya tomaste una decisión? O ¿quieres seguir dando problemas a mi hijo? —pregunta papá quién no me dejó solo junto con tía Sara y mamá.

—Te recuerdo que también es mi hijo, espero algún día no te arrepientas de tratarme así —contesta alterada la señora.

—¿Tu hijo? Qué descarada eres Fátima —tía Sara le responde y se le va encima queriendo golpear y el tío Mario la detuvo —te crees que aparecer así como si nada venir a ser una buena madre, mira Fátima si le tocas un solo cabello a mi sobrino juro que te mato con mis propias manos —la amenaza, y lo sé por lo que me han contado es que tanto mi tía y Fátima nunca se han llevado por esa tía Sara se fue al extranjero.

—Como sea, yo no vine a hablar con ustedes, sino con mi hijo —dice ella con una sonrisa burlona —yo solo quiero tu ayuda, mi empresa está en la ruina y quiero que le inyectes capital y sacarla adelante, sé que tú puedes a pesar de ser un raro, eres inteligente que no me explico es que tengas tanta suerte —dice sin dejar de ofender y me está alterando.

—Deja de seguir insultando, así dices que es tu hijo, si no tienes ni una pizca de empatía, ya dinos que quieres, porque no creo que vengas para algo bueno —le dice mamá Molly molesta por escuchar como me trata.

—A ver señora Fátima, si no quiere o acepta a su hijo como es, deje de despreciarlo delante de los que aquí estamos presentes, —tío Mario le dice con su calma como es él, aunque sé que se está aguantando las ganas de golpearla, —que es lo que quiere en realidad díganos y con gusto veremos cómo ayudarla con tal de que deje en paz a la familia, —le recalca y Fátima solo voltea los ojos.

—Ya lo dije, necesito dinero para mi empresa, les regreso las acciones a cambio de que me ayuden a levantar mi empresa —dice con una sonrisa que ni ella se cree que vamos a aceptar, la quedo viendo y abro el cajón de mi escritorio, papá está atrás de mí junto con mamá.

—Yo le tengo una mejor propuesta —le digo acercando una carpeta con una cifra, sé que son todos mis ahorros, pero no me importa con tal de que se vaya de mi vida, se los doy y aparte tendré en mi poder la empresa de mi abuelo.

—¿Qué es esto? No estoy dispuesta a aceptar —dice y trata de levantarse de la silla —no te daré mi empresa, me costó mucho tenerla y mantenerla.

—¡Si te costó mucho tenerla! Que para que la tuvieras en tu poder y la llevarás a la ruina tuviste que matar lentamente a tu propio padre, ¿lo hiciste firmar a la fuerza con amenazas? —dice mi padre y todos nos sorprendimos al escucharlo hasta ella.

—¿cómo, como sabes eso? Es mentira, mi padre murió de un infarto, ya estaba enfermo —dice tartamudeando y asustada —yo, yo no lo mate, solo le pedí que me cediera la dirección de la empresa para que él descansará.

—No seas descarada —grita mi padre dando un golpe en el escritorio y ella saltó del susto, —después de que nos corriera a mí y a mi hijo de tu casa, te firmé el divorcio en tu empresa junto a mi despido que ya tenías todo preparado, yo me mantuve en contacto con el señor Soler por su nieto, me contó lo que tú estabas haciendo y eso fue lo que lo llevo a enfermar hasta que murió por tu culpa —le dice y Fátima agacha la mirada al suelo.

—Mire señora —le digo —si soy raro, adefesio, monstruo lo que usted quiera que sea, pero lo que le estoy proponiendo es esto lo toma o lo deja, de todos modos la acciones que tiene en la empresa de mi padre son muy poca que no le da derecho de exigir o tener que tomar decisiones aquí, le estoy comprando su empresa al precio más alto del mercado, porque lo que es ya no vale ni un peso, solo quiero que con lo que le ofrezco desaparezca de mi vida como lo ha hecho todo el tiempo —le digo de una y todos me voltearon a ver.

—¡Mi amor, son todos tus ahorros! —me dice mamá y yo le sonrió —¿estás seguro de lo que estás haciendo? —me pregunta y todos esperan una repuesta, porque no se imaginaban lo que haría.

—si estoy seguro de lo que hago, no me importa quedarme sin dinero, lo puedo recuperar rápido —les digo para tranquilizarla —Así que señora Fátima Soler, acepta mi propuesta o deja que sus acreedores le embarguen su empresa y se quede sin nada —me dirijo a ella viéndola a los ojos por primera vez.

Hizo un silencio, revisando el documento que le di y levanto la mirada para verme —está bien, la empresa es tuya, de todos modos siempre ha sido tuya, mi padre te había dejado como único heredero por eso vine aquí, pero está bien son este dinero me voy lejos y no los molesto, nunca te quise y nunca reconoceré que eres mi hijo —dice muy segura de sus palabras —dame los documentos para firmar —menciona y el abogado de mi papá sacó los documentos que ya teníamos preparados, los firmó y salió de la sala de juntas con la carpeta que le di —espero hoy mismo la transferencia —fue lo último que dijo y se fue.

Nos quedamos en silencio todos, nadie dijo nada, me levanté y salí de ahí y de la empresa, caminé por la calle, necesitaba aclarar la mente por lo que había pasado, al llegar a un parque me senté en una banca a observar. Vi una figura conocida de espaldas, alguien está hablando con ella y veo que está incómoda, me acerco más para ver si es la persona que creo o quién, busco a su chófer que no está, no lo veo, me acerco y la tomo de la mano, intentan jalarla, no lo permito solo le pido que corra.




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