3 años después...
[Liseth]
Habían pasado tres años desde que salí de la primaria, desde que era una niña, sólo faltaba un año para convertirme en una pre-adolescente y no me agradaba mucho la idea, mi mejor amigo Toby ya había cumplido su pre-adolescencia y seguida siendo el mismo tímido de antes. Habíamos prometido no cambiar, pero nunca habia creído que cuando uno llegaba a esta etapa las muñecas de trapo y los juegos en los parques o prados se volverían aburridos o ya no nos animarían a jugar. Era desastroso no ser una niña, donde no pensaba en nada más que en disfrutar cada día de mi niñez y no pensar en problemas como lo hacen los jóvenes. Nunca me ha gustado ser negativa y no lo seré, pero lo que no sabía de esta etapa es que muchas más cosas vendrían a mi mente, que ahora varias responsabilidades caían en mis hombros sin previo aviso, que ya no podía culpar a mi edad por las tonterías que hacía, si no que debía responsabilizarme de eso, sola. ¿Que clase de mundo es en el que vivimos?, no sabía que casi ser una joven era tan traumador.
En la escuela todo cambio, al igual que el mismo, ya no iba a una pequeño edificio de dos plantas para niños, si no que uno más grande, lleno de adolescentes y hormonas alborotadas. Me daba asco como los mayores se basaban como dos sanguijuelas, succionandose la boca y sabrá Dios que más.
Con respecto a la chica de cabello rosado, la había visto muchas veces y siempre parecía seguirme. Mis ojos, no tan peculiares, cambiaban ambos de color cada vez que la tenía cerca, era como sus los fuese la Luna llena que siempre me los cambiaba. Y seguía siendo una joven, no había cambiado nada, cambio por su cabello, que ahora las puntas de este se había vuelto negras.
Toby seguía siendo mi mejor amigo, el mejor de todos, este mismo había cambiado su timidez y ya hablaba con otra chica aparte de mi, le celaba aveces, pero lo entendía, era un chico y necesitaba conocer mas gente que su hermana/amiga de toda la vida, necesitaba conocer pensamientos distintos y actitudes diferentes. No tenia en claro que íbamos a cambiar tanto, muchas cosas pasaron en los últimos tres años, aveces sentía que Toby me ocultaba algo muy profundo, que aun me preguntaba que era, no entendía por que lo hacia, pero lo respetaba, aunque aveces buscaba a escondidas indicios de algún comportamiento extraño. Eramos chicos de pueblo, de apoco y llegábamos a la montaña Montenegro, el cual era el limite de Bestery Walls y mas halla iban hacia la ciudad.
En el transcurso de los años, descubrí algo sorprendente, tenía un don de manejar objetos inanimados pequeños y de a poco iba descubriendo mas, pero aun mi madre y yo nos preguntábamos que era eso y por que lo poseía, ella no recordaba a ver tenido algún ancestro con un poder así o que por parte de mi padre lo tuvieran. Tenia el argumento de que posiblemente ese era el punto por el que mi padre se había ido y nos hubiese abandonado, el sabia de lo que era capaz de hacer de grande y temía estar presente para contarme alguna terrorífica y antigua historia sobre nuestro don familiar, o...solamente no, y solo se fue y ya no quería a mamá.
No es inusual que clases de cosas así pasen en un pueblo viejo, alejado de todo lo moderno, con gente humilde – en algunos casos – y de buen humor.
Era el día de la feria anual del pueblo, lo bueno de esas típicas ferias era que venían gente de la ciudad y traían cada año cosas raras que nadie sabía que existían, como los teléfonos celulares sin antena y táctiles, hasta parecían irreales.
La feria duraba tres días, noche y día. Era el único fin de semana que la gente compartía con su familia felizmente de lo que los de ciudad nos traían, para ellos sería una estupidez ver tanta gente mirar un aparato como si fuese un extraterrestre brillante, mientras que para ellos es algo pasado de moda quizá. Siempre iba con mi madre, la madre y el padrastro de Toby, el y yo, a la feria, pero esa vez nos habían dejado ir con los de la escuela, solo nosotros, divirtiendonos como adolescentes que todavía no eramos.
—¿Lista para la feria?—preguntó Toby, sonriendome desde el sillón, donde había esperado media hora mientras me arreglaba.
—Claro, siempre lo estoy.—sonreí, poniendo mis manos en la cintura y moviéndolas de una lado a otro lentamente.— ¿Vamos?
—Si, quede de ver a Wallas en la entrada del parque.—dijo con su típico animo cada vez que la nombraba.
—¿Wallas?, pensé que iríamos tu y yo, como todos los años.—hice un puchero, decepcionada.
—Lo se Liseth, pero ya tenemos otra amiga y debemos compartir nuestros momentos como mejores amigos los tres.—masajeó mi hombro, intentando fallidamente convencerme.
—Oí que los mejores amigos son de dos, no de tres...uno siempre sobra Toby y tu la estas prefiriendo a ella en este último año mas que tu amiga/hermana de toda la vida.—reproché celosa. Nunca había estado enojada, pero sentía ese cosquilleo en la nuca que daba cuando te enojaba algo y te volvías rojo de cólera, pero que aun no sabia como atraer o controlar.