Lúgubre "Vivir entre el dolor del pasado"

2.Una vida no soñada

ENERO 2028

ANDREA 

La vida... muchos tienen distintos significados de ella, distintas formas de pensar, pero ¿quién piensa que es la vida a diario? Solo una persona mal de la cabeza lo haría, ¿no? Eso es lo que dicen los demás. Cuando tienes gustos distintos o formas de ver y pensar diferentes a los demás, te hacen sentir como alguien anormal.

¿Para qué nacemos? Los que viven una vida de cuento de hadas no se preguntan eso porque están lo suficientemente felices como para cuestionarse algo tan trivial para ellos. Pero los que tienen una vida apagada sí se lo preguntan a diario. No entienden por qué ellos se merecen ese tipo de vida y otros sí se merecen la "felicidad". Se preguntan qué hicieron mal, pero al final de cuentas, no encuentran una respuesta.

- ¡ANDREA! - me llamó mi psicóloga, sacándome de mis pensamientos.

-¿Eh?, ¿qué pasó? - pregunté desorientada.

- Te estoy hablando hace rato, ¿me escuchaste lo que dije? - preguntó con evidente reproche en su voz, la señora Palabritas Rosa. La llamo así a pesar del corto tiempo en el que nos hemos conocido. Puede ser grosero, pero la importancia que le pongo es mínima. La llamo así porque siempre dice palabras baratas como "Todo va a estar bien", "vas a mejorar", "tú puedes, eres fuerte", lo cual para mí son simples palabrerías baratas.

- Sinceramente no, y no me interesa. Esta es mi segunda cita con usted y no ha cambiado nada. Sigo pensando lo mismo y sigo igual de loca - dije con cinismo, haciendo énfasis en la palabra "loca".

- No estás loca, y el proceso para que mejores es lento. No vas a mejorar de la noche a la mañana, tienes que tener paciencia - exclamó.

-Ajá, por que no entiende de una vez que nada va a cambiar - dije con los ojos llorosos - Quizás, incluso si ocurriera un milagro, mi fragilidad interior sigue siendo como la de una muñeca de porcelana que, al caerse, se rompe irreparablemente sin que nadie se preocupe por mi verdadero estado detrás de la apariencia externa. La gente busca perfeccionarme sin alcanzar su propia perfección. Mi infancia y adolescencia fueron una mierda debido a mis padres.¿Por qué? - sollozé -Es difícil para ustedes comprender que ya no deseo permanecer en este lugar. ¿Cuál es el propósito de mi existencia si estaba destinada a sufrir tanto? - pregunté mientras me levantaba bruscamente de mi silla, mezclando mi rabia, mi odio y mi sufrimiento.

Andrea, cálmate, escúchame, respira profundo y... - trató de decir mi psicóloga, pero la interrumpí.

No, escúcheme usted a mí - demandé furiosa mientras sostengo mi mano, que continuaba temblando sin control -  ¿Por qué tengo que sufrir y los demas no? ¿Qué hicieron ellos para merecer ser felices que yo todavía no he hecho? - la observo con tristeza tratando de obtener una respuesta a la pregunta que siempre persiste en mi cabeza.

- Con esa actitud, nunca lograrás mejorar - exclamó con una mirada triste.

- Yo tampoco creo que vaya a cambiar y mucho menos a mejorar - afirmé con una pequeña sonrisa.

Doy por terminada la conversación con Palabritas Rosa para salir del consultorio. 

Al salir, me encuentro con dos personas que, a simple vista, pueden parecer amigables y de buen corazón. Pero, ¿quién diría que han sido los peores verdugos en mi vida? ¿Quién, en su sano juicio, viviría con su verdugo? Eso es una buena pregunta, pero tampoco es que yo quisiera que la situación fuera de esta manera. Me temo que, por más que intente alejarme, es como si tuviese una cadena que me mantiene atada a ellos, como una simple paloma encerrada en una jaula sin poder salir.

 




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