⚠ CONTENIDO SENSIBLE ⚠️
NOTA DE AUTORA:
Este capítulo incluye escenas sensibles y difíciles de leer. Recuerden que todos estos eventos son completamente ficticios y no representan la realidad. Les recomiendo abordar estos temas con moderación, y si alguien se siente incómodo, tiene la libertad de no continuar la lectura.
Quiero aclarar que no apoyo ninguno de los actos descritos en el capítulo; son solo parte de una historia de ficción que no debería causar inquietud. Aprecio su comprensión y espero que disfruten de la lectura.
Con la siguiente información mencionada procedo a iniciar con el capítulo.
La oscuridad es brevemente disipada por las luces del auto, iluminando la puerta de aquella abandonada bodega. Salgo del vehículo, apago el motor y dejo que la penumbra vuelva a envolver el entorno. Con la familiaridad de mis visitas a este lugar, sé exactamente dónde está cada cosa. Entro a la bodega, mientras el silencio me envuelve.
Con una sonrisa en el rostro, camino con seguridad y procedo a abrir otra puerta asegurada con candados.
Al entrar en la habitación, el frío de aquel cuarto me recibe junto con la vista de una figura femenina que reconozco inmediatamente ante mis ojos.
Mi querida Rosa
Su cuerpo delicado yacía sobre una cama de metal. La luz tenue que se filtraba desde una esquina acariciaba su piel pálida, destacando sus curvas y su tono lechoso en medio de un silencio profundo. Solo el lejano ruido de roedores rompía la quietud casi eterna de la habitación.
Me acerco lentamente, sintiendo el peso de la atmósfera que rodea su presencia, como si el tiempo hubiera detenido su curso solo para este momento.
Extiendo mi mano hacia su mejilla, fría y desprovista de calor. Recorro cada centímetro de su piel con una mezcla de veneración y obsesión enfermiza, como si se tratara de una frágil escultura que solo mis manos están destinadas a tocar.
Solo yo puedo ser el que observe espléndida belleza
- Nadie más estará contigo - murmuro, con una seguridad que me llena de paz. Los fragmentos de vidrio y los cartones esparcidos por el suelo crujen bajo mis al igual que el resto de basura al alrededor, las paredes, oscuras y adornadas con flores vivas y coloridas, parecen observarnos, preservando este instante.
Mi mano se desliza por su suave piel tocando su cuerpo de manera lujuriosa,finalmente, mis labios se encuentran con los suyos de manera brusca, un toque cargado de anhelo, como si buscara despertar algo.
Cierro los ojos, entregándome a la imagen de mi amada. La calidez de su piel y el brillo profundo de sus ojos me envuelven, como si en su mirada estuviera todo lo que importa. Sus suaves gemidos, casi como un eco, parecen llenar la habitación, cada uno respondiendo al toque de mis manos en su calido cuerpo.
la observo con sus mejillas enrojecidas, sus pupilas dilatadas, y su respiración acelerada, formando una visión tan intensa y perfecta que solo puede existir en este rincón de mi mente.
Sigo tocando su cuerpo con deseo mientras que sus delicados brazos me envuelven aferrándose a mí, mi mano sigue jugando con su cuerpo y brindandole placer mientras que yo me deleito con sus expresiones y los sonidos que provocó en ella.
- Besitzer - menciona en un gemido jadiante sobre mis labios.
- Es excitante saber que tienes claro a quién perteneces - Murmuro mientras me alejo de sus labios y acerco los míos a su oído, dejando que mis palabras se deslicen en un susurro que hace que su piel se estremezca.
La excitación igual que el libido incrementa envolviendo la habitación, mientras que nuestros actos para volverla mía van avanzando.
Oigo un movimiento cercano y dirijo mi mirada hacia el origen del ruido, buscando la causa de esa molesta interrupción. Una rata se desliza por su cuerpo comiendo gusanos.
La trapo con fuerza en mis manos y, sin dudarlo, la aplasto. Observo como la sangre del roedor se extiende por el suelo, mientras pequeñas partes de su cuerpo quedan esparcidas a su alrededor.
Sonrio mientras mientras observo como las gotas de sangre tibias se deslizan por mi mano hasta llegar al suelo.
Observa mi amada una vez más, pero lo que cae ante mis ojos me arrastra una repugnante realidad, destruyendo todo rastro de fantasía. Lo que antes era un cuerpo lleno de curvas y espléndido de observar ahora está cubierto de gusanos, larvas y cucarachas, ya despojado de belleza, reemplazado por un pedazo de carne en descomposición y huesos expuestos, salpicados en moretones.
El hedor insoportable de la carne podrida inunda la habitación. Me acerco a su rostro, observando sus ojos cocidos, y lo que antes fue su hermosa cabellera negra ahora se encuentra carente de aquellas fibras bellas. Al observar sus labios, aquellos que hace poco bese se conjurar y pasión, observo un ciempiés saliendo de su boca caminando por su barbilla; con rabia,lo aplasto contra el pedazo de carne en el que se encuentra.
Observo mi alrededor y observo las paredes, antes lisas y pintadas de negro, ahora cubiertas de moho y desgaste. Las flores frescas que un día adornaron esa oscuridad se han marchitado; ahora están secas y sin rastro de vida.
Ya no está
Callate.
Tu la mataste
No importa siempre y cuando siga a mi lado.
Observo a mi alrededor, sin poder creer lo que veo. La imagen de ella en mi mente, de nosotros juntos, amándonos, comienza a desvanecerse, arrastrándome hacia una realidad que nunca quise enfrentar.
Ya no está.
- ¡Cállate! – grito, lleno de desesperación, tratando de silenciar esa voz molesta en mi cabeza. Agarro mi cabello con ambas manos, apretando con exasperación, intentando borrar de mi mente la repetitiva verdad de que ella ya no está.
La desesperación me consume. – Ella no puede estar lejos de mí – susurro, atrapado en mi propia tormenta.
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Editado: 14.11.2024