—Gabriel está por llegar, ¿Estás listo? —pregunta mamá al verme.
—Sí —respondo y me siento sobre el sofá.
—Relájate un poco —ríe— ya verás que Gabriel no es como lo imaginas, todo estará bien, y como plus, estaré junto a ti, no tienes nada de qué preocuparte.
—Gracias mami —respondo con una sonrisa que es correspondida junto a un abrazo.
Antes de que mamá pueda decir algo el timbre suena.
—Soy yo Alysa —escucho al hombre decir y puedo ver su rostro por medio de la pequeña pantalla situada a la puerta.
Mamá de inmediato se levanta y va a recibirlo. En cuanto abre la puerta me levanto y espero a que se saluden para presentarme.
Aunque muchas veces pedí a la Diosa que si mamá estaba sufriendo junto a Evan los separar, no me gusta la manera tan cariñosa en que se abrazan, mucho menos que Lexi corra a abrazarlo como si de papá se tratara. Sólo espero que este hombre no tenga otras intenciones que no sean ayudar a la familia.
—Tú debes de ser Alex —dice con una sonrisa y extiende su mano en forma de saludo.
—Así es señor, un gusto —correspondo a su saludo intentando sonar amable.
—Por favor, llámame Gabriel, y el gusto es mío, tu madre y Lexi me ha hablado mucho de ti.
—Toma asiento, Lex no muerde —bromea Lexa y este se sienta en el sofá frente a mí.
— ¿Quieres algo de beber? —pregunta mamá y este asiente.
—Un vaso con agua, por favor —responde.
—Ahora mismo lo traigo.
—Muchas gracias Alysa.
Esa actitud no me gusta, habrá que investigar cuales son las verdaderas intenciones de este hombre.
—Bien, Alex —dice en cuanto lleva su mirada hacia mi.— Nunca me ha gustado ser duro con mis iniciados y no serás la excepción, así que no me veas como el Alpha promedio, puedes verme como una especie de mentor, o si lo prefieres, como un amigo.
Mentor o amigo. Tal vez eso podría explicar el comportamiento tan amistoso...
—Tal vez ya te lo habrán mencionado, pero mi manada la manejo en clanes, somos una manada grande y para no mantenernos a todos en una sola área decidí hacer esto —menciona y toma una pausa para beber del agua que mamá ha dejado en la mesa frente a él. — Se divide equitativamente, pero trato de tomar en cuenta las necesidades de la persona para llevarlo con las personas correctas que puedan ayudarlo; por fortuna, tu madre y Lexi están juntas, pero por la situación que estás atravesando he decidido a enviarte junto a otros jóvenes licántropos que están en busca de su camino, junto a un grupo de mentores, ancianos, guerreros y algunos otros jóvenes que ya han atravesado por ese camino y pueden ser de gran ayuda.
—¿Entonces tendré que irme a vivir lejos de ellas? —pregunto señalando a mamá y Lexi.
—No es obligatorio, no quiero alejarte de quienes son tu apoyo por el momento —responde con una sonrisa— pero si tendrás que pasar algunas horas en el clan, al terminar tu jornada eres libre de regresar a casa.
—¿Cuántas horas tendré que estar en el clan?
—Eso varia, esta tarde o mañana te harán algunas pruebas y eso determinara la cantidad de horas en que se dividirá tu jornada —responde y nuevamente hace una pausa para beber agua. — Y no debes preocuparte porque consumirá mucho de tu tiempo, tenemos horarios especializados y en estos se incluye el tiempo para hacer tus deberes de la escuela, durante ese tiempo tendrás la oportunidad de consultar con algunos profesores de la manada, o si lo prefieres, tus compañeros de clan también estarán ahí para ayudarte.
—Por cierto, ¿cómo se manejará lo de la escuela? ¿En el clan hay una o tendré que elegirla? —pregunto y una sonrisa se forma en sus labios.
—Me alegra que hayas preguntado, se nota que tienes interés por tus estudios y futuro —menciona con emoción— y respondiendo a tu pregunta, dentro de la manada no tenemos escuelas, pero recomendamos a nuestros miembros asistir a uno de los mejores colegios de la zona ya que tenemos profesores ahí que igualmente son miembros de la manada y así ellos podrán asegurarse de que estarán seguros dentro de un ambiente rodeado de humanos; hasta día de hoy no hemos tenido ningún inconveniente y hemos llevado las cosas en paz con los humanos.
—Es el mismo colegio donde se encuentra Lexa, sólo que este se encuentra dividido en diferentes escolaridades—menciona mamá.
—Nuestro objetivo es que no se pierda la convivencia entre licántropos, pero tampoco queremos perder la armonía con los humanos, sabemos que muchos de los que vienen a nosotros han vivido por años lejos de los humanos y muchos de ellos han desarrollado fobias u odio hacia ellos debido a las historias antiguas, pero queremos enseñarles a convivir con ellos y que se olviden esas viejas rivalidades.
—Por mí no hay ningún problema —menciono y su respuesta me deja sorprendido. Un grito eufórico acompañado de un abrazo y un "Bienvenido a la manada, Alex".
Honestamente, no esperaba que ese fuera mi recibimiento.