En la batalla final contra las fuerzas oscuras, María y Laundry se enfrentan a una elección desgarradora: sacrificar todo lo que aman para salvar a Luna Azul o permitir que la oscuridad consuma su mundo. Con el corazón lleno de determinación, se preparan para hacer el último sacrificio necesario para asegurar un futuro de luz y esperanza para su hogar.
Tras la victoria sobre el Sombra Eterna, Luna Azul comienza a sanar, pero una amenaza residual aún persiste. Los Oráculos revelan que para sellar definitivamente la oscuridad y proteger el equilibrio del mundo, un sacrificio final debe realizarse. Este sacrificio requiere el poder conjunto de Laundry y el mío, quienes, al fusionar nuestra energía con la de la tierra, sellaremos la grieta de la oscuridad, pero a un alto costo personal.
Conscientes de lo que está en juego, Laundry y yo se reúnen en el centro de Luna Azul, un lugar sagrado conocido como el Corazón del Mundo. Allí, rodeados por los Guardianes y los habitantes del reino, nos preparamos para hacer lo que es necesario.
Con lágrimas en los ojos pero firme en mi decisión, tomo la mano de Laundry. Él le devuelve la mirada, lleno de amor y determinación. Juntos, cerramos los ojos y comenzamos a recitar un antiguo encantamiento que resonaba en todo el reino. El suelo bajo nuestros pies empieza a brillar con una luz intensa, la esencia misma de Luna Azul respondiendo a su llamado.
La energía fluye a través de nosotros, conectándonos no sólo entre sí, sino también con la tierra y el cielo. En ese momento, sentimos la carga de nuestra decisión: al entregar todo nuestro poder a la tierra, sellarían la grieta de la oscuridad, pero perderíamos nuestra propia magia y nos volveríamos mortales.
La luz se intensifica, envolviéndonos en un halo que se eleva hacia el cielo. Los Guardianes y los presentes observan en silencio, sabiendo que este acto de sacrificio es la última esperanza de Luna Azul. Finalmente, con un destello cegador, la luz se disipa, dejando una calma y paz que no se habían sentido en siglos.
Laundry y yo, exhaustos pero unidos, caemos de rodillas. Sentimos que nuestra magia se desvanece, pero también una tranquilidad y una certeza: habíamos salvado su hogar. Los habitantes de Luna Azul, conscientes del sacrificio, los rodean con respeto y gratitud.
El Corazón del Mundo brilla con una nueva fuerza, sellando para siempre la amenaza de la oscuridad. Laundry y yo, ahora mortales, nos abrazamos, sabiendo que hemos cumplido su destino y que, aunque sus vidas sean ahora más limitadas, están llenas de amor y propósito.
El sacrificio fue grande, pero la recompensa es un mundo en paz, un hogar seguro y un futuro lleno de esperanza. Luna Azul resurge, más fuerte y unida que nunca, y Laundry y yo, aunque ya no sean Guardianes en el sentido mágico, continúan siendo los protectores y guías de nuestro amado mundo.
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Editado: 28.08.2024