Luciano

Capitulo 37

No sé quiénes son y ni que querían, solo sé que Clarita está en peligro, no permitiré que le hagan daño, nos vienen persiguiendo, yo no sé pelear, pero si correr por eso la jale y corrimos para perderlos y pedir ayuda.

—¡Corre! ¡Vamos aquí, nos esconderemos antes de que nos descubran!, —le digo a Clarita entrado a una tienda —ya no llores, conmigo estás a salvo, pronto vendrán a buscarnos.

Ya dentro de la tienda, la trabajadora nos quedó viendo y salió afuera para ver porque entramos así, cerró las puertas con llaves y desapareció sin decir nada, yo trataba de calmar a Clarita que estaba temblando.

—Tomen esto, aquí no les pasará nada, pueden llamar a sus familiares, tengo un teléfono si gustan —nos dice dándome dos botellas de agua, le destapo una a Clarita, se la doy y la otra la tomo yo.

—Gracias es muy amable y disculpé por las molestias —le digo y levanto la mirada hacia ella y veo que está un poco lejos de nosotros, se me hizo raro, pero es bueno —Traigo conmigo mi teléfono ahorita voy a llamar a mi familia, solo le pido que nos permita quedarnos un tiempo en lo que vienen por nosotros —le digo, y ella solo asiente retirándose de dónde estaba.

—Estaré en el mostrador, si se les ofrece algo, solo me dicen y les ayudo, —dice mientras va caminando, ya no digo nada y me siento frente a Clarita que está con las manos en la cabeza, en eso empezamos a escuchar una música tranquila de piano y busco de dónde viene la música, veo los parlantes en una esquina del techo.

Saco mi teléfono y marco a papá, le cuento lo que pasó y dónde estamos, por lo que me dice que viene por nosotros. Cuelgo la llamada y le marco a Mine, igual le cuento y en unos minutos tocan la puerta de la tienda, veo que la señora va a abrir, veo entrar a mis papás junto con Mine y su papá.

—Mi bella dama, mírame papá está aquí —Dice el señor Urrutia, Clarita no lo mira, se tapa más sus oídos y golpea su cabeza, Mine intenta tocarla y ella manotea para que no la toque.

—¿Estás bien? Dime que estás bien, ¿no te paso nada? —me pregunta mamá preocupada, solo asiento con la cabeza y sigo viendo a Clarita, el señor Urrutia saca de su bolsillo una pastilla y se la da a Clarita, ella se la toma y abraza a su papá.

Mi padre está hablando con la señora de la tienda, no sé qué le dice, solo ella sonríe y le da la mano a papá, mamá está conmigo, yo trato de estar tranquilo, pero siento que ya no puedo.

—Ya me quiero ir —le digo a mamá, veo que a Clarita su papá la lleva en sus brazos y Mine sé queda.

—Vamos a llevar a la clínica de mi tío a Clarita, gracias por estar ahí, no sé qué pasó, pero me dirás cuando estés más tranquilo o ella nos dirá que pasó para que esté así —me dice viendo cómo sé llevan a su hermana y le da un abrazo a mamá y sé va, yo no digo nada porque realmente no sé qué pasó, solo Clarita sabe, yo solo trate de que no le pasará nada.

—Vamos a casa para que descanses, ha sido un día muy pesado —dice mi padre —de nueva cuenta muchas gracias y cuando sé le ofrezca ya sabe dónde buscarnos, no tengo con que pagar lo que hizo por mi hijo y su amiga —se dirige a la señora de la tienda y mamá le regala una sonrisa agradeciendo su ayuda.

—No es nada señor Montemayor, yo solo ayudé y los mantuve a salvo, ellos quizá hubieran hecho lo mismo por mí, y tomaré en cuenta su propuesta, le prometo que lo hablaré con mi esposo —responde la señora —Señora tiene un hijo muy apuesto y espero que la señorita se sienta mejor, vayan tranquilos y cuando gusten aquí estoy para ayudar —dice y nosotros salimos de la tienda.

Nos subimos al auto de papá, al llegar a casa Zully estaba afuera dando vueltas y al lado estaba tía Sara, Zully se acercó en cuanto baje del auto y empezó a revisarme completo.

— ¿Nano, dime que no te golpearon?, ¿dónde te golpearon? Vamos adentro, ¡Nanaaa! Trae el botiquín por favor —grita entrando y papá la reprende.

—¡Zully! Cálmate hija, tu hermano está bien, no está golpeado, míralo está bien, tranquila —le dice y Zully se pone a llorar, me acerco y la abrazo.

—Mírame hermanita, estoy bien, solo estoy cansado, me iré a mi habitación a descansar —le digo para que se calme, sé que ella sabe preocupa mucho por mí y por lo que pasó en la empresa está muy alterada y preocupada.

—Primero come, no has comido desde hace rato, te saliste de la empresa y no sabíamos a dónde habías ido, —dice mamá y pidió que me sirviera de comer.

—Mi Principito, que bueno que estás bien, ¿cómo está la jovencita Clarita? ¿Alguien sabe algo? —pregunta tía Sara y yo solo niego con la cabeza.

—Su papá se la llevó a la clínica, estaba muy alterada, no sabemos en sí que pasó y porque tuvieron que correr y ponerse a salvo —dice mamá y nos sentamos a la mesa, ya estaba servida mi comida, cuál empecé a comer.

—Yo estaba caminando y vi en el parque a una mujer parecida a Clarita, unos hombres la estaban molestando y me acerque, le pedí que corriera y fue como llegamos a esa tienda, pero no sé qué le hicieron, ¿papá, ella va a estar bien verdad?, ¿no le hicieron daño? Estaba muy alterada, quiero ir con ella —les digo levantándome de la mesa y mi tía Sara me toma la mano para que me siente.

—Ella va a estar bien, le voy a llamar a Mine para que nos tenga al pendiente y poder visitarlos —me dice y le hago caso sentándome de nuevo.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.