21 DE ABRIL
BRUSELA
Con el cuerpo adolorido, marcado y exhausto, me dirijo a mi habitación, con una expresión seria y tranquila en el rostro.
Ya me he acostumbrado a esta situación, aunque eso no la hace más soportable ni menos amarga. Al principio, todo parecía una novedad, pero con el tiempo se convierte en una rutina. Te das cuenta de que no puedes hacer nada, que no puedes evitarlo, contradecirlo, ni mucho menos negarlo.
Lo único que queda es aceptar.
Tal vez el día comenzó y terminó de la peor manera, pero puedo decir que no todo fue completamente negativo.
Ella cambió la historia.
Andrea
Al llegar a mi habitación, dejo que las lágrimas caigan en silencio, incapaz de soportar todo lo que llevo dentro. Sin embargo, siento una calidez en mi pecho que nunca había experimentado. Al principio, temía esa sensación. Quería huir de ella, alejarme, porque me asustaba lo que esos sentimientos podrían desencadenar. Pero con el tiempo me he dado cuenta de que, por más que intente escapar, ignorarla o correr lejos, siempre estará presente. Y eso no significa que sea algo negativo; al contrario, de alguna manera ha hecho por mí lo que nadie más ha podido.
Lo que ni siquiera mi madre ha podido hacer por mí, Andrea lo ha hecho como si fuera una madre para mí. Ha sanado todas mis heridas invisibles, incluso las más profundas y ocultas, aquellas que casi nadie ha visto. Ha curado todo lo que no ha causado, ha sanado lo que no ha provocado y me ha liberado de muchas cadenas que me ataban.
Pero aún tengo más demonios, más pasado, más sufrimiento, y no creo poder mostrarle todo eso. Siento que, cuando lo haga, ella ya no estará a mi lado.
No sé si es malo depender de alguien, vivir y respirar solo porque esa persona lo haga, pero cuando la vida te trata mal y por fin llega alguien que te dedica al menos una parte de su tiempo, te aferras a eso. Sientes que es demasiado, porque nadie más te ha dado algo así.
Soy consciente de ello, pero también sé que ella no solo me ha dado una parte de su tiempo. Ella me ha dado mucho más que eso, y por eso sé que puedo arriesgarme por ella. Por eso sé que puedo arriesgarme por este tú y yo en esta extraña y única amistad que estamos construyendo.
Amistad
Es extraño decir esa palabra al referirme a otra persona, pero no lo digo de manera negativa, simplemente de una forma que nunca imaginé que podría existir en mí.
Con las lágrimas cayendo por mis mejillas, me acerco a mi cama. Bajo el colchón, busco aquello que fue mi único amigo y compañero durante los últimos años.
mi diario
Mis secretos y miedos, mi enemigo, mi salvador, mi héroe, mi villano, mi familia y mi compañía… todo eso ha sido él. Es increíble cómo unas simples páginas se han convertido en la única ancla que he tenido, en la única compañía que ha logrado resistir el paso del tiempo.
Pero ahora las cosas están cambiando, y siento que ya no estoy tan sola.
Al mirarlo, recuerdo cuando aquella pequeña Brusela escribía en estas páginas, llenas de lágrimas, lamentos y sangre.
Con una pluma en mano, comienzo a escribir en una de esas páginas.
21 de abril
Hoy no esperaba nada: ni regalos, ni fiesta, ni palabras bonitas.
No espero nada de la vida, y mucho menos esperaba algo en este día. Es una fecha que, después de tantos años, nadie ha considerado importante, y yo menos aún le tenía aprecio.
Pero te acuerdas de aquella chica de la que te hablé, la que pasa horas pintando un lienzo en blanco.
Ella hizo por mí lo que nadie había hecho en años.
Celebró mi cumpleaños y me hizo sentir especial, al menos por un día, en el que solo importaba yo y nadie más.
Las lágrimas caen sobre las páginas en blanco mientras escribo, borrando las palabras ya plasmadas con el agua salada de mis ojos. Pero no me importa, sigo escribiendo.
Son palabras cargadas de sentimiento.
Han sido tantos años sin celebrar esta fecha, convirtiéndola en algo rutinario y vacío, lleno de recuerdos amargos. Pero ella cambió eso.
Quise hacer algo que me ayudara a sanar.
Nunca antes me había sentido tan especial. No esperaba nada, pero ella me dio todo, aunque no fuera algo ostentoso o llamativo. Fue algo tan simple, pero que, aunque no se lo dije, inundó mi corazón de calidez y me llenó de paz. Fue un momento en el que sentí que solo existía yo, el centro del universo, junto con ella, mientras observábamos las estrellas.
Y te prometo que, si algún día ya no puedo soportar esto, seré la estrella que más ilumine tu noche, porque mientras esté viva y mirando el cielo estrellado, recordaré siempre aquella fecha en la que me hiciste sentir especial.
Te lo prometo, y este diario es testigo de todas mis súplicas, promesas y lamentos. Te prometo que, si algún día ya no estoy aquí, si ya no puedo soportar tanto sufrimiento que tú has tratado de aliviar con tanto esfuerzo, seré la estrella que ilumine tus noches solitarias. Seré la única estrella en la oscuridad, guiándote, y si hay otras en el cielo, prometo ser la que más brille, destacándome entre todas para que sepas que soy yo.
Prometo ser el sol que te guía durante el día y la estrella más brillante que te acompañe durante la noche.
No prometo ser perfecta ni darlo todo por algo que no estoy acostumbrada a hacer, ni tener una amistad tan fuerte, porque me cuesta aceptarlo. Pero lo único que prometo es que, por este pequeño y significativo acto, que durante tantos años he llevado a cabo para mí misma, siempre estaré a tu lado.
Quizás estuve muy equivocada. Querido diario, ¿te acuerdas cuando te hablé de ella y te dije que debía mantenerme alejada de todo? Creo que me equivoqué, porque esa barrera entre mis ojos se está desvaneciendo. Me doy cuenta de que es una gran persona, alguien demasiado especial, aunque rara vez recibe lo mismo. Quiero intentar darle lo que ella me da, aunque me cueste, porque sé que también le es difícil.
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Editado: 18.01.2025