Luciferina

Noveno pecado

De las profundidades del averno estaba a punto de surgir un nuevo problema, uno que la humanidad no había experimentando en centenares de años.

Imagino que esta generación nisiquiera tiene conocimiento de lo que hablo; pero pronto, muy pronto sentirán el retumbar de aquella realidad.

Por otra parte, mis estudios en el instituto iban bien o eso quería suponer. No necesitaba aprender sobre la humanidad y sus costumbres. Los he observado durante mucho tiempo e incluso, muchas cosas sucedidas a través de su historia han sido por causa mía. ¿Como qué?

Bien, les daré un ejemplo que seguramente todos reconocerán al instante. Adolf Hitler, si, aquel hombre de peinado raro y bigote cuadrado.

Tras ser encarcelado y sentenciado a cinco años, se sentía muy solitario y sin ambición. Lo visité en sus sueños y le di unas maravillosas ideas para la expansión que siempre había deseado por el continente de Europa. Consejos que en el futuro, desembocaría en una lucha por sus territorios. Ay humanos, tan avariciosos. Me recuerdan a alguien.

Pero eso no es todo, ¿sabías que "Adolfito", como solía decirle en nuestras conversaciones, escribió un libro? Uno que tiene por nombre Mi lucha, donde da a conocer su ideología. Bueno, yo también lo incité a escribirlo. Técnicamente se podría decir que soy su editora.

Lo bueno de todo esto, es que ocho meses después quedó en libertad y con una mente renovada, el resto de la historia ya lo saben. La segunda guerra mundial, etc...

¿Sorprendidos? Y eso que aún no conocen nada sobre mi.

Así que simplemente iba a la escuela por asistir y por supuesto para interactuar con los humanos. En especial con esa pequeña chica llamada María que siempre notaba solitaria y callada.




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