1.Paz y Tranquilidad

MARZO 2029

Camino por las pacíficas calles escuchando el sonido de los carros al pasar.

Al doblar la esquina, mis ojos se centran en un pequeño parque lleno de personas a su alrededor y niños jugando.

Decido acercarme para descansar un rato, no me vendría mal después de tanto caminar.

Camino entre los árboles frondosos, sintiendo tranquilidad de escuchar las brisas chocar contra los árboles,
Las hojas crujir al ser pisadas y la brisa chocar contra mi rostro.

Es intrigante saber como este ambiente te puedo hacer sentir tanta tranquilidad como si fuese un pequeño refugio oculto entre medio del bullicio urbano.
A lo lejos observo una banca en la cual decido sentarme quedando enfrente de los juegos para niños.

Inhalo hondo dejándome llevar por el aroma terroso que se impregna en el aire.

Examinó a mi alrededor observando varias personas hablando animadamente entre ellas, los árboles siendo filtrados por los rayos del sol y el viento dejando caer sus hojas doradas con tonos anaranjados y rojos.

Se podría decir que el otoño es una de mis estaciones favoritas, con solo saber su pronta llegada me hace sentir una tranquilidad inexpresable.

Por último observo a los niños jugar y divertirse, algunos fingiendo ser zombis, policías y otro simplemente corriendo y riendo.

Siempre he pensado que la imaginación de los niños siempre será algo tan amplio e inexplicable con pocas palabras pero a la vez divertido de tratar de descifrar.

Mientras observo a los niños siento una presencia cerca de mí, giro mi cabeza encontrando un señor de avanzada edad con un bastón sentándose al lado mío de la banca.

Giro de nuevo mi vista al frente.

- se siente una plena tranquilidad - mencionó aquel señor.

- si - afirmó con una pequeña sonrisa.

- a veces es bueno venir a un lugar en el que te haga conectar con la naturaleza, porque genera calma.

- puede ser, pero hay veces que no importa si el ambiente genera calmo o tranquilidad porque puede que esa misma sensación no la genere en ti - Expreso mi manera de pensar aunque suene deprimente.

- Y ¿eso por qué sucede? - pregunta aquel hombre con la curiosidad evidente entre sus palabras.

- porque puede que el ambiente esté bien y todo a tu alrededor también Más sin embargo tú no - exclamó.

- como un conflicto entre la mente y el ambiente - afirma.

Asiento con la cabeza en señal de afirmación.

Un manto de silencio Se cierne entre el ambiente, pero interesantemente este silencio no genera incomodidad sino lo contrario, paz y tranquilidad...

Me hace recordar a mi infancia viendo a mis abuelos sentados en una banca tomando café y platicando mientras yo jugaba.

Cierro los ojos visualizando en mi mente aquel recuerdo del pasado, una cálida sensación se expande en mi interior al recordar aquellos momentos felices. 

- la gente cuando sabe que va a morir empieza a temerle a la muerte, pero yo no le temo, a lo que en verdad le temo es a morir y no tener suficientes recuerdos en mi mente los cuales añorar y sentirme feliz antes de morir - comento el señor.

Este señor tiene temas de conversación... Curiosos

- siempre he pensado que no hay que temerle algo a lo cual no podemos ver - no estoy segura de lo que estoy diciendo solamente dejo que mis comentarios sean guiados por mis pensamientos. 

- correcto - menciona la voz de aquel hombre.

Escucho los gritos lejanos de una voz femenina llamando a alguien.

- oh, esa es mi hija, me está buscando - menciona el recién nombrado Rodolfo.

El señor se levanta del banco para iniciar su caminar hacia su hija.

Pero antes se voltea hacia mí y dice - Fue un gusto hablar con usted jovencita - una pequeña sonrisa se expande por su rostro.
- igual - le devuelvo la sonrisa.

Observo el Señor marcharse, meditó sobre nuestra conversación y sus palabras.

Vuelvo a mirar a mi alrededor pensando en cuanto ha cambiado las cosas desde aquel entonces, en cuánto he cambiado yo en todo este tiempo.

Nunca pensé que en aquel pasado tan tormentoso podía tener una tranquilidad que parecía irreal.

No creo llegar a sentir orgullosa de mi pasado en algún momento de mi vida, y menos comentarlo tan tranquilamente en una conversación cotidiana, pero lo que si se es que al menos valió la pena…