Lucifer

《9》

[Tom]
3 años antes... 

Había llegado a la preparatoria, junto con Wall, no faltaba mucho para que sonaran la campana de que era hora de entrar a clases y no había visto a Liseth por ningún lado, menos en su casa, donde ni ella ni su madre estaban, pero a la mamá la había visto yendo hacia una librería sin Liseth. 

Intenté buscarla en los posibles lugares que creía, donde ella más se la pasaba, pero ni Wall ni yo pudimos hallarla. No sabía donde se había metido, o si había ido a la escuela. 

Transcurrió el día y ella no apareció, al anochecer, preocupado fui a su casa, sin antes dejar a Wall en su casa. Iba a paso lento por un camino de tierra, que daba directo hacia la casa de Liseth por el bosque. Mientras que caminaba iba tarareando una canción y golpeaba con mi dedo índice mi muslo al son de mi tarareo. 

Estaba solo, como siempre que iba a la casa de Liseth por ese atajo, no vivíamos muy separados, pero al regreso de la escuela siempre me iba por ahí. Oía mis pasos en la tierra, pero luego se duplicaron, y sin más, me detuve. Sabía que algo andaba mal, había visto películas sobre momentos así, donde alguien anda solo y parece oír mas pasos detrás suyo. Había revisado unas cuantas veces, pero no había nadie, ni más marcas en el suelo aparte de las mías, no había nada. 

Sacudí mi cabeza confundido y seguí caminando, pero a un paso mas acelerado, ya iba a mas tarde de lo debido y mi padrastro me mataría si llegaba muy tarde a la casa. 

Otra vez el sonido de dobles pisadas, me estaba comenzando a entrar miedo, ya que por ahí nunca me había pasado algo igual. Decidido, salí corriendo, pero a medio camino se me atravesó una piedra y caí. Cuando me voltee a ver quien me seguía, no había nadie cerca, más que unos ojos azules perdidos entre los arboles a lo lejos. Había estado acostumbrado a verlos por la peli rosada que se aparecía cuando estaba Liseth, pero esta vez ella no estaba conmigo. Sus ojos cambiaron de color a rojo y luego desapareció, e inmediatamente volví a levantarme y a correr. No sabía que pasaba, pero ya me había entrado mucho pánico. 

En cuanto atravesé una calle, todo el miedo que cargaba fue remplazado por la sorpresa. Habían carros de policía enfrente de la casa de Liseth, y la madre de ella estaba en el pórtico llorando. 

¿Que sucede?, ¿Liseth? 

Corrí enseguida hacia ella, y en cuanto me vio, me abrazó. Sin saber que pasaba, ingresé a la casa temiendo lo peor, esperando el peor golpe, donde viera a Liseth en algún piso de su casa rodeada de sangre, pero no había nada. Los policías estaban agarrando varias de sus cosas y volvían a la calle. 

Pude notar que la puerta estaba medio rota, como si la hubiesen golpeado muy fuerte. Revisé toda la habitación, bien arreglada y esa librería que tenía Liseth, que llenaba casi toda su habitación. Amaba los libros tanto como a su vida. Habían unas que otras libretas en la cama, un particular libro se encontraba solo en la parte de arriba de su librero. Estaba viejo y quemado. Al oír pasos cerca, guardé el mismo en mi bolsa y salí. 

Parecía que los policías se iban a ir, pero antes uno venía con un papel blanco. Se adelantó de nosotros y pegó este mismo al lado de la puerta. 

"Desaparecida". Decía, e inmediatamente caí al suelo, sin poder procesar bien la información, ni entender por que había pasado todo tan de repente. 

••• 

Llevaban semanas de búsqueda, y estaban por darse por vencidos, por que no hallaban ni huellas, ni una sola pista que los llevara a ella. Cada día me dolía mas la cabeza por la preocupación que llevaba de querer encontrarla. Muchas veces había salido solo a buscarla, por los lagos, y el bosque. Alistaba mi mochila, una botella de agua, comida y mi abrigo, más encima llevaba una linterna para cuando oscurecía. Tenía la gran necesidad de encontrarla, la necesitaba. 

Liseth se desapareció. Se repetía aquello todo el tiempo en mi cabeza, como si un ser inmutable quisiera ver mi sufrimiento cada día o quisiera que yo ya superara la pérdida de mi mejor amiga. La extrañaba, sabía que ella se estaba sintiendo sola, y apenas desapareció, fue que me di cuenta de ello. Wall estaba ocupando mas de mi tiempo, pero era por que había conocido a alguien mas aparte de Liseth y me sentía feliz, por que no era un completo idiota después de todo, pero luego de notar de que mi amiga de infancia estaba cambiando y ya no era la misma, creía que iba a caer todo con ella, no le alegraba verme como antes, veía en su rostro como si cuando llegaba a su lado era un martirio que debía vivir cada día, pero ahora ni su rostro podía ver. Ella se había ido, no sabía si del mundo o del pueblo, y eso día a día me mataba, como si cada vez que abriera los ojos recibiera un castigo de mi mente. 

Volví a mi hogar resignado. Dejé la linterna encima de una mesita, donde casualmente estaba un pequeño portarretrato que Liseth me había dado para mi séptimo cumpleaños, un año después de conocernos. Ahí estábamos los dos abrazados con una gran sonrisa, mientras usábamos vestidos de baños, por que habíamos ido a la cantera ese día con nuestra familia por mi cumpleaños. Ella siempre había sido la que animaba los momentos y tenia muy buenas ideas cuando estábamos aburridos. 




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