Después de haberme humillado por toda su manada, Valentine decide que es tiempo de presentarme ante su familia. ¿Qué clase de hechizo me haría Brad para que esto sucediera?
— No creo que sea buena idea, tus hermanos me conocen y no quiero morir ahora mismo —digo mientras intento soltarme de su agarre.
— Ellos no te matarán porque me quieren demasiado y si yo digo que hagan algo, ellos lo hacen —responde con una gran sonrisa y comienza a arrastrarme hacia un calvario.
— Mujer, ten piedad de mí.
Diosa, ayúdame a librarme de esta loca, seguramente te equivocaste y alguien que estaba conmigo es su mate, pero como tengo su olor ella se creyó que era yo.
— No te has puesto a pensar en que todo esto es una equivocación —digo provocando que se detenga— tal vez tú Mate estuvo conmigo y yo me quede con su esencia.
— No —ríe— estuviste con muchos lobos hace al menos 20 minutos, pero tu olor sobresale demasiado, no quieras engañarme.
— Bien —bufo y seguimos caminando hasta la entrada de su hogar.
— Quédate aquí, traeré a mamá —ordena y asiento.
Cuando la he perdido de vista corro hacia el despacho y veo que ya vienen de salida.
— Axel, debemos irnos ya, hubo una emergencia en casa y te necesitan urgentemente —miento y de inmediato todos corren hacia la salida.
Nos montamos en el auto y cuando todos estamos dentro arranca a gran velocidad hacia nuestra manada.
— ¿Qué fue lo qué pasó? —pregunta Kate.
— Lexa se volvió loca, o eso fue lo que dijo Ashton —respondo.
Nadie habla durante el camino, yo solo pienso en que haré cuando lleguemos a casa y todo sea una mentira.
— Tu ve y busca a Lexa, ella te hace más caso a ti —ordena Axel y asiento.
Salgo rápidamente del auto y entro a casa, subo las escaleras y corro hasta la habitación de Lexa. Al entrar no la encuentro ahí y comienzo a preocuparme.
Corro lo más rápido que me es posible hacia el patio y por fortuna la encuentro ahí, voy hacia ella y me siento a su lado.
— ¿En que puedo ayudarte? —preguntó entre jadeos después de tanto correr.
— Nada, solo me debes una —responde y cierra su libro— tuve que actuar como demente para que te llamaran.
— ¿Por qué?
— Podía sentir tu desesperación Lex, no me dejaba concentrarme —bufa— nuestro vínculo como hermanos está más reforzado que con los demás y tus emociones fuertes como el enojo, la tristeza, la alegría, emoción y desesperación puedo sentirlas, no es intenso pero si es molesto.
— Lo siento Lexi, te debo otra.
—Lo se —ríe— ya puedes irte, descansa un poco que te ves muy agitado.
Amo a Lexa, a pesar de sus constantes amenazas, es la mejor hermana que pude haber tenido.
— Bien, gracias Lexi, nos vemos luego —me despido besando su mejilla.
Camino tranquilamente devuelta a casa. Lexa está bien, me libre de la rubia loca y dentro de unas horas veré a mi preciosa pelirroja, todo está bien y no hay nada de que preocuparme.
— Alex —escucho que me llama papá desde la sala.
— Evan —digo al entrar y hace una seña para que me siente.
— ¿Qué tal les fue en la reunión?
— Hasta donde yo sé todo está bien, tuve que salir porque me llamaron por el asunto de Lexa y no estuve ya para finalizar con la reunión.
— Creo que ya sabes que es muy importante mantener las relaciones con las manadas ¿verdad? —pregunta y asiento.
— Si, siempre me lo has repetido.
— Bueno —ríe— tu madre quiere hablar contigo sobre eso.
Al terminar esa frase gire hacia la puerta y creo que perdí todo color, mamá salió junto a Valentine y se dirigen hacia mí. Ayuda.
— Discúlpalo, siempre ha sido un mentiroso —dice mamá y la rubia solo ríe.
— Suerte —murmura papá antes de salir.
Diosa, ¿por qué te gusta tanto verme sufrir?
— Cariño, supongo que ya conoces a Valentine —dice mamá al sentarse frente a mí siendo seguida por la rubia— me sorprendí cuando la más pequeña de los Blood llego a casa y sin ustedes, después me contó la situación y decidí invitarla a comer. Sabes lo importante que es mantener la amistad con los Blood.
— Mamá pero... —rápidamente me lanza una mirada de esas que te hielan la sangre y me callo.
— Ustedes dos se quedarán aquí para conversar, tu padre y yo iremos a comprar algunas cosas para la cena —dice al levantarse del sofá— y espero que sigas mis órdenes, que si no estarás en graves problemas.
Asiento rápidamente y la veo salir con una sonrisa satisfactoria. ¿Por qué mamá hizo algo así?
— ¿Qué le hiciste a mi madre? —pregunto de inmediato— ella no dejaría que cualquier Loba loca se acercara tanto a mi.
— No hice nada, Alex —ríe— me ofende que me llames Loba loca sin siquiera conocerme, pero para eso estamos aquí. Conozco a tu madre desde que soy una niña pequeña, cuando nuestros padres se reunían ella jugaba conmigo, tu madre me adora y se alegro demasiado al enterarse de que yo soy tu Mate.
— Pero yo no quiero un Mate —exclamo y escucho su suspiro.
— Se qué el ejemplo que dio tu padre de lo que es un Mate fue el equivocado, pero no todos somos así. Yo no voy a ser el tipo de Mate que solo con dos días de conocerte ya va a querer marcarte, quiero conocerte bien Alex, quiero que tú me conozcas a mí y así poco a poco todo se irá dando —responde— no quiero una relación instantánea, quiero que cuando estemos juntos sea por decisión de ambos y no sólo mía, quiero saberlo todo sobre ti, quiero conocer hasta tu más íntimo secreto y que tú conozcas el mío.
— Valentine, de verdad aprecio que te hayas tomado el tiempo para explicar todo esto, pero estoy en una relación y de verdad que quiero mucho a esa chica, no quiero lastimarte, ni a ella —digo y asiente.
— Lo entiendo, también tuve una pareja, pero debes saber que lo que no está destinado a ser terminará mal —dice y noto sus ojos cristalizarse.