Después de pasar el rato junto a los chicos decidí que era hora de irme, pues aún tenía que despedirme de Kate, Nate, y de Brad.
Camino por las calles poco transitadas, escuchando únicamente voces lejanas de quienes conversan por ahí. Esta zona no es una donde se acostumbre a ver niños, así que es un poco tranquila, de vez en cuando se logran escuchar fuertes risas provenientes de los bares y restaurantes de la zona. Pero fuera de eso, suele ser silenciosa. Tan silenciosa que por momentos puedes escuchar el viento soplar, o aullidos a lo lejos.
Si no fuera por esos aullidos fácilmente podrías olvidarte que estás en una manada. El ambiente es como el de cualquier otro pueblo. Una sensación que definitivamente extrañaré.
— Lex, ¿Qué haces por aquí? —Escucho la voz de la tía Leslie— ¿Vienes a ver a los chicos?
— Si, perdona por no haber llamado para avisar —respondo algo tímido, sintiendo como el calor sube a mis mejillas por la vergüenza. Olvidé totalmente de llamar antes de salir; aunque hemos sido cercanos desde la infancia, nos hemos distanciado mucho últimamente, y no sé si aún exista esa confianza.
Pronto la veo cruzar sus brazos y hacer una ligera mueca — No tienes porque disculparte, Lex. Siempre serás bienvenido en casa —dice con aquel cálido tono que siempre ha usado con nosotros.
— Gracias —respondo y no puedo evitar darle un abrazo— realmente agradezco la calidez con la que siempre nos has recibido.
— Recuerda que somos una familia, Alex —dice mientras frota suavemente mi espalda— la distancia nunca podrá romper ese lazo. No importa si te vas de aquí 50 años, créeme que durante esos 50 años te recordaremos, y cada vez que vuelvas, te recibiremos con el mismo cariño.
Aunque no recuerdo de mis años como un bebé, sé que tanto ella como Doth, fueron parte de esos años, fueron parte de nuestra crianza. Acompañaron a mamá en esa etapa, en donde ninguna era una experta en el cuidado de unos pequeños, pero que supieron brindar apoyo.
— Y ciertamente mis pequeños no podrán olvidarte —ríe— has sido parte de su crecimiento. Has sido como un hermano mayor, para ambos.
— ¿Alguien nos llamó? —pronto vemos dos cabelleras oscuras asomarse por una de las ventanas, y no podemos evitar reír.
— Tienen visita niños, vengan a saludar —dice la tía Leslie mientras camina hacia la puerta. — Toma asiento, Lex. Les traeré algo de beber.
— Gracias —respondo al sentarme.
El terreno del tío Kane y la tía Leslie no es tan grande como el de la familia Woods, pero si lo suficientemente grande para que ellos pudieran plasmar todo lo que deseaban en este. Algo que siempre me ha fascinado de su hogar es su jardín. La tía Leslie ama la jardinería, ella misma se encargó de hacer florecer este hermoso lugar, tan verde, tan puro, tan colorido.
— Lex —escuché de pronto el llamado de Kate. Cuando llevé la mirada hacia la puerta era tarde, ambos hermanos se habían abalanzado hacia mí.
— Yo también los extrañaba —consigo decir cuando he recuperado algo de aire.
— Lo merecías —dice Kate mientras me ayuda a levantarme— tenías tiempo sin visitarnos, ¡ni siquiera un mensaje enviaste!
— Kate —le llama Nate en un tono autoritario— Era solo para recibirte como en los viejos tiempos, Lex. Sabemos que has tenido complicaciones, estábamos esperando a que te recuperaras de todo eso para hacerte una visita.
— No vuelvas a darnos otro susto así —dice ahora Kate en un tono suave— te queremos como si fueras un hermano de sangre, realmente nos preocupas, Lex.
— Yo también los quiero como a mis hermanos —digo al abrazarlos— y lamento no haber llamado, Kate, pero aquí estoy ahora.
Pronto somos interrumpidos por un carraspeo.
— Chicos, les traje limonada y algo de fruta fresca —dice la tía Leslie mientras deja la bandeja sobre la mesa a unos pocos metros de nosotros.
— Gracias mami —dice Nate mientras va por su bebida.
— Y bien, ¿qué tienes para contarnos? —pregunta Kate cuando todos ya hemos tomado nuestro vaso.
— Kate —exclama Nate, y parece que intenta decirle algo con la mirada, o simplemente le ha lanzado una mirada asesina.
— ¿Qué? —pregunta inocentemente— Brad dijo que esto pasaría.
Aquello claramente llama mi atención. Será que nuevamente Brad está jugando con esto del futuro.
— ¿Brad? —pregunto rápidamente— ¿Qué es lo que les ha dicho?
— No mucho —responde Nate apenado, llevando su mano a su nuca— solo dijo que presentía que nos harías un anuncio importante.
Me pregunto si realmente fue un presentimiento, o si fue magia. Debo de hablar con él lo antes posible.
— ¿Pelearás con Axel por el título de Alpha? —pregunta Kate luciendo nerviosa.
— ¡No! —respondo de inmediato— no es eso, siempre he tenido claro que ese puesto será para él, no tengo interés en pelearlo. Es algo más lo que quiero contarles.
La respuesta parece haber aliviado a ambos, pues puedo escuchar sus suspiros.
— Entonces, ¿Qué esperas para contarnos? —pregunta riendo— Brad ya me había dejado con la incógnita, me temía lo peor, mi mente comenzó a maquinar miles de escenarios, los cuales contagie a Nate, creímos que tendríamos que elegir un bando, que sería como en esas historias donde los hermanos pelean por el poder de la manada, y se sienten resentidos con aquellos que eligen al otro hermano.
— Nunca les haría algo así —digo con una sonrisa— todos crecimos como hermanos, hemos sido unidos desde pequeños, y no podría perdonarme hacerles pasar por algo así.
Después de eso, no deje que Kate insistiera más. Les conté todo, agradecí por su constante apoyo, por los buenos momentos que pase a su lado, y brindamos –con limonada- por nuestra amistad. Brindamos por el viaje que estoy por emprender, recibí sus bendiciones, y también les di mis mejores deseos. Aún son pequeños, aún les falta mucho por aprender, pero sé lo mucho que ambos se esfuerzan por ser iguales, o mejores de lo que ha sido hasta ahora su padre como el Beta de esta manada. Y claramente sé que lo harán bien, aman este lugar, aman a su gente, y están dispuestos a todo por ellos.