Después de una amena conversación en la mesa, Gabriel me invitó a visitar el clan principal, o como él lo llama, su hogar, para después darme un recorrido por las demás ubicaciones de los clanes y llevarme a conocer el clan donde planea enviarme.
No mentiré, todo parece tan perfecto que me asusta. Pero sabemos que nada puede ser perfecto, Gabriel me contó que detrás de la belleza de la administración en cada uno de los clanes, hay personas con miles de defectos tratando de hacer lo mejor para ellos y su comunidad.
Sólo espero que no sea tan difícil permanecer en el clan.
— ¿Estás listo? —pregunta Gabriel y asiento.
Mi corazón late muy rápido y puedo escuchar el pulso detrás de mis orejas, la situación me asusta un poco, mi mente trata de hacer de todo esto una conspiración y cada escenario que se pinta dentro de mi cabeza lo único que logra es ponerme más nervioso y dudoso de la decisión que acabo de tomar.
—Tranquilo Lex, todo estará bien —dice mamá con una sonrisa. — Verás que eun un abrir y cerrar de ojos estarás con nosotras de nuevo.
—No seas una gallina Lex, no querrás que te conozcan como el tipo que tuvo miedo a la prueba —bromea Lexi.
— ¿Cuánto duro tu prueba? —pregunto y una sonrisa se instala en su boca.
—3 minutos con 19 segundos —responde orgullosa.
—Bien, haré mi prueba en 3 minutos, incluso podría ser en menos —mención haciéndola reír.
—Si eso pasa te daré 100 dólares.
—Trato hecho —respondo guiñándole un ojo y me encamino hacia Gabriel.
—Estoy listo —digo firme y este me abre la puerta.
—Mali estará aquí en unos minutos, suerte, espero que si logres superar a Lexa —menciona con una sonrisa.
—Gracias —respondo y la puerta es cerrada detrás de mí.
Camino hacia las sillas frente a mí y una vez sentado, observo con detenimiento la habitación.
Las paredes son claras, es iluminada por luces rojas, y me da un ligero recuerdo a las salas de revelado, o también llamados cuartos oscuros.
Hay un par de muebles con libros y revistas, al lado de estos se encuentran pequeñas plantas con algunas flores, y por todo el perímetro de la habitación hay más plantas dejando una ligera sensación y olor a bosque.
En una de las esquinas hay un cuarto que luce más pequeño y por debajo de la puerta de este brilla una luz intensa, mi curiosidad me incita a levantarme y ver que hay detrás de esa puerta, pero mi lado racional me dice que debo seguir las indicaciones que se me dieron y esperar aquí sentado.
¿Qué tan malo sería que abra esa puerta? ¿Será esta la prueba?
—Bien hecho, novato.
Una voz femenina me saca de mi trance y de inmediato dirijo la mirada hacia el otro extremo de la habitación.
—Pasaste la primera prueba —dice mientras se acerca. —Un gusto, Alex, mi nombre es Mali.
Observo a la chica, y a pesar de la escaza luz puedo notar detalles importantes de su físico que seguramente me ayudaran a identificarla. Parte frontal de su cabello esta decolorado o tiene un tinte distinto al resto de su cabello, tiene estatura promedio, y lo que más resalta, el es ámbar brillante de sus ojos.
—El gusto es mío, Mali —respondo al levantarme— y, pensé que solamente sería una prueba.
—Para quienes estarán conmigo, son 2 pruebas —responde y dirige su mirada hacia la puerta— Tenía tiempo aquí, sólo quería probar que harías teniendo esa tan llamativa habitación. A diferencia de muchos, decidiste esperar en lugar de ser guiado por tu curiosidad, o, decidiste analizar mejor si eso podría ser alguna trampa... en fin, hay un millón de posibilidades de porque no lo has hecho, pero no hay que perder más tiempo.
—Bien, te sigo.
La habitación se encuentra en total silencio, y mientras caminamos solo puedo escuchar nuestro andar.
—Iremos a esa habitación —menciona señalándola. — Me han contado lo básico que debo saber sobre ti, y estoy muy emocionada por ponerte a prueba.
— ¿Por qué no soy como ustedes? —pregunto y me mira de manera extraña.
—No, ya verás porque —responde con una sonrisa y abre la puerta.
La luz me ciega por un momento, pero en cuanto entramos, ella regula la intensidad de la luz, y esta deja de ser tan brillante.
Alrededor de toda la habitación se encuentran esos típicos refrigeradores blancos con luz azul que se ven en los laboratorios, pero puedo notar que en cada uno hay sustancias de colores distintos. Todo parece ser blanco y luce muy pulcro, a excepción del centro. Ahí se encuentra lo que parece ser una silla reclinable de color negro, por encima de esta, colgados en el techo, hay artefactos que desconozco, y eso comienza a darme algo de pánico.
—Para esto necesito que estés relajado —menciona Mali tomando una de las sustancias de los refrigeradores. —Toma asiento, por favor
Sigo sus indicaciones y en cuanto estoy en la silla mis manos y pies son aseguradas a esta.
—Okey, esto no me parece normal —menciono haciéndola reír.
—No haré nada malo, es por precaución, algunos suelen reaccionar de manera agresiva —responde con una sonrisa. — Y también hay cámaras, después de esto si gustas puedes pedir las grabaciones y asegurarte de que hice un procedimiento correcto.
—Está bien, confiaré en ti.
Recargo mi cabeza sobre la cabecera de la silla y siento como la silla es elevada, Mali toma parte de lo que se encuentra por encima de mí, y esto parece ser una gorra. Mientras ella conecta los cables a esta, me dedico a observarla ahora que puedo verla bien.
Hay una ligera cicatriz en su mejilla derecha, tiene rasgos delicados, y puedo notar un par de lunares en la parte izquierda de su rostro. Su cabello es rubio por lo que se podría decir como una cuarta parte de su cabello, esto por el frente y del lado derecho, el resto de su cabello es castaño, y todo es totalmente lacio.
— ¿Ya memorizaste mi rostro? —pregunta en cuanto coloca el artefacto sobre mi cabeza.