••••••••••• Capítulo 5 •••••••••••
Lumi y Auric siguieron tras la pista del misterioso mensaje que Lumi había recibido. Sus pasos los llevaron a conversar con varios habitantes del planeta del Pasaje de los Recuerdos, pero pronto advirtieron un patrón inquietante: todos esquivaban cierto tema. Cuando intentaban profundizar, las miradas se perdían, las voces se apagaban y la conversación cambiaba abruptamente.
Días después, mientras recorrían el bullicioso mercado de recuerdos —un laberinto de aromas, susurros y objetos imbuidos de pasado—, se toparon con una anciana. No dijo nada al principio, pero sus ojos, mezcla de temor y férrea resolución, parecían sostener un secreto demasiado pesado para ser compartido.
—¿Qué buscan? —preguntó la anciana, con una voz baja y temblorosa, como si temiera que alguien más la oyera.
Lumi y Auric se miraron un instante, intercambiando una silenciosa pregunta antes de que Lumi hablara:
—Estamos buscando respuestas sobre un mensaje que recibí. Decía que… no todo es lo que parece en este planeta.
La anciana asintió despacio, sus ojos fijos en ellos como si midiera el peso de sus palabras.
—Sí… —murmuró—. Hay algo que no está bien aquí. Algo que ha permanecido oculto… durante mucho, mucho tiempo.
Lumi y Auric se inclinaron hacia adelante, atrapados por la urgencia del momento.
—¿Qué es? —preguntó Auric, con un hilo de voz.
La anciana recorrió el lugar con la mirada, como si temiera que las paredes mismas pudieran escuchar. Luego se inclinó hacia ellos y habló casi en un susurro:
—El planeta del Pasaje de los Recuerdos… está bajo el control de una entidad conocida como El Olvidador.
Sus ojos brillaron con una mezcla de miedo y repulsión.
—Es un ser capaz de borrar recuerdos… y moldear la realidad a su antojo.
Lumi y Auric intercambiaron una mirada incrédula.
—¿Qué quiere decir con controlar? —preguntó Lumi, con la voz apenas firme.
La anciana soltó un suspiro largo, como si el peso de la verdad le cayera encima una vez más.
—El Olvidador puede arrancar de la mente los recuerdos… los sentimientos… incluso la propia identidad. Y lo peor —susurró, inclinándose hacia ellos— es que nadie ha logrado resistirse a su poder.
Un escalofrío les recorrió la espalda.
¿Qué significaba aquello para ellos… y para el planeta del Pasaje de los Recuerdos?
¿Cómo podrían detener a El Olvidador y liberar a todos de su control?
La anciana los observó con gravedad, sus ojos cargados de un peso antiguo.
—Ustedes dos son especiales —dijo con firmeza—. Tienen un papel crucial en la lucha contra El Olvidador. Pero deben tener cuidado… porque él no se detendrá ante nada para alcanzar sus objetivos.
Lumi y Auric asintieron, con la determinación ardiendo en sus miradas. Tenían que descubrir más sobre El Olvidador… y encontrar la forma de detenerlo.
Pero, ¿cómo?
¿Y qué peligros acechaban en el camino que apenas comenzaban a recorrer?
La aventura recién daba su primer paso.
Pronto, se sumergieron en la búsqueda de información. Cada fragmento de historia, cada susurro de los lugareños y cada rastro de leyenda sobre El Olvidador era valioso. Sabían que enfrentaban a un ser capaz de borrar recuerdos y manipular la realidad a su antojo… pero también intuían que debía tener un punto débil. Encontrarlo sería su única oportunidad.
Tras conversar con varios habitantes del planeta, Lumi y Auric dieron con una revelación crucial: El Olvidador tenía una debilidad inesperada… los recuerdos de la infancia.
Por alguna razón, no podía borrar ni manipular esas memorias puras, lo que las convertía en un refugio inviolable y, al mismo tiempo, en una fuente de poder para quienes deseaban resistirse a él.
Pero no era su único punto vulnerable.
También supieron que El Olvidador dependía de una conexión constante con el planeta del Pasaje de los Recuerdos para mantener su dominio. Interrumpir ese vínculo —si encontraban cómo hacerlo— podría debilitarlo gravemente… y quizá darles la oportunidad que necesitaban para enfrentarlo.
Con aquella revelación, Lumi y Auric comenzaron a trazar un plan para derrotar a El Olvidador. Sabían que el reto sería inmenso, pero la determinación de liberar al planeta del Pasaje de los Recuerdos ardía en sus corazones.
Reunieron las piezas clave, fortalecieron sus recursos y se prepararon para la batalla final. Cada paso los acercaba a un enfrentamiento del que no sabían si saldrían con vida… pero estaban dispuestos a arriesgarlo todo.
Frente a El Olvidador, Auric sintió cómo una oleada de poder oscuro lo envolvía. La entidad comenzó a arrancar sus recuerdos, a distorsionar su realidad, y su mente se llenó de un torbellino de confusión y vacío.
—¿Qué… qué está pasando? —preguntó, con la voz quebrada.
—No lo sé —respondió Lumi, con la mirada fija en su enemigo—, pero debemos seguir adelante.
Entonces, algo cambió.
Lumi sintió un pulso extraño en su pecho, como si su corazón absorbiera la fuerza misma de El Olvidador. Una corriente de energía ardiente y determinación lo invadió, más intensa que cualquier cosa que hubiera experimentado antes.
—Auric, ¿qué te pasa? —preguntó Lumi, con la voz cargada de preocupación.
Pero Auric no respondió. Su mirada perdida y su respiración entrecortada revelaban que estaba demasiado débil y confundido para articular palabra.
Lumi se inclinó hacia él, sujetándole la mano con fuerza.
—No te rindas, Auric —susurró, con una mezcla de urgencia y esperanza—. Debemos seguir adelante… juntos.
Recuerdos Fugaces
Auric sintió que flotaba en un océano de oscuridad, mientras destellos de memoria cruzaban su mente como relámpagos en medio de una tormenta.
De pronto, se halló en un parque de diversiones, envuelto en un torbellino de colores vivos y risas lejanas. A su lado, Lumi reía a carcajadas mientras ambos ascendían en una montaña rusa. El viento les azotaba el cabello y la adrenalina vibraba en cada latido.
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Editado: 03.10.2025