Después de mostrarle la casa por la parte de abajo, subimos a la planta alta, le mostré las habitaciones y por último dejé la muestra, al entrar se quedó viendo la decoración, mamá sí que se lució, sabe captar mis ideas y lo hizo tal como lo pedí, sencillo pero bonito.
Clarita recorrió toda la habitación, me abrazo dándome un beso, nos separamos y serví dos copas de vino.
—Quiero brindar por nosotros, por nuestro matrimonio, que siempre estemos unidos uno al otro y que pese a dificultades primero hablemos y no discutamos sin antes hablar.
—Te amo Luciano, prometo que juntos vamos a superar cualquier problema, te apoyaré siendo tu mano derecha y estando en tus logros y caídas, siempre amor siempre voy a amarte.
Tomamos el vino de nuestras copas, le quitó la de ella y las pongo en la mesa, Clarita se acerca y me besa, acaricio su espalda y me pide que le ayude a quitar el vestido, hago que me pide, quedando en una lencería muy fina que me invita a quitársela.
Me ayuda a quitar el corbatín y desabrochar la camisa, ya estando en ropa interior la cargo y la acuesto en la cama, me gusta la sensación que estoy sintiendo. Sé que ella también le está gustando como la acaricio, dejo muchos besos en su cuerpo y por fin le hago el amor a mi esposa, por fin somos uno del otro.
Me levanto muy temprano, Clarita aún duerme, bajo a la cocina a preparar el desayuno, ya listo subo y la despierto para que desayunemos juntos y nos arreglemos, nuestra luna de miel nos espera.
—Tenemos dos horas para salir, ¿te sientes bien? —le pregunto al ver que hace una mueca de dolor, ¿será que la lastime?
—Estoy bien, es un malestar nada más, creo que es normal, Mine me dijo que esto tenía que pasar, me dio unas pastillas por si me sentía así, están en mi bolsa ¿podrías pasamerlas? —me dice tomo su bolso y busco las pastillas que me dijo, las encuentro y se las doy, me sonríe y se las toma con el jugo.
—Si no te sientes bien, vamos al doctor, nos podemos quedar y viajar otro día —le digo preocupado y ella niega.
—No, me doy un baño y se me quita, creo que mi ropa está aquí, voy a buscar que me pongo y me doy un baño —dice envolviéndose con la sábana y tratando de levantarse, la tomo en mis brazos y la llevo al baño, la dejo para que se bañe y salgo a buscar su ropa, se la dejo en la cama en lo que bajo los trastes y limpio lo que ensucie en la cocina.
—Ya listos para irnos salimos de la casa rumbo al aeropuerto, papá vino por nosotros, nos despedimos de papá, nos subimos al avión despegando, estaremos volando unas horas que aprovecharemos para descansar, fuimos a la habitación que tenía, nos acostamos y dormimos hasta que la azafata nos avisó que estábamos llegando a nuestro destino.
Bajamos del avión, un auto nos estaba esperando para llevarnos al hotel, nos registramos y subimos a la habitación que reservamos, pedimos servicio a la habitación, estábamos cansados de que decidimos comer en ella, cómo era tarde la hora que llegamos, nos acostamos a ver películas, abrazados que una caricia y un beso nos llevó a disfrutarnos nuevamente.
Nos dormimos abrazados, se siente bien tenerla en mis brazos, no la quiero soltar, me venció el sueño, cuando desperté Clarita venía saliendo del baño, con una bata de baño y una toalla en la cabeza.
—Ve a bañarte, pedí el desayuno —me dice sentándose en la cama.
—Buenos días, esposa mía, ¿a dónde quieres ir primero? —le pregunto, la abrazo y le doy un beso.
—Vamos a hacer los tours que ofrece el hotel y disfrutamos de este paradisíaco lugar —me dice devolviendo los besos que le di.
—Humm está bien, me doy un baño en lo que llega el desayuno —le digo entrando al baño.
Salimos de la habitación y fuimos al primer paseo, regresamos cansados, así fueron las dos semanas que duraría nuestra luna de miel, nos conocimos más a nosotros mismos, disfrutamos estar juntos y regresamos siendo una pareja que se aman y que ante todo saldremos adelante y no permitiremos que nos clasifiquen o señalen por nuestra condición.
De regreso a nuestra casa, llegamos y nos estaban esperando toda la familia, nuestros padres, tíos, hermanos y amigos, hicieron una fiesta de bienvenida y estrenar la casa nueva, a todos les gustó y a mi bella esposa también, ella es la más encantada con la casa.
Más tarde se fueron retirando cada quien a sus hogares, dejándonos a nosotros solos, nos sentamos en la sala, viéndonos y empezamos a reír, la jale hacía mi y la abracé, sube sus piernas al sillón quedando acostada con su cabeza en mi pecho, le doy un beso.
—Señora Montemayor, hoy iniciamos una nueva etapa en nuestras vidas, formamos una familia los dos, te amo Clara Urrutia de Montemayor, soy feliz a tu lado, gracias por existir y por aparecer en mi vida, no creí que algún día podría enamorarme como hasta hoy lo estoy de usted —le digo acariciando sus mejillas y ella cierra los ojos.
—Amor, gracias a ti pude superar mis miedos, aprendí a ser más segura de mí misma, bueno lo era, pero solo con mi familia, ahora puedo estar con más personas a mi alrededor, gracias y te amo, contigo voy hasta donde tú me lleves.
Sellamos nuestras promesas y palabras con un beso tierno, nos quedamos abrazados en la sala, hasta que Clarita se quedó dormida, subí con ella en mis brazos, la acosté en la cama, ayudándole a quitar la ropa y poniéndole una pijama, me acuesto a su lado quedándome dormido.
—Gracias amor por ser especial —le digo entre sueños.
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Editado: 27.10.2024