Vida se quedó observando a las dos chicas delante de ella, quieto, sin hacer ningún ruido, pensando si será oportuno o imprudente dejar que la humana de la primera dimensión la viera. Una suave brisa helada tocó las frías mejillas de sol haciendo que cerrara sus ojos y al abrirlo lo vio la entidad que Lulú le había mencionado, estaba de pie imponente cubierto de telas de colores claros blanco, amarillo y beige como los trajes que se usaban en el tiempo de Jesús irónico visitarse así, su rostro era tan brillante por así decir que aún no me acostumbro de verlo, algo capto mi atención y era una pluma larga con una mezcla entre planteado y dorado muy hermosa a simple vista no se ve que tenga tinta será un adorno a un objeto de gusto personal.
*: Buen día, señorita Sol.
Sol: Aaa sabes, ¿cómo me llamo? Preguntó por inercia, aunque sabiendo quién era lo probable, es que lo supiera desde hace años.
*: Mucho gusto, me puedes decir, Señor Vida, sé quién eres y qué has hecho de tu vida desde la última vez que me presente en tu nacimiento.
Sol: Gracias, Señor. Menciono un poco apenada.
Sol: ¿Puedo preguntar si no es mucha molestia en qué año nos encontramos?
*: Estás en tu dimensión, pero en el pasado año 1555, no sé por qué ocurrió, pero llegaron minutos antes que yo lo hiciera. Este árbol es mi puerta para esta dimensión. Cada suceso inesperado tiene una respuesta también inesperada, pero aún no puedo decirles.
Lulú: ¿Entonces tienes la respuesta, pero no la puedes decir aún?
*: Estás en lo correcto, pero porque no les presento el lugar. Comenzó a caminar seguido de las dos chicas. El pueblo al que llegaron es Zakopane, la denominada capital de invierno de Polonia,situada en las faldas de los Montes Tatra. Es un precio lugar si te encanta el invierno, sus paisajes montañosos y la calidad de las personas te hacen sentir como en casa. Elegí este lugar, por eso, salir de la rutina ayuda mucho de vez en cuando, ya que siempre me encuentro muy ocupado. Mis pocos minutos de descanso los paso aquí, por si algún día quieren buscarme, ya saben a dónde encontrarme.
Sol: Gracias por la invitación, Señor, pero tendríamos que viajar a este tiempo a buscarlo
*: No, en la línea de tiempo del que vienen también pueden buscarme, pero será distinta mi puerta, ahí no es un árbol. La encontrarán en el mismo momento indicado, ni un segundo antes ni un segundo después.
Luego de esa breve conversación caminaron para salir del bosque y dar una vuelta por el pueblo, visitaron las casas que para los ojos de sol parecían hermosas reliquias, vieron pasear las parejas por el parque con una clara diferencia a la vestimenta que ellas tenían puestas, las iglesias, parques y puestos de comida que les provocaba ganas de comer, pero no tenían dinero de la época.
*: Ten para que coman. Me paso algo para comer con Lulú, pero no sé qué es.
*: Son Makowiec (pastel de semillas de amapola), al parecer los preparan pocas veces en el año, tiene algo de tradición para este pueblo. Dijo con una sonrisa y vos suave.
Sol: Muchas gracias, señor. Me quedé con un pan y el otro se lo entregué a Lulú, ¡qué rico! Lo pensé después de haberle dado 2 mordiscos.
*: Me encantaría que se pudieran que dar más tiempo, pero no es conveniente porque tus padres despertarán en 5 minutos.
Sol: ¡Mis papás! Lulú, vámonos de aquí en este que se despierten, ¡ay qué mal no he dormido nada bueno ni modo!
Lulú: Estoy mandando coordenadas a la cápsula para que venga por nosotros. Y mi Señor, gracias por darnos un recorrido por el lugar, el dulce y por lo que me dijo de mi gran jefe, es de mucha importancia para mí.
*: El placer es todo mío, conseguí nuevas amigas en esta dimensión, gracias a otra cosa cuidé bien la piedra que estaba en tu nave al salir del planeta. Tú y Luna se volverán a encontrarse pronto.
Lulú: Gracias, lo tendré en cuenta. Al decir eso, las puertas de la nave se abrieron como de esperarse. Nadie presenció nada y ellas adentro partieron al tiempo en que venían.
Sol: ¡Qué loco, creí que el Señor Vida sería diferente como más serio o rígido, pero se comportó muy gentil y amigable con nosotras!
Lulú: También pensé lo mismo, pero recordé que mi gran jefe y el Señor Vida, cuando viene a visitarlo, se quedan largas horas platicando, al parecer tenían mucho que dialogar, por fin pude hablarle qué dicha.
Sol: Ja, ja, ja bueno, como él dijo, tenemos un nuevo amigo Lulú.
Llagaron a su cuarto después de un largo viaje.
Sol: por fin... mi camita ya empezaba a externarla.
Lulú: Por dos, no hagamos mucho ruido, aun si nuestros papás se levantan, nos dejen dormir más tiempo.
Cada una se acurrucó en sus respectivas camitas para descansar un poco.
Lulú: Sol, gracias por acompañarme. Fue increíble viajar si estabas conmigo.
Sol: Digo lo mismo. Lo expresé con una media sonrisa y con los ojitos a punto de cerrarse.
Lulú: Luna, hermana, pronto nos veremos a encontrar, lo he prometido...