Luciano

Capitulo 38

Subí a mi habitación, quería estar solo, entré y di un grito de desesperación, entre al baño, abrí la regadera y entre al agua, quería ser más fuerte y poder defenderla en vez de correr, pero soy débil, una persona que no sabe defenderse, lloré bajo el agua impotente por mí que había pasado.

Salí del baño, papá estaba sentado en la cama, en cuanto me vio se levantó y me vio con tristeza, no dijimos nada, solo me acerqué y llore como un niño, papá daba golpes suaves en mi espalda, ya más calmado levanté mi mirada.

—Quiero ser fuerte —le digo y papá me toma de la mano.

—Ya eres fuerte y valiente, si no hubieras pasado en ese momento quien sabe que le hubieran hecho a esa muchacha —dice mi padre y solo de imaginarme no sé lo que como estaría Clarita, —lo importante es que pudiste evitar una tragedia, tu tía hablo con Minerva y ella ya está en casa, solo fue una crisis nerviosa —Eso me alegra saber que Clarita está bien.

—Gracias padre, no sabía a quién llamar —le digo —la señora fue muy amable con nosotros, nos dio nuestro espacio —le comento como nos trató la señora de la tienda.

—Sí, hijo, le agradezco mucho por haberlos ayudado, sabe respetar su espacio, me contó que ella tiene una nieta con espectro Autista, ella la cuida, su madre falleció en un accidente junto a su esposo y solo sobrevivió la niña —me contó papá.

—Padre, quiero hablar con la tía Paola —le digo y papá se sorprende, —estoy bien papá, es una idea que se me vino a la mente, pero necesito hablar con todos y tía Paola debe estar presente —le menciono, y él se levanta de la cama, para salir de mi habitación.

—Está bien hijo, ahorita le pido a tu mamá que le llame, te dejo para que te cambies y descanses, nos vemos en la cena campeón —dice mientras va saliendo y cierra la puerta.

Me acosté a descansar, no dejo de pensar en Clarita, me quedé dormido, desperté desorientado, no recordaba estar en casa de mis padres, entre al baño a lavarme la cara y bajé, mis papás estaban en la sala viendo la televisión, pregunté por Zully papá dijo que había regresado a la importadora por unos documentos junto a con Josué.

Me senté con ellos un rato y después salí al jardín, caminé por el sendero que lleva a un pequeño lago que está al fondo de la casa, sonó mi celular al ver el número me emocioné quién era.

—Hola joven Luciano, —habla Clarita al otro lado del teléfono —yo, este yo quería disculparme y darle las gracias por lo de hoy —me dice nerviosa y me quedo viendo la pantalla de mi celular.

—Dígame, señorita Urrutia, ¿se encuentra bien? —le pregunto, solo de escucharla me da alegría y dibujo una sonrisa en mis labios, —no tiene por qué darme las gracias, no hubiera permitido que algo le pasará —le digo y escucho un suspiro del otro lado.

—Sí, ya sé y que bueno que usted estaba ahí, pero estoy ya bien, en casa descansando, —dice y escucho otra voz al fondo y creo que no está sola.

—Espero no molestarla, creo que está ocupada, no quisiera quitarle su tiempo —le digo sabiendo que podría ser inoportuno —si quiere hablamos otro día o me preguntó ¿usted acompañará a su padre y hermana a la fiesta de mi familia? —le pregunto tal vez ahí podremos vernos.

—No se preocupe, estoy con mi hermana y si voy a ir con mi papá y mi hermana a la fiesta de mañana, gracias por la invitación —me dice y sigo escuchando la risa, ahora sé que es Minerva y deduzco que se ha de estar burlando, pero ella me va a oír.

—Entonces que le parece si en la fiesta nos vemos y la invitó a bailar —le afirmo —la dejo descansar, señorita Clara, nos vemos mañana —me despido de ella, esperando una contestación.

—Si mañana nos vemos, y si será un gusto bailar con usted joven Luciano —me dice y siento mi corazón latir muy fuerte —hasta pronto, espero verlo mañana —se despide colgando y yo regreso a casa, entrando con una sonrisa.

—Vienes contento mi amorcito lindo —dice mamá y asiento —que bueno que estás contento cariño, la cena ya está lista, solo esperamos a tu hermana que viene en camino —me dice y yo camino rumbo a la cocina por un vaso de agua.

Mi hermana entró como siempre haciendo escándalo, junto con la tía Paola y Josué, después tía Sara llegó con su esposo, nos sentamos a cenar, todos hablaban y reían, yo pensaba en la llamada de Clarita, mañana la veré en la gala de la noche.

Después de la cena, como es costumbre nos fuimos a la sala, mi Nana nos sirvió café y licor a papá y al esposo de la tía Sara.

—Bueno, yo vine porque me llamaron, veo que estás bien, me contaron lo que pasó hoy, ¿dime, te sientes bien? ¿Pudiste controlar tus emociones? —me pregunta la tía Paola, aunque sea de visita no deja de ser mi psicóloga.

—Si, me siento bien, pude descansar, solo estaba un poco preocupado por la señorita Urrutia, pero hace rato pude hablar con ella —les comunico y todos me quedan viendo, Zully y las demás sonríen y los hombres no le toman importancia, —ella está bien, mañana va a asistir con su familia a la fiesta de aniversario de la empresa —les digo y solo escucho murmullos entre mamá y la tía Paola.

—Eso es buen hijo que te hayas comunicado con tu amiga para saber de su hermana —dice papá ajeno a qué ella fue la que me habló —mañana será un día pesado, familia hay que descansar, pero antes dinos hijo porque querías hablar con todos —me pregunta y me acomodo en el sillón.

—Si papá, bueno, yo tengo algo en mi mente, o más bien un proyecto que quiero de su aprobación y ayuda, como saben hoy me he quedado sin dinero por lo ocurrido con la señora Fátima —les digo y hago una pausa para hablar y acomodar bien mis ideas en mi cabeza.




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