Luna azul El regreso

Capítulo 19:La Oscuridad Se Mueve

Las señales de la tormenta eran más que solo fenómenos naturales. Los ancianos del campamento, tras consultar a los espíritus, descubrieron que la amenaza no era solo física, sino también espiritual. Algo se movía en las sombras, una presencia antigua que había estado aguardando su momento. Y ahora, bajo la luz de una luna oscura, parecía que esa fuerza maligna finalmente había despertado.

Me encontraba junto a Ilyan mientras preparábamos al campamento para lo inevitable. Los más jóvenes, aunque asustados, mostraban una valentía admirable. Todos sabíamos que el momento decisivo estaba por llegar.

—No podemos dejar que esta oscuridad nos venza —me dijo Ilyan con firmeza—. Nuestro sacrificio anterior nos trajo hasta aquí, pero lo que está por venir será aún más difícil.

Asentí, consciente de que, aunque habíamos ganado batallas antes, esta sería diferente. Esta sería una guerra por el alma de Luna Azul.

El campamento de Luna Azul fue fortificado, no solo con barreras físicas, sino con hechizos antiguos. Los sabios se reunieron alrededor del fuego central, recitando las palabras que habían protegido a nuestros antepasados durante generaciones. La energía en el aire era palpable. Las lunas de las comunidades aliadas enviaron refuerzos, y pronto, el lugar estaba lleno de guerreros y guardianes de todas partes, dispuestos a luchar.

Kharos, uno de los líderes más jóvenes, me miró con preocupación. A pesar de su juventud, sus ojos ya habían visto demasiada batalla.

—¿Estamos listos? —preguntó con voz ronca.

—Lo estaremos —respondí, con más confianza de la que sentía en ese momento.

La noche cayó rápidamente, y la primera oleada de oscuridad llegó con ella. Criaturas que no eran ni de este mundo ni del otro emergieron de las sombras, atacando las defensas del campamento. Pero estábamos listos. Los guerreros y guardianes respondieron con ferocidad, mientras los hechiceros mantenían las barreras protectoras.

Luché junto a Ilyan y Kharos, cada uno de nosotros desempeñando nuestro papel. Pero por cada criatura que derrotábamos, otra aparecía. La batalla parecía interminable, y la energía comenzaba a agotarse. Sin embargo, no podíamos retroceder. Luna Azul dependía de nuestra resistencia.

**Capítulo 189: El Poder de la Luz**

En medio del caos, algo inesperado sucedió. La luna, que había estado oculta por nubes negras, comenzó a brillar con una intensidad cegadora. La luz lunar inundó el campo de batalla, debilitando a las criaturas de la oscuridad. Fue como si la misma Luna Azul, nuestra protectora ancestral, estuviera luchando junto a nosotros.

La esperanza resurgió en nuestros corazones, y con renovada fuerza, lanzamos un contraataque. Las criaturas comenzaron a retroceder, y por un breve momento, parecía que podíamos ganar la batalla.

Pero justo cuando la victoria parecía cercana, algo terrible ocurrió. Uno de los nuestros, un guardián de confianza, se volvió contra nosotros. Nadie vio venir su traición, y en un abrir y cerrar de ojos, las barreras protectoras que habíamos levantado comenzaron a desmoronarse.

Ilyan gritó de frustración mientras luchábamos por mantener la defensa.

—¡Nos han traicionado! —rugió, mientras se lanzaba hacia el guardián traidor.

Sabíamos que esta traición no era solo un golpe físico, sino también espiritual. La oscuridad había infiltrado nuestras filas, y el equilibrio se inclinaba a su favor.

Con la barrera destruida, la oscuridad comenzó a filtrarse por todo el campamento. Las criaturas que antes habíamos logrado repeler ahora avanzaban sin obstáculos, y pronto nos vimos rodeados. La lucha se volvió desesperada.

—No podemos mantener esto mucho tiempo —dijo Kharos, mientras peleaba a mi lado—. Si no encontramos una solución pronto, todo estará perdido.

Miré a Ilyan, quien estaba herido pero seguía luchando con todas sus fuerzas. Sabía que debía haber algo que pudiéramos hacer, alguna forma de restaurar la barrera o de contener la oscuridad, pero el tiempo se nos agotaba.

En ese momento, algo dentro de mí despertó. Una energía antigua, una conexión con la Luna Azul que nunca había sentido tan profundamente. Sabía lo que tenía que hacer, aunque implicara un nuevo sacrificio.

—Hay una manera de detener esto —dije con voz temblorosa.

Ilyan me miró, sus ojos llenos de preguntas. Sabía que había comprendido lo que estaba a punto de hacer.

—No, no de nuevo —dijo, tomando mi mano—. No puedes hacer esto otra vez.

—Es la única manera —respondí con suavidad—. El ciclo debe continuar.

Sin más palabras, me alejé de la batalla. Sabía que mi destino estaba sellado, y que, una vez más, mi sacrificio sería la clave para mantener el equilibrio.

Me arrodillé en el centro del campamento, el lugar donde el fuego ancestral aún ardía. Con la luz de la luna bañando mi rostro, comencé a recitar las palabras del ritual final. El viento se alzó, y las sombras retrocedieron momentáneamente, como si supieran lo que estaba a punto de suceder.

Ilyan, Kharos, y los demás me rodearon en silencio. Sabían que no había marcha atrás.

—La luz siempre prevalecerá —murmuré antes de pronunciar las últimas palabras.



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En el texto hay: #amor, #acción, #aventura

Editado: 07.12.2024

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