—Nos vemos luego, rulitos —se despide Scarlett con un beso.
—Nos vemos luego, rojita —sonrío y la veo salir de mi habitación con una gran sonrisa.
Suspiro y me levanto de la cama, tomo mi ropa y me visto de nuevo. Salgo de mi habitación y me encuentro con mi padre en el pasillo.
—Apestas a sexo —ríe— solo un consejo, cuando termines date una ducha para que tu madre no descubra que su niño consentido le oculta a su novia.
—Ahora entiendo porque cuando tú y mamá salen de su habitación están recién duchados —bromeo y solo ríe.
—Es un secreto, tu madre no quiere traumarlos, por eso mismo las habitaciones fueron insonorizadas.
—Diosa, ¡Actúa como un padre normal y no me hables de tu y mi madre teniendo sexo! —exclamo.
—Si, si —bufa— no seas tan infantil, sabes que para nacer eso tuvo que pasar. Ahora ve y dúchate que tú madre no tarda en salir —ordena antes de retirarse.
Diosa, ¿por qué papá tiene que ser así? Me da náuseas de sólo pensar en mis padres teniendo sexo y a mi progenitor parece no importarle.
Alejo todos esos pensamientos y regreso a mi habitación para darme una ducha. Algo en lo que tiene razón el viejo es en que a mamá no le agradará para nada la idea de que le esté escondiendo mi relación con Scarlett. Ella adora a la pelirroja y siempre lo repite, la quería como nuera pero la Diosa no se lo concedió.
¿Por qué una deidad tiene que elegir a quien será tu pareja por el resto de la eternidad? ¿No se supone que tenemos derecho de libre albedrío? ¿No se supone que para tomar esa decisión de pasar el resto de tu vida junto a alguien debes amarla? ¿Cómo es que siquiera pueden considerar el pasar toda su vida junto a un extraño?
Cosas que pasan en la ducha, cuestionarte la vida como la conoces.
—Lex —grita Ashton y abro la puerta.
—¿Qué quieres? —pregunto y rueda los ojos.
—Que horrible forma de hablarle a tu hermano menor —bufa— pero en fin, solo te llamo para decirte que Lexi quiere que entrenes con ella, ya sabes cómo se pone con esas cosas.
Según el abuelo, Lexa es una combinación de mamá y la abuela, ambas comparten un carácter fuerte y esa combinación no es nada buena para ninguno de nosotros.
—Está bien, voy en unos minutos a que me den la paliza de mi vida —sonrío y cierro la puerta.
Cuando Lexa está molesta con los demás y me llama para entrenar solo significa que me golpeara hasta que se canse y yo estaré en desventaja.
—¿Qué culpa tengo yo de la idiotez de tus demás hermanos? —pregunto al llegar al patio.
—No lo sé, hoy no estoy tan molesta, solo me he acostumbrado a entrenar contigo, tranquilo —responde y se posiciona.
—Lexa sabes que te amo, pero no debes aprovecharte de ello para golpearme —murmuro y me acerco.
—Tu también puedes liberar tu ira, sabes que no me importa si me golpeas mientras entrenamos, si me golpeas fuera del entrenamiento voy a romper cada hueso de tu cuerpo.
—Tranquila mujer —rio y suelta la primera patada. Justo en mi cadera. ¿Cuanta flexibilidad tiene esa niña?
Recibo golpes por alrededor de una hora, no devuelvo ninguno porque papá me matará si llego a lastimar a su princesita y no soy nada bueno con mi autocontrol, una vez que suelto el golpe, no me detengo.
—Deberías al menos intentar defenderte para darle diversión al asunto —ríe y toma agua.
—Pensé que ya te divertías lo suficiente golpeándome —respondo y giro mi rostro viendo como mamá se acerca a nosotros con mi padre siguiéndola.
—Mami, ayúdame —grito— Lexa rompió cada uno de mis huesos solo porque no la deje ganar.
—¡Lexa! —grita horrorizada y corre hacia mí— ¿estás bien bebé? —pregunta tomando mi rostro.
—No hice nada —exclama Lexi— solo quiere atención de su mami.
—Alex, la próxima vez que vuelvas a hacer una broma de ese tipo yo misma romperé cada uno de tus huesos —gruñe.
Como suelen decir, de tal palo tal astilla.
—Estaba por felicitarte —dice papá a Lexa y recibe una mala mirada por parte de mamá— lo siento —murmura y no puedo evitar reír.
Mamá puede intimidar a cualquiera de nosotros con una sola mirada pero es más gracioso cuando intimida a papá.
—Cariño, creo que Alex tiene algo muy importante que decirte, tal vez algo sobre una chica —dice papá y Lexa se tensa al igual que yo.
Mierda.
—Bien, iré a ducharme, los veo luego —se despide Lexi antes de huir.
—¿Cómo que de una chica? —pregunta mamá de inmediato— ¿Tienes novia y no me lo habías contado?
Oh no, ese tono de voz no significa nada bueno.
—No, papá solo quiere fastidiarme —respondo tranquilo— lo que tengo que contarte es que Axel y yo pronto iremos a Blood Moon para conocer al próximo Alpha, ya sabes Axel tiene que relacionarse con ellos y quiere que lo acompañe.
—Eso es asombroso Lex, tal vez ahí puedas conocerla —dice con emoción.
—Mamá, sabes que por el momento no quiero nada relacionado con Mates —respondo y ríe.
—Yo pensaba igual que tú, no quería nada con tu padre y míranos ahora —dice y papá besa su mejilla— pero quiero creer que al menos tú mate será alguien razonable desde el comienzo.
—¿Cuántas veces tendré que decir que lo siento? —pregunta papá y decidí alejarme lentamente.
Pueden haber pasado años, pero mamá no olvida ni un solo detalle del como fue convivir con papá y por lo poco que me ha contado el fue un total salvaje. ¿Quién rayos lastima a la "mujer de su vida" de esa manera?
—Lex, ven aquí —grita Lexi y corro hacia ella— ¿te castigará por el resto de tu vida?
—Logré evadir eso, respondí otra cosa.
—Diosa, pensé que Scarlett iba a ser interrogada ahora mismo —suspira— mami puede adorarla pero el que ella también esconda eso la pondrá molesta.
—Si, se molestará más al saber que también su pequeña escondía el secreto —rio— pero ella cree que no hay nadie, aún.