Los días pasaron al igual que los meses bajo la misma rutina de siempre de ir al colegio, pasar tiempo con su familia, jugar con su nuevo grupito de amigas que de un cerrar de ojos llego la tan esperada fecha para Sol “Halloween” era muy temprano en la mañana y ella revoleteaba por toda la casa buscando ropa o cosas que no se utilicen para recrear su disfraz, hace una semana había tenido una charla con sus papás si quería que le compraran un disfraz nuevo o que quería hacer para el 31 de Octubre, llegaron a un acuerdo de que el dinero destinado para el disfraz lo guardaran para su cumpleaños que se acercaba la fecha, luego de eso comenzó a buscar ideas para su traje pero de tantas ideas no sabía con cual quedarse, hasta que al fin lo supo.
Sol: ¡Aaaa! Sol pego un pequeño grito mientras requisaba su armario grande buscando medias negras para su disfraz de faraona.
Sol: Me rindo por fin que se cómo quiero vestirme no encuentro las cosas o ropa apropiada. Menciono frustrada.
Lulú: Necesita ayuda hermosa, menciono con un poco de risa al ver la pequeña rabieta de Sol, sabes que podemos utilizar la nave que recrea los trajes de un dos por tres. Se sentó en su sillita que estaba cerca de la cama.
Sol: Jaja lo sé solo que quería volar mi creatividad y gusto por la moda para estar a la altura de un gran faraona como Cleopatra.
Lulú: ¡¡¡Salve a Cleopatra la diosa del cielo nacida en la tierra!!!
Sol: Parpadeo dos veces los ojos seguidamente y dijo. ¿Eso se decía a ella en su época?
Lulú: Ni idea, creo que sería un ejemplo de cómo podrían haberla alabado cuando estaba en sus años dorados de reinado en Egipto.
Sol: Mmm ya se, te tomare la palabra sobre la nave pero que podríamos decirles a mis papás, ¿que mis amigas me prestaron cosas de sus armarios?
Lulú: No te preocupes por eso, encontraremos la manera que no sospechen. Su platica quedo hasta ahí porque su mamá llego para recoger la canasta de la ropa de Sol para llevarla a la lavadora.
Papá: Hijita vamos a correr un poco así mami termina de lavar la ropa y nosotros llevamos a Lulú a sus clases de adiestramiento canino. Con entusiasmo mencionaba eso y buscaba el bolso con las pertenencias de Lulú.
Sol: Si, claro lo bueno que acabe de ayudar a mami con los oficios de la casa solo falta la ropa, espere me cambio de ropa por una deportiva.
Salieron de la casa con Lulú sujetada con una linda correa de color morado, comenzaron a dar vueltas por el parque y media hora después fueron a la escuela canina que estaba ubicada cerca de la estación de policía. Sol llamo a Lulú a jugar por la carrera de obstáculos por medio de un silbato que no se escuchaba por los oídos de las personas, pero si para la perrita y con premios de golosinas cuando cumplía cada orden que le daban como correr cerca de ella, dar la patita, buscar cosas, entre otras. Esta academia no solo era para Lulú también para enseñar a Sol como cuidar de su mascota era 1 clase por semana los sábados en La mañana, luego de terminar se fueron a comer un helado e ir a la casa.
Papá: Llegamos mi amor, esposa mía ¿dónde estás?
Mamá: Mi amor aquí en la cocina sirviendo el almuerzo para que se enfrié un poco ¿cómo les fue, se divirtieron?
Sol: Mucho mami fuimos hacer deporte con la rutina de siempre y llevamos a Lulú a la escuela canina, el entrenador le estaba enseñando nuevos trucos, pero aún no los comprendo para practicarlos con ella creo que tendré que darle tiempo.
Sol: Tengo hambre, vamos a almorzar. Dicho esto, se fue a sentarse en el comedor y Lulú se acostó en su colchoneta a unos metros del comedor con su plato de comida pollo con verduras siguiendo la dieta que le mando el veterinario para cuidar su salud en sus controles trimestrales.
Lulú: (puedo decir que sabe rico solo si tuviera gusto o paladar, como me toca disimular que como y no solo que lo guardo en una cavidad de mi cuerpo y lo deposito a fuera de la casa para que un perro si lo pueda comer).
Sol: (Buen punto, pero al menos no lo desperdicias, pero me da pena todos los gastos que hacen mis papás con tus cuidados)
Lulú: (A mí también pero no es el momento para que lo sepan aún) Siguieron comiendo en silencio mientras a fuera paseaban niños corriendo y personas en sus vehículos pasando con normalidad.
Llegaron las 6 de la tarde Lulú y Sol se fueron a su cuarto para ponerse sus disfraces, activando la nave para entrar y dar la información de cómo es la vestimenta de Faraona apto para una adolescente ya que la mayoría era muy descubierto. Segundos se convirtieron en minutos y cuando salieron de ahí con representaciones de faraona y de hechicera (Sombrerito grande de color negro con un listón plateado, una varita colgando de su collar y con capa de doble fas negro por fuera y azul celeste por dentro cubriendo todo el cuerpo de la canina dejando ver solo sus patitas delanteras.
Lulú: Woof, Woof. (Quedamos increíblemente espectaculares con nuestros disfraces)
Sol: Sí. Expreso mirándose las dos en su espejo grande de cuerpo completo que se encontraba en una esquina de su cuarto.
Papá: Wooo, a su ordenes mi reina, digo faraona, lo dice mientras hace una reverencia al estilo medieval.
Sol: Jajajaj papi es faraona no reina y a una faraona no se le reverencia así jaja, Lulú y yo nos vemos fabulosas para la noche a salir a recoger dulces como a esta edad ya casi no hay muchos chicos pidiendo dulces nos dicen que estamos muy grandes, pero apenas tengo 13 no 18.
Mami: Están en lo cierto solo por la edad, pero no quiere decir que tengas que dejar de la noche a la mañana las cosas que te llenan de felicidad el corazón como es el caso disfrazarte en Halloween, mi amor. Llegará al día que no quieras disfrazarte, pero solo ocurrirá cuando creas que talvez no te de las ganas de hacerlo o la inspiración, pero será decisión tuya no porque alguien más lo diga y estaremos ahí acompañándote siempre, aunque sea solo a dar la vuelta al parque con la abuela y repartir dulces a los niños.