Él
¿Cómo es que unos ojos con una dilatación extraña me encantarían tanto?
"Ay Leo, si supieras lo que siento"
La lluvia es algo que amo. Siempre he tenido una fascinación por ella. Sin embargo, la odie cuando iba camino a la escuela.
Estúpidas firmas ¿porqué ponerlas para inscribirse?
Aún no llovía, pero se veía una tormenta en el camino. Mi cabello recién lavado se movía como quería. Azul, café y negro, se veía extraño pero lindo.
Recuerdo como fue que Odalis y Juan se acercaron, no creían que fuese yo. Les pedí que me acompañaran a pedir las firmas restantes. Y se cruzó en el camino.
Joder, lo había visto tantas veces y nunca lo vi así, tan lindo. Desee mirar a otro lado pero era casi imposible por que es amigo de Juan. Nos acompañó y comenzó a llover.
La primera vez nos atajamos en el taller de hortalizas. Cuando se calmó ya habíamos hablado sobre el debate en donde ambos estuvimos a favor del aborto.
La segunda vez donde nos tomó por sorpresa la lluvia fue después de pedir mi firma de los laboratorios y la de mi club.
"Maldita sea Leonardo ¿puedes ser menos interesante? Por hablar contigo no me di cuenta de que el profesor me estaba hablando. Que vergüenza"
Recuerdo haber hablado de shipps y joterias. Me agradó lo bien que lo tomó, con naturalidad y con conocimientos ¿que tan normal es que un chico sepa sobre eso?
Bajo el pasillo de los baños les platique sobre mi experiencia "vergonzosa": David y Citlali me bailaron. Pero eso no fue motivo de su sorpresa, su sorpresa fue saber que ambos eran mis crush.
Gritaron "eres bisexual", y siguieron conmocionados, hasta que él dijo: yo también.
Joder. Me quedé sin palabras, cada vez me interesaba más.
La lluvia paró. Decidimos ir casa. Les dije que me acompañaran a mi trabajo, debía ir por mi paga.
Ninguno de los 4 dejó de hablar, y todo por culpa de él. Fui por mi sueldo, y ¿para que mentir?
Mi casa estaba cerca, pero quería seguir hablando con él. Acompañé a Odalis a su casa, y a Juan también. Hubiese hecho lo mismo con Leonardo pero ya era tarde y aparte la lluvia volvió.
Era gracioso estar ahí, debajo de un local cerrado esperando a que la lluvia bajara. Reímos y platicamos.
Me entere de su recién terminada relación, de su hijo de un año y de que a pesar de ser bisexual le agradaban más las chicas que los chicos.
A Juan le molesta que hable "hasta por los codos", pero a mí me tocó un punto debil: desde Josafat lo supe, los chicos que pueden hablar de cualquier cosa son mi debilidad.
Así que le fui sumando puntos: es conocedor de marvel, shipps, nunca deja de hablar y sus perforaciones.
Se sentía extraño verlo poner un seguro en su lengua, atravesandolo, pero con el piercing se ve muy bien.
Cuando la lluvia paró me fui a casa. Y como siempre, le conté a Ahnye y Jennifer.
Ahnye emocionada por el buen partido que es, Jennifer despreocupada, hacía poco que le confesé que sentía algo por ella.
Mi casa estaba mojada por que la lluvia entró, mi pantalón y mochila estaban igual, pero la sonrisa en mi rostro no se quitaba.
Estaba segura de tener un nuevo amigo.
"¿Recuerdas que te dije que estaba triste? Tu respuesta fue: dejame brillar de nuevo y brillaremos todos juntos. Leonardo, no era necesario. Tu no tenías la culpa. Te quería como amigo en ese punto. Necesitaba que me llevaras a beber y a jugar con todos, tal vez cantar juntos "Sexo de despedida" o "Ronronea". Pero creiste que al abrazarme repararías todo en mí. Lo hiciste, sí, "reiniciaste" mi vida, pero caí.