Luciano

Capitulo 55

Luciano

—¿Así se siente cuando un hombre habla con los papás de la chica que le gusta? —le pregunto a mi papá que está sentado en el sillón del lobby del hotel.

—¿Estás nervioso y te sudan las manos? O ¿quieres salir corriendo, pero tus pies están clavados en el piso? Si, así se siente —me dice mientras yo asiento a las preguntas que hizo, —es normal porque todo lo que sientes es por la chica que te gusta y quieres dar todo por ella, pase lo que pase o digan lo que digan tu familia va a estar contigo y te apoyaremos —me dice levantándose y poniendo su mano en mi hombro.

—Ya viene mamá y los tíos —le digo señalando cuando se abre el ascensor y salen, atrás de ellos vienen los papás de Clarita junto con ella y mis ojos se iluminan, pero a la vez siento temor.

—Buenas noches —saludan los señores Urrutia, Clarita me queda viendo y me sonríe bajando su mirada.

—Por acá —les señala papá y toma del brazo a mamá, yo voy detrás de ellos, cuando siento que alguien toma mi brazo y volteo a ver quién es.

—No quiero entrar sola —me dice haciendo una cara triste —quiero entrar del brazo de mi novio —Dice entrelazando su brazo y el mío.

—Vamos —le digo —te ves muy bonita, quiero agradarle a tus papás y estoy nervioso —menciono y Clarita sonríe.

—Ya papá lo sabe, pero no te preocupes, le caes bien —me anima y entramos al restaurante del hotel, nos sentamos juntos y llegaron a servirnos la cena.

Todos platicaban muy contentos, la música era suave y agradable, de vez en cuando nos mirábamos con Clarita y yo sudaba, no sé qué decir, como empezar, ría Sara que está a mi lado, puso su mano sobre la mía y dio un pequeño apretón para darme ánimo.

—Señor y señora Urrutia, yo, ya que estamos reunidos todos juntos, y el motivo de esta cena es para informarles o más bien pedirles su consentimiento para visitar a su hija y poder conocerla —hablo muy rápido y es una manía que tengo cuando estoy nervioso o muy ansioso, tomo el vaso con agua y le doy un sorbo mientras veo a los papás de Clarita.

—¿Solo conocerla? Porque según tengo entendido que son novios —dice su papá, veo a Clarita sonreír y me da un beso en la mejilla —sé que es difícil aceptar su noviazgo, pero veo feliz a mi hija y también que usted es un buen hombre que sé que la va a respetar y cuidar, solo una cosa le voy a advertir, —se quedó en silencio y su esposa sonrió al voltear a verla con el ceño fruncido.

—Lo que mi adorado esposo dice es que está feliz de que ustedes se den la oportunidad de conocerse y claro que estamos de acuerdo y aprobamos este bonito noviazgo —habla su mamá y el señor Urrutia negaba con la cabeza, mientras mamá y mi tía aplaudían.

—Entonces dicho esto, brindemos, Gustavo yo también estoy con miedo, esto es nuevo para mí, Luciano es muy importante para mí así como lo es Clarita para usted y ambos sabemos los motivos, pero quiero que sepa que para eso estamos su familia, para apoyarlos en lo que ellos decidan —le habla mi padre al señor Urrutia —los chicos ya están grandes y tiene sus propias necesidades e inquietudes, si ellos quieren estar juntos ahí estaremos apoyándolos —dijo levantando la copa y los demás le siguen.

Por fin lo dije y sus papás dieron el consentimiento, cenamos y luego mi papá, el tío y el señor Urrutia se pusieron a hablar de negocios, mientras las mujeres de compras y viajes. Bueno, eso lo hacía más la mamá de Clarita, y aproveché para levantarme e invitar a mi novia a caminar un rato, nos despedimos de ellos y salimos del restaurante dejándolos a ellos celebrando.

—Gracias Luciano, —me dice caminando a un lado de mí —estoy muy contenta porque papá nos dio su consentimiento, en casa no estaba de acuerdo cuando se los dije —me dice y me pare para verla a los ojos.

—Lo importante es que nos gustamos y lo que sentimos,,, dice la tía Paola, que es porque estamos enamorados —le digo lo que unos días antes había hablado con ella sobre mis sentimientos y como poder llegar a querer a Clarita como mujer.

—Sí, yo te quiero mucho y siento que mi corazón se va a salir cuando estoy junto a ti, mira siente como late fuerte —me dice y toma mi mano poniéndola en su pecho, sentí algo que quería tocarla más y no soltarla, así que mejor solté mi mano y seguí caminando, ella me alcanzó sonriendo.

—Espérame —me alcanza agitada, le sonreí y la tomé de la mano entrelazando nuestros dedos, —Cuando regresemos, ¿podemos ir con la tía Paola? —me pregunta y asiento, llegamos a una heladería, pido dos helados y nos sentamos en unas bancas que están frente al mar.

—Clarita, te compré algo y quiero dártelo —le digo sacando de la bolsa del pantalón un estuche que llevaba conmigo y lo abrí para mostrárselo.

—¡Es muy hermoso! Gracias, ¡me gusta! —dice tomando el collar y lo pasa por sus manos —¿me lo puedes poner? —pregunta y lo tomo, hace a un lado su cabello y le pongo el collar y luego la pulsera.

Con una sonrisa se acerca a mí y me da un beso en los labios, pequeños besos nos damos y luego la abrazo, me siento bien cuando la abrazo, ya que nos separamos, vuelvo a tomarle la mano y regresamos, caminando por la orilla de la playa hasta que llegamos al hotel.

Nuestra familia está en el área de la piscina donde nos unimos a ellos, Clarita va hacia donde están las mujeres y yo me uno a los hombres, de reojo veo que les muestra el collar y su mamá la abraza, mamá y tía Sara la felicitan con un pequeño abrazo. Después de un rato todos subimos a nuestras habitaciones, la dejo en la suite que comparte con sus papás y luego entro a mi habitación.




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