Luciano

Capitulo 61

Me desperté y arreglé para bajar a desayunar con la familia, todos en el desayuno tocaron el tema del éxito total del evento, felicitando a Clarita y obviamente a los organizadores que fueron de mucha ayuda. Todos hablaban del mismo tema, reían y hablaban, ver a mi familia unida gusta, todo lo que papá ha luchado por su familia se ve reflejado en lo unida que somos, también la familia de Clarita, que ahora son parte de mi familia, ver el amor entre ellos, la complicidad entre las hermanas me llena de alegría mi corazón.

Después de desayunar fuimos a pasear todos juntos, conocer otros lugares de la Paz y Cabo San Lucas, que hermosos paisajes entre la playa y desierto se ve maravilloso, hicimos camping con fogata, jugamos y bailamos.

—¿Ya pensaron en la fecha de la boda? —pregunta mi suegra —hay mucho por hacer, sabemos que ustedes están ocupados con el trabajo y hemos hablado con las mujeres mayores que nos haremos cargo de los preparativos de la boda —dice y Clarita y yo nos quedamos viendo.

—La verdad es que no lo hemos hablado, pero yo quiero que sea lo más pronto posible —les digo encogiendo mis hombros y Clarita asiente

—¡Cómo, que lo más pronto posible! —exclama el señor Gustavo —yo pienso que en un año es suficiente para los preparativos de la boda —dice molesto.

—Papi no, un año no, nos vamos a casar en cuatro meses, —dice Clarita.

—Si cuatro meses es suficiente para organizar todo —dice mi suegra llevándole la contraria a su esposo.

—Si me parece bien cuatro meses, un año es mucho —les digo y papá me pone su mano en mi hombro dándome apoyo —suegro, no se moleste, amo a su hija y lo que no quiero es que usted esté enojado y no apruebe nuestro compromiso —le digo y él suspira resignado.

—Está bien, cuatro meses, ya que más da, es que no me hago la idea que mi damita se case primero que mi princesa, en ella no veo para cuando —dice viendo a mi amiga quien suelta una carcajada.

—Papi, tu princesa ya te dijo que no se va a casar, así estamos bien con Tadeo ya lo hemos hablado, quizá más adelante, ahora es el momento de mi hermana y soy feliz de que ella lo sea, es más no te doy una boda, pero puedo darte un nieto —le suelta Mine y su papá abre los ojos y su mamá se lleva la mano a la boca, todos nos quedamos sorprendidos.

—¿Vamos a ser abuelos? —le pregunta su papá y ella con una sonrisa les dice que sí, todas las mujeres gritan y felicitan a Mine por esa noticia.

—Felicidades —le digo acercándome a los dos que están abrazados.

—Quién lo iba a decir la tremenda Minerva, la más inquieta de los tres va a ser mamá —dice tía Sara —felicidades mi niña, felicidades a los dos —les dice dándoles un abrazo y así todos se fueron acercando a ellos a felicitar.

—¿Estás contenta? —le pregunto a Clarita sentándome junto a ella a la orilla de la playa, viendo como brilla el agua del mar con la luz de la luna.

—Si estoy feliz, voy a ser tía, Pero tengo miedo Luciano —me dice y voltea a verme.

—Aquí estaré siempre, no tengas miedo de nada que estaré a tu lado —le digo abrazándola por la espalda y pone su cabeza en mi pecho.

—¿Y si yo no puedo ser mamá? —me pregunta

—¿A qué te refieres? ¿Tú quieres ser mamá? —le respondo con otra pregunta.

—Si siempre he soñado con casarme y ser mamá, pero me da mucho miedo, si nace con el espectro como nosotros, o peor si no puedo tener un hijo Luciano tú, ¿has pensado en tener hijos? ¿Quisieras que yo tuviera un hijo tuyo? —me dice y esconde su cara con sus manos, sé que está llorando.

—Mírame, todo a su tiempo mi Clarita, he leído que si podemos ser papás, hay posibilidades de que nuestro hijo nazca con el gen, no lo sabemos, pero hagamos algo, no pensemos en eso ahora, vamos a investigar y más que nada hablar con los profesionales, tía Paola y tu terapeuta nos pueden orientar, y si se da el caso, pues estaremos para ayudarlo en el proceso, contamos con el apoyo de nuestra familia por si algo no podemos hacer nosotros —le digo abrazándola y le seco una lágrima que se le escapó.

—Está bien, ya no pensaré en eso por ahora, ¿me das un beso? —me dice haciendo su cabeza hacia atrás y le doy un beso como me lo pidió, luego nos quedamos así abrazados un rato más hasta que llegó mamá por nosotros para cenar.

La ayudé a levantar y nos acercamos a la mesa improvisada para cenar, todo era risa plática, había felicidad en este grupo, pasamos una noche muy bonita al lado de nuestra familia y amigos, ya muy noche cada uno entramos a nuestra casa de campaña, yo compartí con Zully y Clarita con sus papás.

Al amanecer, me levanté y salí de la casa de campaña, caminé por la orilla de la playa viendo el amanecer y la entrada del sol, me senté tomando unas conchas y buscando la más bonita para dársela a Clarita. Pienso en lo que me dijo anoche y yo también tengo miedo, pero no quiero demostrarlo, cuando llegue a la casa voy a platicarlo con tía Paola. Me levanté cuando encontré lo que buscaba y regresé donde estaban todos, ya se habían levantado y estaban preparando el desayuno, mientras los hombres recogían las casas me puse a ayudarlos.

Después del desayuno regresamos al hotel y prepararnos para el regreso a nuestra casa, y seguir con nuestras responsabilidades, en la tarde abordamos el avión de mis suegros de regreso, veo a Clarita aún con su carita triste. Me senté a su lado y la abracé, deje un beso en la coronilla de su cabeza mientras ella cerraba sus ojos para dormir un rato.




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