Luna

CAPÍTULO 52

— Hablemos de algo más, no quiero arruinarnos la noche comiendonos la cabeza con esa idea —dice después de unos minutos de silencio.

— ¿Cómo están las cosas entre papá y tú? —pregunto— ¿Cómo fue que repentinamente volvieron?

— La terapia —responde con obviedad— solo piensa en la edad de tu padre y que llevaba muchos traumas cargando desde la infancia. Yo también cargué con muchas cosas que no me correspondían, y por mucho tiempo me hice a la idea de que eran mi responsabilidad, pero nunca fue así; ambos teníamos cosas que tratar, había cosas que teníamos tan interiorizadas que lo único que hacían era separarnos emocionalmente.

— ¿Y todo se resolvió? —pregunto recibiendo una respuesta negativa.

— Aún tenemos mucho en que trabajar, estamos aprendiendo a ser un equipo y no codependientes —responde con una sonrisa— aún hay errores que estamos enmendando.

Sus palabras me dejan pensando, y me dan una nueva perspectiva sobre las relaciones. No estuve en la mejor, y tampoco había recibido el mejor ejemplo, pero ahora mis padres están arreglando todo lo que hicieron mal durante tantos años, y noto como ha sido notable su cambio tanto personal como en pareja. Están siendo un mejor ejemplo para nosotros.

[...]

Un nuevo día llega, y me levanto decidido a hablar con Valentine. Durante toda la noche estuve practicando que decir, y sé que por más que prepare todo un discurso, todo fluirá naturalmente, porque no quiero hacer una declaración de amor, no. Lo que quiero hacer es muy diferente a eso.

— Buenos días —saludo en cuanto entro al comedor.

— Buenos días, Lex —saluda Lexi rápidamente.

Después de un par de saludos más, tomé mi lugar en la mesa y preparé un cereal de chocolate.

— ¿Te sientes mejor? —pregunta papá y asiento.

— ¿Dónde se están quedando mis amigos? —pregunto al pasar la comida.

— Aquí mismo —responde con una sonrisa— pero salieron muy temprano junto a Kate, les está mostrando la manada y los lugares a donde pueden ir si se sienten aburridos aquí dentro.

Había olvidado que todos madrugabamos estando en el clan.

— Si quieres encontrarlos tengo un equipo siguiendolos, puedo preguntar donde están —dice Jonathan.

— ¿Los están siguiendo?  —pregunto sintiéndome algo molesto. Confío en ellos y sé que no están aquí por órdenes de Gabriel.

— Es por su seguridad —responde Axel— y también la nuestra, sé que confías en ellos, pero ya ves lo que paso cuando confiamos en Scarlett, no hay que confiarnos tan fácil.

— Después pueden hablarlo, comamos tranquilamente —dice mamá al ver mis intenciones de responder.

No puedo reprochar ante su mirada, y solo me dedico a comer el resto de mis cereales en silencio, mientras Ashton y Lexi les cuentan sobre cosas que Ashton ha descubierto.

Sé que me he dejado cegar en anteriores ocasiones, que confiamos en alguien que su único propósito era dañarnos, pero también sé que mis amigos son diferentes, que ellos estuvieron dispuestos a sacrificar su vida por impedir que Gabriel tomara a Lexi. Sé que puedo confiar en ellos.

— ¿Sabes algo sobre Valentine? —pregunto a mamá y asiente después de haber tomado de su café.

— Ya ha despertado, pero le llevé el desayuno a la habitación, aún se encontraba algo cansada —responde.

— Bien, los veo después —me despido al levantarme de la mesa.

Camino hacia las escaleras, y antes de subir veo a uno de los guardias entrar luciendo agitado.

— Creemos que vienen, llama a tu padre, rápido —grita en cuanto me ve y no dudo en hacer lo que ha pedido.

Corro de regreso al comedor, y parece que ya lo saben, pues los encuentro en el camino, papá es seguido por Jonathan y Axel, mientras que mamá lleva a Lexi y Ashton de la mano.

— Alysa, necesito que lleves a los niños y mujeres a la sala de seguridad —ordena papá antes de plantar un beso en su frente— te prometo que volveré.

— Está bien, te veré después, querido —responde mamá antes de que salga.

Veo sus ojos llorosos, pero aquello no es un impedimento para ella, pues continúa su camino junto con mis dos hermanos más pequeños.

— Iré por Vale —anuncio antes de correr escaleras arriba.

Me concentro en su aroma, y es tan delicioso, es la primera vez que puedo olerla así. Sigo aquella dulce fragancia y abro la puerta de donde viene.

— Buenos días, disculpa que te interrumpa —digo al verla morder una de sus tostadas— pero estamos bajo un posible ataque, y necesito sacarte de aquí.

No espero ni un segundo y la tomo entre mis brazos, con las cobijas que tenía.

— Bajame, Alex, puedo caminar —gruñe.

— Lo siento rubia, mamá me dijo que aún estabas cansada y no permitiré que te quedes atrás —respondo y parece entrar en razón, pues no reprocha nada más.

— Tu fragancia es deliciosa, es muy armónica —digo en cuanto salimos de casa.

— No te pongas de adulador, si no llegamos a la habitación de seguridad será tu culpa —responde luciendo irritada y da una mordida a su tostada, pero de reojo puedo mirar como sus mejillas han tomado un color rosado.

Un gesto muy simple, pero que la hace ver tan tierna.

— Ve por la izquierda, del otro lado se está aglomerado mucha gente, puedo olerlos —indica y asiento, haciendo lo que ha dicho.

Antes no tenía miedo, pero ahora que lo pienso, si esto es un posible ataque de Gabriel y su gente, temo por lo que sean capaces de hacer para llevarse a Lexi, y tengo que también puedan descubrir a la rubia en mis brazos. Tengo miedo por mis amigos, que los descubran y los traten como traidores. Tengo miedo por mi familia, porque recuerdo aquella visión con Jonathan y solo puedo imaginar lo peor.



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En el texto hay: hombreslobo, mate, magia

Editado: 30.01.2023

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