Luna azul El regreso

Capítulo 3: La Oscuridad en Movimiento

Con los preparativos avanzando, sentí una creciente inquietud. Cada día, las sombras parecían más cercanas. Las señales de la llegada de los Hijos de la Noche eran claras. No podíamos perder más tiempo.

En plena madrugada, los primeros ataques comenzaron. Criaturas oscuras emergieron del bosque, sus ojos brillando con maldad. Corrí hacia la torre más alta para organizar las defensas, mientras Laundry lideraba a los Guardianes en la batalla.

Las criaturas se abalanzaron sobre nosotros con una ferocidad que nunca habíamos visto. Peleamos durante horas, sin descanso, sintiendo cada vez más el peso de la batalla.

Las sombras no nos darían tregua, pero sabía que teníamos la fuerza para resistir.

Apenas comenzaba a amanecer cuando logramos repeler a las criaturas oscuras. Mi cuerpo estaba agotado, mis manos temblaban por el peso de la espada y la magia que había usado durante horas. Pero el ataque no había sido tan devastador como esperábamos. A pesar de la intensidad, habíamos resistido.

—Estamos vivos —susurré, con una mezcla de alivio y asombro.

Laundry se acercó, jadeando, su ropa ensangrentada y rasgada. Me miró con una sonrisa cansada.

—Y aún peleamos.

Nos sentamos juntos en las murallas, observando el cielo despejado. A pesar de la victoria, ambos sabíamos que esto solo era el comienzo. Los Hijos de la Noche no se detendrían tan fácilmente.

Esa misma tarde, el consejo de los Guardianes se reunió con los líderes de los clanes. Era hora de discutir los siguientes pasos. Mientras el consejo hablaba, sentí la tensión en la sala. Las heridas del pasado seguían presentes, pero también la urgencia de sobrevivir.

—Necesitamos atacar antes de que ellos lo hagan —propuso uno de los líderes de los clanes, golpeando la mesa con el puño—. No podemos seguir esperando a que nos destruyan.

—No sabemos dónde están —respondí, manteniendo la calma—. Si atacamos sin información, será un suicidio.

El silencio cayó sobre la sala. Sabía que tenía razón, pero también que nuestra paciencia estaba al límite.

Esa noche, mientras revisaba los mapas en mi habitación, escuché un golpe en la puerta. Abrí y me encontré con un joven mensajero, cubierto de barro y con una expresión de urgencia.

—Guardianes... traigo noticias de los Hijos de la Noche —dijo, jadeando.

Le permití entrar, y con Laundry a mi lado, escuchamos su relato. El joven había escapado de una emboscada, pero no antes de escuchar fragmentos de conversaciones entre los enemigos. Había mencionado un nombre... un líder oscuro llamado Kharos.

—Kharos... —repetí, sintiendo un escalofrío—. Ese nombre no lo había escuchado en años.

Laundry me miró con preocupación.

—¿Quién es?

—Es el último de los Hijos originales de la Noche. Si está al mando, estamos en problemas más graves de lo que pensábamos.

Durante la noche, me sumergí en los textos antiguos, buscando cualquier referencia a Kharos. Era un nombre que había sido temido durante siglos, un hechicero poderoso que había traicionado a su propio pueblo para unirse a las sombras.

—Dicen que una vez fue un Guardián... —le expliqué a Laundry mientras leía en voz alta—, pero su ambición lo corrompió. Ahora es más sombra que hombre.

La gravedad de la situación se hizo evidente para ambos. Kharos no solo quería destruirnos; quería hacer que el mundo entero se rindiera ante su oscuridad.

Esa misma noche, mientras dormía, una visión me golpeó como un rayo. Me vi rodeada de sombras, enfrentando a Kharos en un campo de batalla desolado. Su risa retumbaba en mis oídos mientras caían uno a uno los Guardianes y los clanes.

Desperté con el corazón acelerado, jadeando. Sabía que no podía permitir que esa visión se convirtiera en realidad. Teníamos que encontrar una manera de detenerlo antes de que fuera demasiado tarde.

A la mañana siguiente, compartí mi visión con el consejo. Sabía que algunos pensarían que era solo un sueño, pero mi conexión con la magia me había demostrado que estas visiones a menudo eran advertencias.

—No podemos ignorar esto —dije con firmeza—. Kharos está planeando algo grande, y debemos estar preparados.

Efraín, el anciano del consejo, asintió lentamente.

—Confío en tu juicio. Nos prepararemos para lo peor.



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En el texto hay: #amor, #acción, #aventura

Editado: 01.11.2024

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