Luna azul El regreso

Capítulo 25:La Tranquilidad Previa

El aire en el campamento se sentía tenso, cargado de una quietud inusual. Los preparativos estaban casi completos, pero esa calma anticipada solo lograba aumentar la sensación de que algo terrible estaba a punto de suceder. Mientras caminaba por las áreas de entrenamiento, observaba a los guerreros practicando en silencio, con movimientos mecánicos y rostros serios.

Kharos había instruido a todos para que permanecieran atentos, pero, a pesar de las advertencias, había una inquietud que flotaba en el aire, una sensación de que la tormenta venidera sería mucho más devastadora de lo que imaginaban.

Los sabios, liderados por el anciano Callidus, se habían reunido en el templo central. Sabían que los augurios indicaban un cambio en el equilibrio de fuerzas, pero necesitaban mayor claridad sobre qué era lo que enfrentaban exactamente. Esa noche, Callidus decidió realizar un ritual de visión.

En la penumbra del templo, bajo el brillo pálido de la luna, los sabios invocaron antiguos poderes y bebieron de una poción preparada con hierbas de los valles cercanos. Cerraron los ojos y cayeron en un profundo trance. Lo que vieron fue aterrador: no solo se enfrentaban a una nueva amenaza, sino a una entidad que había manipulado los ciclos del mundo desde tiempos inmemoriales.

Cuando Callidus despertó de la visión, su rostro estaba pálido, y con voz temblorosa, explicó lo que había visto: "Es más antiguo que la oscuridad... y más fuerte. No está aquí solo para destruir... está aquí para rehacer el mundo a su imagen."

Esa misma noche, mientras dormía, Kharos tuvo una visión. Se encontraba en un vasto campo bajo un cielo lleno de estrellas, pero las constelaciones formaban patrones que nunca había visto. En el horizonte, una figura oscura avanzaba, y las estrellas comenzaban a apagarse a medida que se acercaba.

De entre las sombras emergió uno de los guardianes que habían bendecido a Luna Azul. Su voz era grave y solemne.

—El tiempo ha llegado. No es solo una batalla, Kharos. Es el fin de un ciclo... o el comienzo de otro. Debéis estar preparados, porque esta vez no habrá tregua.

Kharos despertó empapado en sudor. Sabía que el momento estaba cerca y que el destino de Luna Azul, y tal vez del mundo entero, dependía de las decisiones que tomarían en las próximas horas.

Al amanecer, comenzaron a llegar emisarios de otros asentamientos. Las noticias sobre la amenaza inminente se habían extendido rápidamente, y varios líderes locales habían decidido unir fuerzas con Luna Azul. Los campamentos se llenaron de actividad: guerreros de diferentes regiones practicaban juntos, compartían estrategias y forjaban alianzas para el combate que se avecinaba.

Kharos se reunió con los líderes de las distintas tribus y clanes. En el centro del campamento, bajo una gran tienda adornada con los símbolos de cada grupo, discutieron cómo enfrentarían a la entidad que se acercaba. El reto no solo era físico, sino también espiritual.

—Debemos estar unidos —dijo Kharos—, no solo en nuestras armas, sino en nuestros corazones. Esta batalla será una prueba para todos nosotros.

El día avanzó rápido. Los guerreros afilaban sus armas y los sabios seguían trabajando en rituales de protección y fortalecimiento. La luna llena iluminaba el cielo cuando Kharos se acercó al altar en lo alto de la colina. Desde allí podía ver el vasto ejército reunido a su alrededor. Pero lo que más le impresionaba no era su número, sino la determinación en sus rostros. Cada uno de ellos estaba dispuesto a luchar hasta el final.

Observando el campamento, Kharos sabía que habían hecho todo lo posible para estar listos, pero también entendía que el poder que estaban a punto de enfrentar era desconocido. Y, en el fondo, temía que, a pesar de toda la preparación, no fuera suficiente.

La madrugada traía un frío inesperado. Las sombras parecían moverse por sí mismas, como si algo en la oscuridad se hubiera despertado. En el horizonte, una tormenta oscura comenzó a formarse. Kharos, sintiendo la presión en el aire, supo que no se trataba de una simple tormenta: era el presagio del enfrentamiento final.

Las primeras señales de la amenaza comenzaron a manifestarse. Criaturas extrañas emergieron de la neblina, y las defensas del campamento fueron puestas a prueba. Luna Azul y sus aliados se prepararon para el choque, conscientes de que este no era solo el inicio de una batalla, sino de una guerra por la supervivencia de todo lo que conocían.

Kharos miró al cielo, donde la luna, como una testigo silenciosa, observaba el comienzo del fin.

La oscuridad se abalanzó sobre el campamento, y un silencio inquietante se apoderó de nosotros. Sentí cómo la tensión crecía en el aire mientras los guerreros se alineaban, sus rostros reflejando tanto valentía como miedo. Con un gesto, Kharos dio la señal, y nuestras voces resonaron en un grito de guerra que retumbó en el aire.

No tuvimos que esperar mucho. Desde la bruma surgieron criaturas deformes, sombras retorcidas que parecían alimentarse del miedo. Mis instintos tomaron el control. Corrí hacia adelante, la espada en mano, lista para enfrentar lo que viniera.

El primer golpe resonó en el aire cuando una de las criaturas se lanzó hacia mí. Evité su ataque con un giro ágil, golpeando su costado con mi espada. Sentí el frío metal cortar la oscuridad, y aunque la criatura se desvaneció en una nube de sombras, su esencia dejó un rastro de temor en mí.



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En el texto hay: #amor, #acción, #aventura

Editado: 07.12.2024

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