CAPÍTULO 43

La noche me pareció eterna, no pude descansar como me gustaría. Cada vez que cerraba los ojos regresaban a mi mente aquellas visiones en el bosque, lo volvía a sentir tan real que creía estaba teniendo una pesadilla.

Por la mañana tomé un baño rápido y fui por algo de comida. Extrañamente todos se encontraban en silencio, nunca había visto a los chicos tan serios, pero supongo que todos tuvimos una noche pesada.

— Lo siento —escucho a Mali decir.— Ha sido mi culpa todo lo que pasó, no debí permitir que nos quedáramos más tiempo del necesario dentro de ese infierno, no sé qué fue lo que vieron ahí, pero imagino que debió ser duro para ustedes.

— No te preocupes por eso, Mali —dice Rena con una sonrisa.— fue nuestra decisión seguirte y ayudar, no ha sido tu culpa.

— ¡Claro que fue su culpa! —grita uno de los chicos— Ella es la líder, era obvio que tendríamos que seguirla, no le importó que estuviéramos cansados del viaje, ni de la locura que vivimos ahí, y nos hizo cargar con cuerpos de gente que posiblemente no sobreviva, no trates de hacerla sentir bien.

Todos miramos asombrados hacia él, pues Travis es un tipo tranquilo, y este es un comportamiento atípico en él.

— Travis, relájate, hermano —murmura el chico a su lado.

— ¿Qué está pasando aquí? —pregunta Gabriel al llegar.

— Nada Gabriel, no tienes por qué preocuparte —responde Mali— puedes regresar, solo estábamos conversando.

— Nada de eso, lo que pasa es que a quien nos pusiste como líder casi nos sacrifica dentro de ese maldito bosque por un grupo de personas que están entre la vida y la muerte, eso es lo que pasa —exclama Travis— ¡Estoy cansado de tener que seguir las órdenes de una niña inmadura con problemas familiares que no puede dejar a nadie atrás!

— Oye, aquí no estamos para hablar de los problemas de cada uno, ten más respeto por lo que otros están pasando —digo haciéndolo bufar.

— No quiero que comiencen una pelea, Travis, ven conmigo —ordena— hablaré contigo después —dice a Mali.

— Por mucho que la defiendas, no te hará caso —murmura al pasar a mi lado y no puedo evitar rodar los ojos.

— No lo hago con ese fin, deberías saber muy bien que no estamos para juzgar a los demás por sus problemas.

— Déjalo, Lex —ordena Mali— entiendo su molestia.

— ¿Crees que tenga que ver con sus miedos? —pregunta Rena en un susurro.

— Al conocer sus miedos y debilidades fui capaz de ver todo, así como solo quienes me conocen bien pudieron ver aquello que me atormentó a mí —responde— sé que fue lo que vio cada uno de ustedes, y por respeto no quise admitirlo, pero ya que esto ha pasado estoy en la obligación de pedirles una gran disculpa a todos ustedes, debí haber sabido que algo así podía pasar y que no debía exponerlos a esos escenarios que pudieron traerles malos recuerdos. Si quieren destituirme no voy a apelar, están en todo su derecho de exigir a Gabriel un nuevo líder.

— No puedes hacer eso Mali, ¿qué pasará contigo después? —pregunta Kendall luciendo preocupado.

— Fue difícil, Mali —dice uno de los chicos— y admito que estaba molesto contigo, pero has sido una gran líder y siempre has buscado la manera de ayudarnos con cualquier problema, solo por este pequeño error no hará que quiera destituirte, al menos eso es lo que yo pienso.

— Él tiene razón, Mali —dice Rena— no podríamos olvidar todo lo bueno que has hecho por nosotros, solo por esto.

— Mali, acompáñame —escuchamos a Gabriel y solo vemos como Mali se aleja junto con él.

— He escuchado que si destituyen a un líder, este es enviado al clan central, junto con otros líderes destituidos y los privan de la comunicación con otros, pues ellos saben los secretos de todos —menciona Kendall entre susurros.

— ¡No podemos dejar que eso pase con Mali! —exclama Izumi.

— Cuenten conmigo, Mali no puede ir a parar a ese lugar —digo y asienten.

— Tal vez Travis ya se ha tranquilizado y ya no estará tan molesto, no creo que los demás quieran quitar a Mali del puesto —dice Izumi mirando a los demás chicos.

— Yo tampoco lo creo —murmura Rena— pero tampoco podemos estar tan seguros.

— Tampoco es como que fueran a armar una revolución, solo hay que hablar de una manera pacífica, explicarles y recordarles lo que ella ha hecho por nosotros, sin Mali no tendríamos tantas libertades como las que tenemos, en otros clanes son muy estrictos y ni siquiera pueden salir del clan, solo viven ahí hasta que mueren o cumplen su propósito —dice Kendall, y no puedo evitar sentir curiosidad del como es que sabe tanto de otros clanes o lo que hacen con líderes destituidos.

Probablemente sólo conozca de eso por rumores, pero no estaría mal preguntárselo.

— Bien, yo iré a terminar mi desayuno, ¿me acompañan? —pregunta Izumi y asiento.

— Nosotros esperaremos a Mali, ustedes vayan —dice Rena con una sonrisa.

— Bien, los vemos después —me despido y sigo a Izumi.

— ¿Crees que realmente hagan eso con ella? —pregunta y lo noto algo nervioso.

— No estoy seguro, pero a veces así son las personas —respondo— a la primera que cometes un error, se olvidan de todas las demás cosas, y solo se enfocan en los errores.

— Espero que los demás chicos no estén tan molestos como Travis, sé que todos estamos afrontando distintos problemas y pudo ser difícil tener que tener que enfrentarte a algo a lo que tal vez aún no estás listo, pero tampoco es razón para lincharla.

— Izumi, ya no usamos el término linchar —digo haciéndolo reír.

— Cedric ha dejado esa palabra grabada en mi mente, lo siento.

— Era una broma, no tienes porque disculparte —digo mientras nos sentamos nuevamente en nuestro sitio.

— Está bien —ríe— ¿Puedo cambiarte mi postre por el tuyo? —pregunta señalando su bandeja.

— Claro —respondo entregándole el pequeño pay.

Tomo la gelatina que me ha entregado y nos disponemos a comer mientras hablamos de cosas triviales.