Luciano

Capitulo 44

Después de que se había ido nos quedamos papá y yo en la sala de juntas, por lo que papá me miraba y yo me sentía más que enojada, no se era un sentimiento desconocido para mí.

—¿Damita? —me habla papá y llevo mi mirada a la suya —¿hay algo que me quieras contar?, hoy estuviste muy seria en la reunión con el joven Luciano y ¿cómo está eso de que no vas a ir a supervisar tu propio proyecto, si eso ha sido tu sueño? Explícame por qué estoy confundido —me dice mi padre frunciendo el ceño y dejando salir un suspiro.

—Papá, —le hablo aún agachada y hablaba bajito para que no me escuchará —no quiero estar cerca de él —y una lágrima sale de mi ojo, me tocó mi pecho por un dolor que siento.

—¿por qué lloras, hija? ¿Qué tienes, que te tiene tan triste? —me pregunta mi padre y no sé qué responder, solo lo quedo viendo y pido que me abrace con los brazos abiertos como niña chiquita.

—No sé por qué estoy así, estoy molesta —le digo sollozando y papá seca mis lágrimas.

—Dime mi vida, que te tiene tan molesta, plática con papá —me dice y levanto mi rostro para verlo y está preocupado.

—Es el papá, cuando lo veo mi corazón se quiere salir, mis latidos son fuertes —le digo y papá sonríe —en la mañana lo vi en el café de don Lupe con una mujer y ella le tocaba su mano —le digo y vuelvo a lloriquear, papá reía y eso me hizo enojar más.

—Ja, ja, ja, mi bella damita siempre ha sido muy celosa con los que quiere, —dice y no deja de reír, lo veo sería con los brazos cruzados —ya, ya no me voy a reír —levanta las manos en modo de rendición —si el joven Luciano te gusta, no debes de ser muy posesiva, lo tuyo es tuyo, pero te he enseñado que también debes soltar —me dice lo que desde niña me repetía cuando no quería compartir mis juguetes con mi hermana y otros niños.

—Él no es mío —le digo frunciendo el ceño y haciendo un puchero del cual papá se vuelve a reír fuerte, en eso se abre la puerta entrando mamá junto con mi hermana.

—Amor, ¿por qué mi hija está llorando? ¿Acaso le has hecho algo que la ha lastimado? —pregunta mamá con las manos en la cintura y mi hermana se acerca a mí para abrazarme y voltea a ver a papá furiosa.

—No, yo no hice nada, contra tres no puedo, mi reina y mis bellas damas las invito a comer —dice mi padre zafándose del regaño de papá —y si quieren saber, ella puede deciles, yo solo digo cosas del corazón —dice acercándose a mamá a darle un beso, la toma de la mano y la saca de la sala quedándonos Mine y yo.

—¿Por qué estabas llorando? —me pregunta Mine caminando conmigo saliendo de la sala de juntas.

—No sé, luego te cuento —le digo, —vamos con mis papás, —le sigo y ya no menciona nada.

Salimos a comer junto con mis papás, no tenía hambre, me sentía triste, quería llegar a mi casa, descansar y no salir de mi cuarto, llegamos al restaurante donde comimos. Mis papás haciendo planes del viaje que harán y sus pequeñas vacaciones, Mine mensajeando por teléfono con su novio y yo comiendo en silencio, pensando en él, no saco de mi cabeza la imagen de la mañana, y verlo en la empresa tan tranquila me daba más coraje.

—Niña, estuviste toda la comida triste y callada —me dice Mine cuando llegamos a casa y subió conmigo a mi habitación.

—Ni yo misma sé qué me pasa, el fin de semana me gustó pasear y platicar con el joven Luciano, y no la había vuelto a ver hasta esta mañana en el café de don Lupe —le digo y ella me pone atención sentándose en la orilla de la cama cruzando las piernas.

—¿y? Ese no es el motivo por el que estés triste o hayas llorado —me dice, —cuéntame, hay algo más que viste que te haya puesto de esa manera —sigue diciendo y yo me siento en la silla que está en mi tocador.

—Me enojo, verlo —le digo, Mine me mira con los ojos entrecerrados, no entendiendo lo que le dije y me hace señas que siga hablando —bueno, él no me vio, estaba con una mujer y le tomo de la mano, me dio coraje verlo con otra —le digo y se suelta a reír a lo que me cruzo de brazos enojada con mi hermana ¿acaso se está burlando de mí?

—A ver, viste a Luciano en el café de don Lupe, estaba acompañado de una mujer, él no te vio y ¿por eso te enojaste? Porque te enojas si no son nada, o te gusta y ¿estás celosa?, ja, ja, ja —ríe y no entiendo por qué se burla —no me burlo de ti, solo que hace mucho, no te ponías como estás ahora, enojada y celosa, pero te voy a contar un secreto y te diré quién es la zorrita que viste hoy muy pegada a Luciano. Solo te diré que él ni la mira, ayer llegó Marissa una excompañera de la universidad, no te voy a negar que ella está enamorada o dice estar enamorada de Chano, pero él no y hoy en la mañana se vieron, pero te puedo asegurar que no pasa nada entre ellos dos —me cuenta Mine, mientras me quedo callada viendo hacia la ventana.

—Yo no saldría con una persona arrogante como tú, ahora que soy, ¿una apuesta? U otra más de tus burlas, salga de aquí! Fueraaa!




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