Lúgubre "Vivir entre el dolor del pasado"

10. Tiempo

 BRUSELA

En el lienzo de la existencia, cada día se añaden nuevas pinceladas, creando una obra en constante expansión que narra la historia de nuestros momentos de vida. 


Contemplo la danza de una pequeña mariposa que se posa en el jarrón de rosas que estoy pintando, fusionando sus tonos con el objeto, creando una armonía perfecta


Capturo el momento con mi cámara antes de que la mariposa emprenda su vuelo.


Aveces pienso que la vida es como una mariposa, despliega sus alas en el lienzo del tiempo y la vida.


Cada instante son como los delicados aleteos de este insecto, recordándome que la belleza y la fragilidad coexisten en un danzar constante, donde el reloj sigue su curso imperturbable, indiferente al fugaz y majestuoso vuelo de nuestra existencia.


Aunque suene bello y casi poético, la realidad es lo contrario. 


En la felicidad, anhelamos que el tiempo se detenga y pase más lento, temiendo un futuro incierto y desagradable.


Mientras que en la tristeza, anhelamos su velocidad, deseando escapar de un presente desagradable, sin saber si el futuro nos deparará un bienestar igual o peor. 


El tiempo se revela como un astuto impostor, aliado y enemigo de la vida.


Cuando anhelamos su paso lento, vuela velozmente, y en los momentos de deseo de su aceleración, se detiene para transcurrir con lentitud.


Con destreza, deslizo mi pincel sobre el lienzo blanco, trazando con precisión cada detalle. Mi meta es plasmar la belleza de un objeto físico en el lienzo inerte, dejando mis emociones plasmadas en la obra. 


Tengo la vaga idea de que una obra carece de vida sin un hábil pintor, ya que un lienzo, por sí mismo, permanece inerte, carente de arte. Sin embargo, es el artista quien representa vida a través de sus creaciones, y solo él comprende el verdadero significado de su obra.


El arte, en una esencia silenciosa, nos permite comunicar sin palabras, requiriendo solo la observación aguda de aquellos que desean comprender la expresión plasmada en pintura.
Al terminar, observo complacida el resultado final. 


Una auténtica sonrisa ilumina mi rostro, pues había pasado un tiempo desde que realizaba lo que más amo y que minimiza mi dolor diario...


Pintar


Rara vez me permito hacerlo y menos con libertad; lo tengo prohibido, cualquier intento podría desencadenar nuevamente aquello que prefiero olvidar. 


Mejor evita pensar en ello


Tienes razón.


Contemplo el jarrón y acaricio suavemente las rosas en su interior, frescas, impecables y bellas. Transmiten su inocencia y amabilidad solo con ser observadas, infundiendo calma y tranquilidad en el momento de observarlas. Como cuando compartía momentos con ella.


Una lágrima traicionera se desliza por mi mejilla; la limpio rápidamente, y sonrío mientras observo las rosas.


Me recuerda un tanto mamá...


No llores, cualquiera alquiera puede entrar, no demuestras debilidad


- Brusela - Mi nombre resuena en el aire, gritado por una voz femenina llena de urgencia y búsqueda.


- Aquí - levanto un poco la voz para que ella pueda encontrarme. 


La puerta se abre abruptamente, revelando la entrada apresurada de una Andrea desesperada y visiblemente alterada.


Sí, ya no se me olvidó su nombre


Digamos que somos... conocidas. Hemos entablado conversaciones y, con el tiempo, descubrimos varias similitudes entre nosotras. Más sin embargo, el temor de revivir eventos pasados me impide etiquetarla como amiga, temiendo que la historia se repita. 


- ¿Qué pasa? - pregunto calmada sin entender su manera de actuar.


- ¿No te enteraste?


- Tengo cara de ser el noticiero para enterarme de todo - ironizo.


- Pues no, a decir verdad, tienes cara más de depresiva - forma una mueca de desagrado. 


Pongo los ojos en blanco mientras suelto un suspiro de cansancio.


A veces no la soporto.


De milagro te soportas a ti misma


Touché.


- Bien, eso no importa, pero me enteré de un chisme - exclama alegremente.


Me quedo en silencio observando el salón abandonado mientras espero a que diga el dato innecesario que al parecer ella necesita para siquiera respirar.
El chisme


Andrea puede ser una persona muy virtuosa y llena de caracteres positivos. Más sin embargo, su defecto más grande es que es adicta a la vida ajena.


Excusándose con el vago comentario...


- chismosa - expreso con sarcasmo mi afirmación, aguardando la respuesta típica que suele acompañarla. 


Me mira con caras de indignación mientras se lleva una mano al pecho demostrando lo dramática que puede llegar a ser.


Futura actriz de Hollywood


Ya lo creo.


- Pero qué ofensa tan grande - exclama con una expresión demasiado forzada de tristeza - No es chisme, es el análisis cualitativo de los procesos históricos de los agentes sociales en entornos y periodo temporal - menciona de manera acelerada.


Ahí se fue mi otra neurona


Ya lo creo.


- Es lo mismo, sigue siendo chisme simplemente de manera más autodidacta - contradigo. 


- No importa, además, si ese fuese el caso, no es mi culpa. Yo no busco el chisme, el chisme viene a mí - menciona con desinterés y sin querer aceptar el hecho de que es una adicta al chisme.


Suspiro cansada de la situación. 


No ganaré nada peleando con alguien que no sabe perder.


- ¿Y el chisme? - pregunto con paciencia queriendo que la situación se acabe rápido.


El burro hablando de orejas


- Ah sí, eso - exclama mientras chasquea los dedos - me enteré que ocurrió un asesinato cerca de la panadería de la señora Úrsula, específicamente en el callejón que está a media cuadra. 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.