Estamos en el aeropuerto juntos con mis papás y mis tíos esperando a los Urrutia que venían en camino, Clarita al verme ahí parado se acercó a mí y me abrazo, su papá nos quedó viendo al igual que mi familia.
—Si ya estamos todos, vamos subiendo al avión, un viaje nos espera —dice la mamá de Clarita al ver mi incomodidad —hija, tú vienes conmigo —le dice tomando su brazo y haciéndola caminar.
—Pero, mamá —refuta Clarita y voltea a verme con cara de súplica —está bien —dice resignada al ver que no dije nada.
—Buenas tardes, joven Luciano —me dice su papá sacándome de la incomodidad que sentía —espero ayer se hayan divertido, aunque ya me contó mi hija, quiero escucharlo de usted mismo —habla y le asiento con la cabeza, mis padres no saben de qué habla y mi tía Sara sonríe y mueve la cabeza.
—Porque no subimos y llegando hablamos, —le digo con una sonrisa nerviosa —solo le digo una cosa, señor Urrutia, que esto no va a hacer que lo que siento cambie —le menciono serio y camino hacia el avión.
Todos subimos al avión, me senté al lado de Clarita, fue un vuelo corto, cuando llegamos nos hospedamos en un hotel muy bonito, aunque llegamos de noche pude observar y disfrutar desde el balcón de mi habitación la brisa y el olor del mar.
Al otro día desayunamos juntos y luego iríamos a ver los terrenos donde se construirá el hotel, mientras nosotros vamos a trabajar mi familia y la mamá de Clarita se toman el día para pasear.
—Bueno este es el terreno —dice el señor Urrutia y le hago señas al ingeniero y sus contratistas para que empiecen con las labores, en tomar medidas y hacer el papeleo de los permisos correspondientes —junto con la idea de mi bella dama y la de usted joven sé ele el hotel será todo un éxito —dice tomando la mano de su hija y luego soltarla para extender sus brazos al aire.
—Así será —le digo y comenzamos a recorrer el lugar, el área de la playa es muy bonita, se me vienen otras ideas que tendré que consultarlas con ellos. Después de un rato regresamos para comer con los demás, decidí hablar con los papás de Clarita sobre nosotros y tener su aprobación para cortejar a su hija, Pero antes tengo que hablar con papá sobre esto, ellos no lo saben que Clarita y yo ya somos novios.
Llegamos y voy a la habitación a darme un baño, antes de bajar le mando un mensaje a Clarita diciéndole que se ve bonita y otro a mi papá para que hablemos, me arreglo y voy en busca de papá que está con mamá y tía Sara y su esposo, me siento al lado de mamá.
—Clarita es mi novia —les digo y papá se pone serio —papá ella me gusta y tenemos el mismo espectro, aunque ella es más cognitivo —le explico, —me siento bien cuando estoy con ella, siento que soy yo sin ansiedad y timidez —sigo diciendo y mamá toma la mano de papá.
—Cariño, sé que siempre has cuidado de tu hijo y lo has sobreprotegido, date cuenta de que esto tarde o temprano iba a llegar, se enamoraría y puede que se llegue a casar, ya lo hemos hablado —trata de tranquilizarlo mamá, yo lo observo como si respiración sube y baja.
—No quiero que le hagan daño, deje que se fuera lejos y no podía cuidarlo, ahora que está aquí quiero que sea feliz sí, pero no quiero que se vayan a burlar de él, por su condición o por —dice y mi tía Sara lo interrumpe.
—Hermano, sabes que él nos tiene a nosotros, que siempre estaremos para cuidarlo y protegerlo, Paola ya había tenido esta plática con nosotros hace mucho y ha llegado el momento —le dice mostrando apoyo y sonriendo hacia mí, me hace una seña con su cabeza y sé lo que le tengo que decir.
—Padre, Clarita, no se fija en mi condición, ella me necesita y yo la necesito, nos gustamos y ayer nos hicimos novios, —no les dije que ella fue quien me pidió que fuera su novio.
—Está bien, aunque conocemos a su familia y sé que ellos igual que yo, estaré con temor hacia la muchacha —dice dando un suspiro —aunque por lo que vi ayer, creo que ellos ya lo saben —afirma y yo asiento —entonces, ¿ahora que vas a hacer? O más bien ¿en qué te podemos ayudar? —me pregunta y mamá le da un beso en la mejilla dándole las gracias.
—Quiero hablar con sus papás formalmente, para que también ellos acepten nuestra relación y podamos salir y conocernos —les digo, —esta noche quiero invitarlos a cenar y ahí les pediré permiso de cortejar a su hija —hablo muy seguro y papá se levanta de la silla y me pide permiso para darme un abrazo.
Mi tía Sara y mamá se encargaron de organizar la cena para esta noche, ya que mañana en la tarde yo regreso a la capital y ellos se irán a su siguiente destino para seguir sus pequeñas vacaciones. Bajamos a comer, los Urrutia estaban en el restaurante comiendo, la señora Diana nos hace señas para sentarnos con ellos diciendo que ya habían pedido por nosotros. Me senté al lado de Clarita que así lo quiso ella, disfrutamos de una comida muy rica, hablaban de negocios y de los viajes de la señora Diana, quien fue modelo y ahora es directora de una academia. Con Clarita nos veíamos y sonreíamos, al terminar decidieron ir a la playa a pasar la tarde, y mamá les dijo a los Urrutia que los invitamos para la cena y ellos con gusto aceptaron.
—Señor, señora Urrutia, yo…
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Editado: 27.10.2024