Luna

CAPÍTULO 6

Me cuestiono una y otra vez si debí haber seguido a Valentine. El remordimiento me consume al recordarla llorar, mamá siempre me recalcó que nunca debía hacer a una mujer llorar.

—¿Qué pasa Lex? —pregunta Scarlett al verme.

—Demasiadas cosas rojita —respondo— mi Mate me encontró, es amiga de mamá y la invito a comer con nosotros pero una cosa llevó a la otra y la hice llorar, no sé dónde está ahora mismo pero me siento muy mal.

—Tranquilo Lex —sonríe— ambos sabíamos que lo nuestro no llegaría a más que un romance, yo estaba y estoy consciente de que tienes una Mate y una vida por delante.

—Pero yo te quiero a ti, a ella ni siquiera la conozco...

—Y a mi me conoces porque soy casi tu madre —ríe— Lex yo también te acogí bastante cariño, más del que quisiera, pero ambos sabíamos que esto pasaría, yo te quiero y te voy a querer para siempre pero ahora no puedes rechazar a esa chica porque por más cariño y amor que nos tengamos, no fuimos destinados para estar juntos.

—¿Estás diciendo que esto terminó? —pregunto señalándonos a ambos.

—Si —suspira— lo siento Alex, pero no voy a arrebatarle a esa chica el privilegio de tener a alguien que la ame como tú puedes hacerlo tal como a mi se me fue arrebatado.

Al escuchar su respuesta mi corazón se estruja, pero la curiosidad se vuelve un calmante para tan profundo dolor.

—¿Arrebatado?

—Mi mate me dejo por otra, no puedo dejar que tú dejes a esa chica.

Rápidamente la abrazo y susurro palabras reconfortantes mientras ella desahoga todo su dolor. ¿Cómo es posible que alguien tan dulce como ella haya sido tan desdichada?

—Ve por ella, búscala y pide perdón Lex —dice al calmarse y sorba su nariz— se que esto es doloroso, me duele demasiado dejarte ir, pero es lo correcto.

—Lo correcto no siempre es lo mejor, pero ya lo decidiste —sonrío y salgo de ahí sin rumbo alguno.

Al detenerme me encuentro en el bosque y me tiro al suelo para llorar, Scarlett ha sido parte importante de mi vida y no sé si el dolor que siento ahora se compare con otra cosa, es peor que cuando me rompí una pierna.

Escucho pisadas cerca de mi y rápidamente limpio mi rostro para buscar al causante, seguro es algún animal, los humanos que viven cerca de aquí solo vienen al bosque a correr por las mañanas, y nadie es tan estúpido como para estar corriendo tan cerca del territorio de papá.

Camino silenciosamente siguiendo los sonidos y cuando se detiene veo a un lobo negro, en momentos como estos desearía saber como huele cada miembro de la manada.

—¿Quién eres? —pregunto y se gira mostrándome sus colmillos— no te tengo miedo, ahora dime quien eres antes de que los guardias te ejecuten por estar aquí.

Comienza a caminar desde donde venía y me hace señas con su cabeza para que lo siga. Mamá siempre dijo que nada bueno sale de estar en el bosque y encontrarse con un lobo, pero no pierdo nada siguiéndolo.

—¿A donde me llevas? —pregunto y gruñe— ¿sabes algo? a pesar de no ser por completo un cambiante, puedo comunicarme telepáticamente con ustedes, no tienes porque llevarme tan lejos, amigo.

No responde nada y veo que antes de entrar a una pequeña cueva me gruñe en advertencia.

—Bien, no entraré —me alejo algunos pasos hacia atrás y desaparece por completo de mi vista.

Espero por algunos segundos y cuando estoy dispuesto a acercarme veo una cabellera rubia salir de la pequeña cueva.

—¿Valentine? —preguntó de inmediato.

—Sorpresa —murmura ella.

—¿Cómo es que...

—Ya te lo explico —me interrumpe— se que es muy difícil encontrar a una Loba negra, somos casi tan escasas como las Lobas blancas. Lo mío viene de generaciones atrás, no ha habido muchas chicas en mi familia, pero todo mi árbol genealógico tiene sangre de Alpha real; cuando una chica Blood nace, es una Loba negra al igual que un Alpha Blood lo sería. Soy casi como tú hermana.

—De verdad que eres una caja llena de sorpresas —digo y ríe— y lo más irónico es que siempre dice que el cabello humano es del mismo tono del pelaje del lobo.

—Lo sé —ríe— yo creí que sería una loba como mi madre, los Wellington tienen cabelleras y pelajes rubios, pero parece que soy una mezcla de Blood y Wellington.

—Bueno, tenemos más en común de lo que pensaba —sonrío— ¿quieres regresar? Mamá seguramente ya debe estar buscándonos para la comida, después podríamos hablar un poco más.

—Bien —responde y comienza a caminar hacia casa.

—Lamento lo que hice —digo haciendo que se detenga— mi intención nunca fue hacerte llorar o lastimarte, yo no pensaba con claridad.

—No te preocupes, ya ha pasado.

[...]

—¿Todo bien en casa Vale? —pregunta mamá a la rubia.

—Si Aly, lo normal —ríe— papá estresado por la ascensión de Finn, mamá planeando una gran fiesta, los chicos encerrándome, ya sabes.

—Conozco a un lobo que se encontrará igual dentro de poco —dice y Evan le lanza una mirada mordaz.

—No lo culpo, el consejo es demasiado estricto con esos asuntos.

—Por fin alguien en esta casa que lo comprende —dice papá— ¿por qué no trajimos a Valentine a casa antes?

—Porque mis hermanos lo impedirían —responde la rubia entre risas.

—Estos son iguales —dice mamá refiriéndose a nosotros— no dejan a la pobre Lexa en paz.

—Solo la protegemos —dice Ashton y Jonathan asiente dándole la razón.

—Conozco esa excusa a la perfección —murmura Valentine.

—No es una excusa —exclama Axel.

—Si lo es ¿Verdad Lexi? —pregunta mamá y la pequeña asiente.

Una discusión empieza entre todo y veo a Valentine reír, debe estar acostumbrada a esto.

—Silencio —grita Lexa provocando el silencio total.

—Lo siento Vale, se nos ha ido un poco de las manos —menciona mamá y toma de su zumo.

—Ya es costumbre que esto pase en casa, tranquila.



#244 en Fantasía
#171 en Personajes sobrenaturales

En el texto hay: hombreslobo, mate, magia

Editado: 30.01.2023

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.